• Fotos: Emilio Bazán

En este “Expresso” modo estandapero, Augusto dos Santos toma asiento junto al comediante Gato Siamés, una de las figuras más visibles del emergente movimiento del stand up en Paraguay. Dueño de un humor ácido, negro y hasta algo hermético, Camilo Acosta, su nombre fuera de escena, reflexiona sobre este versátil género artístico y sobre el humor de los paraguayos, a quienes considera muy difícil hacerles reír.

–¿No te figuraste la posibilidad de hacer lo que hace todo el mundo, o sea, tomar un trabajo en serio?

–Pero mi trabajo es serio, porque conmigo nadie se ríe (risas). Por eso agradecí mucho que me inviten a esta entrevista. Me encanta venir a entrevistas mientras que no sean de trabajo (risas).

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–¿Cómo te metiste en este mundo?

–Yo fui a un ciclo de stand up donde me habían dicho que si vos te presentabas con un monólogo de 5 minutos podías ganar 200.000 guaraníes. Entonces, esa misma tarde escribí el monólogo y me presenté y fui el peor. Y así durante 2 años.

–¿Perseguiste los 200.000?

–Sí, persiguiendo los 200.000 guaraníes hasta que le encontré al Gato Siamés. Dos años me tomó a mí encontrar.

–¿Era otro personaje o sencillamente era Camilo?

–Era Camilo a secas. No contaba yo con una identidad escénica. Eso implicaba que yo sonreía en el escenario, estaba ansioso de un lado para otro. Me tomó un par de años encontrarnos con el Gato Siamés.

–Hay una característica muy interesante que tiene tu personaje, porque aparte de toda la carga de comedia que habitualmente tienen todos los estandaperos, vos cargás con una actuación extra, llevar un personaje que necesariamente tiene que ser tan duro, ¿no?

–Sí, yo digo que mi acting es la falta de acting. Encontré ahí un tipo de actuación.

PERSONA ESCÉNICA

–¿Y dista mucho de lo que es Camilo en la vida real?

–No mucho. Yo siempre menciono que en el stand up existe lo que se denomina la persona escénica, que a diferencia de un personaje, que es adoptar una personalidad totalmente diferente a la tuya, una persona escénica vendría a ser un aspecto de tu personalidad, pero exagerado con fines cómicos. En mi caso, Camilo es muy inexpresivo y tiene tendencias depresivas, pero no al punto exagerado del Gato Siamés porque ahí ya sería una persona disfuncional. Pero sí tiene aspecto de Camilo el gato, pero exagerado.

–Este género se impuso muy fuerte, ¿no? Supongo que para ustedes es un momento lindo el que se vive.

–Sí, es un momento lindo y un logro obtenido porque todo ese crecimiento exponencial que hoy en día se puede apreciar es producto de la autogestión de los comediantes. Los comediantes transmutamos a productores porque somos nosotros quienes organizamos nuestros propios shows. Eso es algo que me enseñó a mí el stand up, no esperar a que vengan las oportunidades, sino yo ir detrás de ellas.

–No somos un país que tiene una oficina de productores, de comediantes. ¿Tenés que hacer todo, no?

–Uno tiene que producir sus videos, editarlos. Por ejemplo, aprovecho también para mencionar que el 14 de junio voy a organizar un show, un festival en el teatro de Caacupé. Y va a ser la primera vez que estaré en un teatro tan grande. Ya me presenté en teatro, pero es la primera vez que yo produzco y lo hago con mucha confianza. Se va a llamar JapuKa’acupe!

–¿Cómo te enganchaste con ese personaje?

–El Gato Siamés es mi alter ego. Entonces, yo le denomino como mi siamés. Y si se fijan en mi logo, es un gato siamés que a su vez tiene un siamés en su espalda. O sea, es doble siamés, es doble sentido. Porque el Gato Siamés representa eso, una dualidad entre la persona y el alter ego.

–No hay dudas de que tu representación es fuerte en el escenario y eso es un plus. Ahora, ustedes los gatos tienen un sentido corporativo. ¿A vos te picha, por ejemplo, que Gatito Fernández quede en el banco en estos tiempos?

