Uno de los activos positivos más relevantes que tiene el Paraguay es ser uno de los mayores generadores globales de energía por habitante, y que la misma sea energía hidroeléctrica, limpia y renovable. Sin embargo, según un informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) más del 83% de esa energía limpia es exportada a precios bajos y estables, importando el país hidrocarburos contaminantes a precios altos e inestables para cubrir su demanda energética, en un intercambio claramente desfavorable para el Paraguay.
El PNUD sugiere una serie de distintas aristas que se pueden abordar en la transición energética que debe ser recorrida por el Paraguay para lograr un mejor aprovechamiento de su energía hidroeléctrica limpia y renovable, lo que generará beneficios en cuanto a generación de trabajo y mano de obra calificada, impacto favorable en la balanza comercial del país, ampliación de los productos de exportación del país, y mejoramiento del medioambiente y la salud de los habitantes.
CONTEXTO OPORTUNO
Actualmente, el país se encuentra en un momento oportuno para impulsar su transición energética, que supone transitar desde las fuentes de energía existentes hacia otras más modernas y eficientes, limpias o no contaminantes, y sostenibles en términos ambientales. En el caso del Paraguay, la transición energética consiste en pasar de ser un país exportador de hidroenergía a convertirse en un país que usa la hidroenergía como plataforma para diversificar y dinamizar su economía.
En particular, en este informe el análisis de la transición energética se focaliza en el estudio de la transición eléctrica, con base en las metas establecidas tanto en el ODS 7 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como en el Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030.
El reporte señala que la cuestión energética en Paraguay se ha mantenido como tema de especialistas y altos funcionarios del Estado. “Los requerimientos técnicos necesarios para la comprensión del fenómeno y los elevados niveles en las tomas de decisión política favorecieron cierta indiferencia hacia la cuestión, tanto de parte de actores sociopolíticos y económicos relevantes, como de la misma ciudadanía en general”.
Nuestro país produce la energía más limpia del mundo
Posee nula emisión de anhídrido carbónico en el 99,9% de su generación eléctrica, según el Foro Económico Mundial.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que la energía utilizada cotidianamente en los hogares se vincula con los hidrocarburos, las hidroeléctricas y la biomasa; es decir nafta, energía eléctrica y leña o carbón vegetal. Junto con Albania, el Paraguay es el país que posee la producción de energía más limpia del mundo, debido a la nula emisión de anhídrido carbónico en el 99,9% de su generación eléctrica, según datos del Foro Económico Mundial (Paraguay.com, 2016). El superávit de energía hidroeléctrica con que cuenta conlleva la posibilidad de convertir esa energía en niveles más altos de desarrollo, mediante la transición hacia un sistema energético más sostenible.
POLÍTICAS PÚBLICAS
No obstante, para promover el desarrollo mediante el uso de la energía disponible es preciso implementar políticas públicas que promuevan el aprovechamiento de esa energía excedente en beneficio de toda la sociedad. La actual matriz energética del país se caracteriza por una importante producción u oferta de energía renovable, es decir, de hidroenergía (47%) y biomasa (33%), y una alta demanda o consumo de biomasa (44%) e hidrocarburos (40%). A pesar del incremento del consumo interno, existe un gran excedente de energía eléctrica en el país, que se exporta desde la culminación de las represas de Itaipú y Yacyretá.
El PNUD lanzó en diciembre del 2020 el Informe Nacional de Desarrollo Humano (INDH), uno de sus aportes más relevantes, ya que mide el desarrollo de las naciones a partir del Índice de Desarrollo Humano.