Estas fechas guardan una especial comunión con los que ya no están. En nuestro país se recuerda hoy el Día de Todos los Santos, mientras que en México una de las más famosas fiestas tradicionales del continente da inicio: el Día de Muertos. Con sus calaveras, su colorido altar, su música y su comida, una muestra de esta expresión cultural mexicana se podrá vivir esta tarde a través de una ceremonia transmitida por internet desde la Embajada de México en Asunción. Esta rendirá también este año un homenaje a las víctimas de la pandemia de covid-19.

Por Arturo Peña

arturo.pena@gruponacion.com.py

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Fotos Eduardo Velázquez.

“La muerte es demo­crática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”. En la frase de José Guadalupe Posada reverbera esa peculiar forma en que la cultura mexicana confronta el misterio de la muerte. El afamado grabador e ilustra­dor sintetizó este sentir en sus famosas calaveras, ves­tidas con elegantes trajes, festivas e irónicas, a las que otro gran artista mexicano, Diego Rivera, les dio enti­dad: las Catrinas.

Las Catrinas y los Catrinos son figuras emblemáticas de una de las fiestas tradicio­nales más importantes de México: el Día de Muertos, que se recuerda hoy y mañana en ese país. Por su originali­dad y sus fuertes raíces pre­hispánicas, esta celebración popular llena de colorido, música y buena comida –en esa singular paradoja de cele­brar con regocijo y humor la muerte– fue declarada Patri­monio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en noviembre del 2003.

En la Embajada de México en Asunción, una muestra de esta fiesta se expone cada año a través de un tradicional altar del Día de Muertos, donde se exponen los elementos típi­cos, así como también la música y la poesía mexicanas. Este año el montaje tiene un mensaje muy especial, ya que está dedicado a todas las vícti­mas del covid-19 en el mundo y a personalidades “que ya se nos adelantaron” durante el período de la pandemia.

Por las circunstancias actua­les, la ceremonia que se realiza en el auditorio Juan Rulfo de la sede diplomática, en concor­dancia con la fiesta en tierras mexicanas, se hará este año de forma virtual. Para ello, la Embajada de México invita a todas las personas a seguir la transmisión online de la “Celebración del Día de Muer­tos: Reencuentro con nuestras raíces”, esta tarde, a las 19:30 de Paraguay (16:30 de México) por el Facebook Live de la ins­titución (www.facebook.com/embamex.paraguay). Las per­sonas podrán interactuar a través de la transmisión ofre­ciendo sus comentarios o anécdotas y que aquellas que quieran visitar el altar podrán hacerlo mañana, 2 de noviem­bre, anotándose previamente (ver cuadro).

EL ALTAR

El 1 y 2 de noviembre, la tradi­ción de recordar a los ausen­tes en el Día de Muertos es una de las de mayor arraigo en México. En estas fechas “se convive con los difuntos compartiendo el pan, la sal, las frutas, los manjares culi­narios, el agua, el incienso y el copal, las flores y, si son adul­tos, el tequila o el mezcal, y los juguetes para los niños”. Para los mexicanos "ofren­dar es estar cerca de nues­tros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida.

La ofrenda es un reencuentro con nuestros difuntos".

“Esta es la celebración popu­lar más sentida y conocida en el propio México y en el mundo, porque reafirmamos los mexicanos en esta fecha nuestra identidad, nuestras raíces. En esta celebración encuentras elementos de dos culturas, la indígena y la espa­ñola-cristiana, y esto es un sin­cretismo que recoge elementos de ambas y que da lugar al mes­tizaje, de la gente y de las cul­turas”, explica el embajador de México en nuestro país, Juan Manuel Nungaray.

Carlos Fernández Rottman, Jacqueline Morán Rosas y Joaquín Martínez, caracterizados como Catrines y Catrinas.

Una de las piezas centrales de la conmemoración del Día de Muertos es el altar. “Allí se destacan los colores brillan­tes, alegres, vivos, porque a nuestros difuntos hay que recibirlos con alegría, hay que darles sus alimentos preferi­dos, como maíz, frijol o chiles; hay que cantarles las cancio­nes que les gustaba escuchar, hay que darles su bebida pre­ferida. Es decir, hay que darles un magnífico recibimiento”.

