La muestra “Question Mark” de Ángel Yegros fue inaugurada en el Espacio K, ubicado en Santa Rosa 586 casi España, en Asunción. La apertura se celebró el jueves 8 de mayo. Conocido por su práctica escultórica, esta vez el artista presenta piezas bidimensionales con fuerte énfasis en la pintura que evocan sus primeras incursiones en la disciplina, cuando integraba el grupo Los Novísimos en los años 60.
“Question Mark”, el título elegido por Ángel Yegros para su más reciente exposición, es una interrogante, un signo suspendido en el aire, que no pide ser respondido si no contemplado. Según sus propias palabras, es una forma de hablar de “las preguntas que uno se hace y nunca se anima a contestar”.
Los materiales con los que trabaja Yegros están cargados de historias. Discos duros olvidados, tapas de libros, monedas de diversos lugares. Lo que para otros es basura, para él es treasures, tesoros. La materia desechada es resignificada. “Me gusta trabajar con las cosas descartadas”, dice con simpleza. Pero esta frase encierra una poética específica: la de dar nueva vida a lo que fue desechado. En sus obras, encontramos objetos que alguna vez tuvieron una función práctica, hoy transformados en fragmentos de memoria colectiva, en metáforas visuales del paso del tiempo.
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En esta exposición, Yegros elige trabajar con colores básicos. “Todo artista trabaja con tres colores y los va transformando”, dice. Pero más allá del color, en su obra hay palabras. Palabras escritas, pensadas, garabateadas. Frases que surgen como un torrente del inconsciente y que remiten a diarios íntimos, a recuerdos de juventud, a reflexiones guardadas. La escritura es una costumbre que arrastra desde joven. “Me encantaría hacer algo con los escritos que tengo desde los 14 años”, dice, manifestando una necesidad de rescatar una historia personal, familiar, ancestral.
Ángel Yegros, precisamente, integra su historia personal a su trabajo y la problematiza. “No sé si mis raíces se hunden en el suelo o en el agua”, cita de un poema que lo conmueve y que incluye en su obra. Su ascendencia, mezcla de indígena y española, es parte fundamental de su narrativa visual. Esa “hibridación” no es sólo biográfica, también es conceptual. Sus piezas habitan el cruce entre lo tradicional y lo contemporáneo, lo tecnológico y lo manual, lo local y lo universal. Cada obra es una cápsula del tiempo, donde lo viejo y lo nuevo conviven.
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Sobre el artista
Ángel Yegros (Asunción, 1943) es una figura reconocida de la escena artística paraguaya, con una trayectoria de más de seis décadas. Inició su camino artístico en 1964, año en que participó con éxito en la II Bienal Americana de Córdoba (Argentina) y en una exposición en la Unión Panamericana de Washington. Ese mismo año fue cofundador del grupo Los Novísimos, junto a William Riquelme, Enrique Careaga y José Antonio Pratt Mayans. Este colectivo marcó una ruptura con las tradiciones académicas, introduciendo lenguajes como el pop art, la nueva figuración y el action painting en Paraguay.
Aunque sus primeras obras ya mostraban una inclinación hacia lo matérico, fue en los años 80 cuando Yegros se volcó plenamente a la escultura en metal. Inspirado por el artista suizo Jean Tinguely, comenzó a trabajar con materiales de desecho industrial, como hierro, cobre y bronce, utilizando técnicas de soldadura eléctrica y autógena. Su primera exposición escultórica, “Metamorfosis”, se realizó en 1983 en el Instituto Cultural Paraguayo Alemán.
La obra de Yegros está profundamente influenciada por filosofías orientales y la cosmovisión guaraní. Conceptos como el tekoha (lugar del ser) y el pensamiento de Heidegger se entrelazan en su trabajo, que busca explorar la esencia del ser y su relación con el entorno. Sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas en países como Japón, España, Alemania, Francia, Argentina, Brasil y México.