El Mercosur celebrará los días 2 y 3 de julio en Buenos Aires, Argentina, su cumbre semestral. Este encuentro no solo estará marcado por el traspaso de la presidencia pro tempore de Javier Milei a Luiz Inácio Lula da Silva, sino también por las expectativas en torno al acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
El bloque sudamericano llega a esta instancia en un contexto de tensiones globales y crecientes desafíos para el comercio internacional. Uno de los ejes centrales del encuentro será el impulso político al tratado de libre comercio alcanzado con la UE a finales del 2024.
Aunque el acuerdo logró un consenso político entre los bloques, su entrada en vigor depende de un proceso de ratificación aún incierto, especialmente del lado europeo, donde requiere la aprobación de los parlamentos de los 27 estados miembros.
En un mundo que enfrenta tensiones geopolíticas, guerras comerciales y efectos persistentes de la desaceleración económica global, los líderes del Mercosur buscan acelerar este pacto como herramienta de inserción internacional y crecimiento.
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Paraguay
Para Paraguay y Uruguay, las economías más pequeñas del bloque, el acuerdo con la UE representa la posibilidad de flexibilizar un esquema comercial que consideran demasiado rígido. Las negociaciones incluyeron excepciones arancelarias para productos clave, un punto que fue vital para obtener el respaldo de ambos países.
La apertura de nuevos mercados es vista por estos socios como un paso esencial para diversificar sus exportaciones y fortalecer su competitividad.
En el caso de Brasil, el mayor socio del Mercosur, el presidente Lula da Silva apuesta al acuerdo como pieza estratégica de su política exterior. Busca así reforzar el protagonismo brasileño en el escenario global, en paralelo a su rol en los BRICS, bloque que en el 2024 amplió su influencia con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Para el mandatario, avanzar en la alianza transatlántica podría equilibrar las relaciones de Brasil con Occidente y las potencias emergentes.
Por su parte, el presidente argentino, Javier Milei, ve en el tratado con la UE una vía coherente con su ideario aperturista, enfocado en la reducción de barreras comerciales y aranceles. Sin embargo, el propio presidente argentino promovió, de forma paralela, una posible apertura hacia Estados Unidos por fuera del Mercosur, algo que según analistas implicaría tensiones internas en el bloque.
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