–Y es que los gatos somos solitarios, no sabemos trabajar en equipo, preferimos estar solos en el banco (risas).

–¿Para vos el fútbol es buena historia?, ¿tenés algún clásico que contás al respecto del fútbol en tus shows?

–La verdad que no me llevo bien con el fútbol porque mi novia me dejó por un futbolista. Me chutó.

–Perdón...

–Él era... mejor partido.

CONFIANZA

–¿Cómo haces para no morir de miedo en el escenario y sostener una relación de humor durante 30 o 40 minutos y encima que te aplaudan cada tanto?

–La base personal es la confianza. Vos tenés que creértela y con base en eso se sostiene el resto. Si vos no creés en vos mismo, si vos no confiás en tu material, difícilmente el público también lo va a hacer. Entonces, la primera persona con quien tenés que combatir sos vos mismo contra el síndrome del impostor, contra esa voz en la cabeza que te dice que no sos lo suficiente, que no es lo tuyo.

–¿Te pasó alguna vez que derrapaste mal en todo un tramo de tu desarrollo en algún momento?

–Sí, claro que sí.

–Debe ser peor que te olvides el remate de algo.

–Pero uno tiene que saber zafar en esos momentos. La estrategia está en que el público no lo note. Por eso es importante disociarse de las emociones para que estas no te afecten. Por ejemplo, si el público no te está acompañando con las risas, con los aplausos, vos no te podés ver afectado por eso.

–A vos seguro te cuesta menos que al resto porque tu personaje es gélido, funerario.

–Eso uso mucho a mi favor. Es más, yo por ejemplo cuando me despierto enfermo o estoy un poco bajón, yo digo “perfecto, hoy va a ser una excelente noche”.

–Vos te caracterizás por un tono muy fuerte en tu vestuario. ¿Eso genera per se algún tipo de contacto distinto con la audiencia?

–Lo que yo siempre busco es generar un impacto no solamente en mi texto, sino en el aspecto visual porque yo quiero que la gente se acuerde de mí. La falda es algo inusual y queda ya en el inconsciente de la gente. ¿Qué onda ese person que está de negro y de falda? Para bien o para mal, pero la gente se acuerda.

–Ya rompiste con la facha digamos.

–Sí, es lo que yo siempre inculco. Uno tiene que sobresalir, uno tiene que mantenerse en la memoria de las personas.

CREACIÓN DIALÓGICA

–Hablando de la relación con el público, ¿sos de construir con ellos texto, diálogo o estás más encerrado en tu personaje en esa relación?

–La principal fuente de la creatividad es el diálogo. Y uno lo hace conversando. Mientras converses con más personas diferentes en lo posible, que te carguen con ideas, vivencias, experiencias distintas a la tuya, más creativo vas a ser.

–¿Vos sabés que te imitan en “Tercer tiempo”? ¿Qué les decís a esos imitadores?

–Shakiro, que es mi imitador, estuvo en mi último show y la mejor onda con ellos. Es muy bueno, es excelente Shakiro, muy buena persona también. Él me comentó que lo hizo con mucho honor, con mucho respeto porque sigue mi trabajo y yo lo tomo desde ese lado. Yo lo tomo desde el lado de que es un honor para mí que me imiten porque eso significa que estoy haciendo bien mi trabajo. Tengo un sello característico, una identidad bien definida. Si yo carecía de eso, no se me iba a poder imitar y que la gente sepa a quién se le está imitando, eso también habla bien. O sea, mantenerse en el inconsciente de las personas, ya sea mediante mí mismo o mediante un imitador.

–Quiero ir a un tema serio. No nos olvidemos que estamos en la semana de la independencia. Fulgencio Yegros, Rodríguez de Francia, Pedro Juan Caballero, Iturbe. ¿Cuántas calles participaron en eso del 14 de mayo?

–Sí, eso a mí no me cuadra. Así que mejor que se calle.

–La historia te deja humor suelto porque la historia es muy seria, digamos. Supongo que los historiadores no tienen mucho sentido del humor.

–Todos tenemos sentido del humor y en todo podés encontrar humor. Puedes encontrar humor en la historia, en la actualidad, eso es lo lindo justamente del humor, incluso también del humor negro. Por eso yo muchas veces afronto el humor negro desde el aspecto filosófico en el sentido de que aquel hecho trágico, nefasto, deplorable, pero aun así si le analizás desde una óptica cómica, puedes encontrar un chiste.

