La leyenda del chipá paraguayo, el conocido Juan Ramón Ayala, propietario de la exitosa empresa Chipa Barrero, falleció en la madrugada de ayer sábado. Ayala tenía 82 años y ayer dejó de existir en su vivienda ubicada en la compañía Capiipe del distrito de Eusebio Ayala, departamento de Cordillera.

Un genio de la gastronomía en el Paraguay le puso nombre y apellido a su producto, que hoy en día se comercializa en distintos puntos del país a través de una flota de sus propios vehículos.

Comenzó de muy niño con un canasto en la cabeza, no paró y armó todo un imperio. Juan Ramón Ayala es conocido como uno de los pioneros del chipá en nuestro país, un hombre que batalló desde abajo y logró salir a flote y, además, darle a su familia la vida que tal vez él no pudo tener.

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Cuentan los memoriosos que probablemente Ayala fue el primer hombre chipero en alzar un canasto sobre la cabeza, situación que no era bien vista por una sociedad particularmente conservadora. Es así que en sus inicios fue objeto de burlas y críticas por ser el oficio, en aquel entonces, exclusivo de mujeres, según cuenta la comunicadora Silvya Carvallo.

Venía a la ciudad de Asunción con su enorme canasto sobre la cabeza y vendía sus deliciosos chipás en cercanías de la plaza Uruguaya, el Ferrocarril y la Terminal de Ómnibus, ubicada en aquel entonces sobre la calle Azara y Constitución, de la capital paraguaya.

En los estadios de fútbol era todo un espectáculo verlo con su particular estilo de vender sus productos con la canasta en la cabeza llenas de chipás, subiendo y bajando las gradas. Siempre tenía una respuesta jocosa ante el pedido o los chistes de los espectadores. En menos de 10 minutos vendía toda una canasta. Actualmente es normal ver hombres chiperos, gracias a Juan Ramón Ayala. Paz en su tumba.

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