La fiscala de Propiedad Inte­lectual, Carmen Gubetich de Cattoni, afirmó que cuesta combatir el contrabando cuando el afectado tiene un fuerte poder económico, puesto que esto le facilita los nexos políticos para actuar con absoluta impunidad. La agente del Ministerio Público fue quien intervino en el 2014 en el caso del cargamento de azúcar presuntamente de contrabando incautado de uno de los depósitos perte­necientes al grupo Vierci, en Itauguá.

“Es prácticamente imposible, dependiendo de quién está en el Gobierno y quién sea el que está cerca de los poderosos, obviamente te llaman y te dicen que hay que ver la causa para poder negociar”, afirmó la fiscala Gubetich de Cattoni.

La representante del Minis­terio Público recordó que el cargamento de azúcar deco­misado en aquella ocasión se llevó al depósito de Puertos y de ahí “fue desapareciendo”. Mencionó que a la Aduana le correspondió el procedi­miento, pero que el deposi­tario judicial fue Puertos.

Esta declaración de Gubetich de Cattoni coincide con la versión dada en su momento por su colega Emilio Fúster, quien confirmó que dicha mercadería se extravió del depósito de la Administra­ción Nacional de Navegación y Puertos, un año después de su incautación.

La profesional recordó que también efectuó una inter­vención en La Paloma, depar­tamento del Canindeyú, de otro cargamento de azúcar que ingresó de manera irre­gular al país.

ES INAMOVIBLE

Cabe señalar que Gube­tich de Cattoni cumple en octubre próximo 20 años de antigüedad y por ende goza de la inamobili­dad en el cargo. Se desem­peñó durante cuatro años como fiscal anticontra­bando; en el 2014 fue remo­vida del área de Propiedad Intelectual, y desde abril del 2018 está nuevamente como agente en esta misma unidad.

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