GÉNERO LIBRE

–Esa es una ventaja del monólogo comediante porque hay otros géneros en los que a veces lo prohibido, los tabús pesan más. En vuestro arte se habla casi de todo.

–Y es por la condición propia del monólogo, que etimológicamente significa mono (uno) y logo (discurso). El hecho de que sea individual, eso implica que vos sos el autor de tu comedia, de tu escrito. No hay nadie que pueda llegar a evitar o a dictaminar qué es lo que podés o no decir. En ese sentido, es un arte muy libre. Por supuesto que después vos te hacés cargo de las cosas que decís, pero no va a haber nadie que te diga “vos no podés hablar de esto o de aquello”. Esa es la ventaja del stand up.

-Me pregunto si en una sociedad tan conservadora como la nuestra ¿tuviste algún problema?

–Vos sabés que no. Justo el sábado pasado en este show al cual fue Shakiro, mi imitador, fue un show temático de humor negro y la gente va por eso, va esperando humor negro. Solamente que para hacer humor negro uno tiene que ser muy estratega.

–¿Por qué?

–Porque uno tiene que saber borrar sus rastros, uno tiene que saber cuidarse. Por ejemplo, yo humor negro no lo voy a hacer en redes sociales. Por eso si uno entra a mis redes sociales va a ver un humor más absurdo.

–La herramienta esencial en este arte es el absurdo, ¿verdad?

–Claro. El humor es antilógica. Es antiestructura. Entonces, vos tenés que quebrar.

–Marcelo Tolces, que es director creativo del canal GEN, me apuntó una consulta que quería que te haga. ¿Qué relación tienes con Camilo Soares.

–Así como Camilo Soares, yo soy revolucionario, soy bohemio, o sea, soy un vago. Entonces, en eso nos parecemos.

–¿Quiénes te inspiran en este negocio del stand up hoy en Paraguay?

–Más allá del lado creativo, en Paraguay me inspiran por el lado de la producción. Entonces, me inspiran los comediantes-productores que hicieron un trabajo rentable el stand up, el arte. Cuando me preguntan ¿se puede vivir del arte?, yo siempre digo que se puede vivir de lo que sea si es que vos tenés una buena estrategia y la constancia necesaria como para vender y confiar en aquello que vendés.

PODER TERAPÉUTICO

–¿Estudiar psicología te ayuda con lo tuyo?

–Sí, el humor es una gran ayuda terapéutica en el sentido de la autoestima, el hecho de poder escribir un monólogo y que la gente se ría, te aplauda por tus ideas. Eso ayuda mucho también contra la depresión al transformar las ideas negativas en arte, que es lo que hago desde el lado social también, que te ayuda a comunicarte mejor e incluso en el sentido neurológico, porque el stand up es un ejercicio creativo constante. Siempre tenés que estar creando y así le das neuroplasticidad a tu cerebro. Así como cuando vas al gimnasio y ejercitás tu cuerpo, el stand up es un ejercicio mental constante que ayuda psicológicamente.

–¿El paraguayo se ríe de sí mismo?

–Es muy difícil hacerle reír al paraguayo. Por ejemplo, en otros países el público va a un show esperando reír, queriendo reír. En cambio, muchas veces el paraguayo va, se sienta y ya está con los brazos cruzados. El público paraguayo es muy difícil porque no va con la intención de reír muchas veces. Va con una actitud confrontativa en el sentido de ¡haceme reír!, ¡a ver qué tan kachiãi sos! Es como que te desafían.

–Finalmente, ¿por qué vos sostenés que Paraguay va a clasificar para el Mundial?

–Y ahora está muy tensa la situación entre Ucrania y Rusia. En cualquier momento va a haber una tercera guerra mundial, entonces ahí Paraguay por fin va a formar parte de vuelta en un mundial.

–¿Sos de ir a la cancha?

–No, porque no soy canchero.

–Pero ¿tenés un club?

–Tengo un club.

–¿Cerro?

–Y mejor que acá la entrevista ya se cerró y así me expreso.

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