En el altar se reúne una serie de elementos muy distintivos, siendo de los más llamativos las calaveras, conocidas como Catrinas, que en su forma esquelética se ofrecen como figuras de personajes tradi­cionales y de la vida cotidiana: un organillero, un vendedor de “paletas”, una dama vestida con elegantes atuendos, una embarazada, un médico, una novia solitaria o unos amigos bebiendo en una cantina.

El embajador Juan Manuel Nungaray.

UN HOMENAJE

El altar montado en la emba­jada este año tiene una parti­cularidad: está a tono con la situación global por el coro­navirus. Las calaveras llevan puestos sus respectivos tapa­bocas como signo de home­naje a la lucha contra este mal. "El concepto es ‘La ciudad de México que enfrenta a la pan­demia’. Esto (el altar) es la capi­tal mexicana, a grosso modo: tenemos un mercado popular con dulces y calaveritas de azú­car; tenemos el Panteón civil donde está la Rotonda de los hombres ilustres, personas que han contribuido a la cul­tura mexicana. Atrás se ve la iglesia de Coyoacán y en frente una novia que se quedó vestida y alborotada, como decimos nosotros, porque el coronavi­rus se llevó al novio. Tenemos una cantina, “La última y nos vamos”, un lugar típico donde la gente va a tomar cerveza. También el Palacio de Bellas Artes, un edifico icónico de la ciudad, y el Ángel de la Inde­pendencia, que es el lugar de las celebraciones. Y por supuesto, el Hospital Juárez, un centro de referencia en la batalla contra del coronavi­rus", explica el embajador en un recorrido por el altar.

"En esta ocasión tenemos un luto colectivo por personas mexicanas, paraguayas y del mundo que se las ha llevado la Catrina, la Pelona, la Calaca o la Huesuda, como le decimos a la muerte. Entre ellas, por ejemplo, el astrónomo para­guayo Blas Servín, la estrella del básquet Koby Bryant, el “Loco” Valdez, comediante mexicano; el premio Nobel de Química, Mario Molina, y también a una compañera que trabajaba con nosotros acá en la embajada (sus rostros están reunidos en un portarretra­tos). Es una muestra de fra­ternidad, de solidaridad y de hermandad en estos momen­tos del coronavirus. La invita­ción que hacemos como mexi­canos es la de sumar esfuerzos y voluntades, y a través de la cultura pues manifestamos esta hermandad con todos los pueblos, y en este caso con­creto con el pueblo paraguayo, que es un pueblo muy noble, una gente, que llamo, de son­risa en los labios, gente alegre y que aprecia mucho a México", agrega Nungaray.

UNA REDIMENSIÓN

Frente al altar, la cruz cris­tiana, hecha con imitaciones de las flores de cempasúchil, como signo de ese sincre­tismo que menciona Nun­garay. Estas flores, según explica el embajador, tienen un color naranja muy vivo y un aroma muy intenso, y con ellas los mexicanos adornan los portales de los altares, las casas e iglesias y también las tumbas en los cementerios. El objetivo es que la fragan­cia guíe a las almas de los difuntos hasta el lugar. En la cima, las imágenes de la Vir­gen de Guadalupe, patrona de México, y la Virgen de Caa­cupé, del Paraguay, como símbolo de comunión espi­ritual de ambos pueblos.

Tampoco falta el “Pan de muerto”, que se elabora en estas fechas y que se consume en todas las casas mexicanas.

Lleva anís, lo que le da un sabor muy especial y se pre­senta como una especie de montículo con los huesos del difunto en la parte de arriba, señalando los puntos cardina­les. “No hay familia mexicana que no se reúna para merendar el “Pan de muerto” con cho­colate. Todas las panaderías de México están llenas de este pan en estos días”, explica Jac­queline Morán Rosas, jefa de Cancillería y Agregada Cultu­ral de la embajada.

Morán recuerda también la película “Coco”, la produc­ción de Pixar estrenada en el 2017 y que tuvo gran éxito de taquilla en Paraguay y en el mundo. Para ella, el filme fue una forma de acercar a mucha a gente a lo que es para los mexicanos la tradición del Día de Muertos. “Muchos no sabían qué era realmente esta festividad y la película tiene muchos elementos ciertos de la celebración. Nos enseña que mientras uno recuerde a sus seres queridos, ellos están vivos”, afirma Morán. Uno de los protagonistas de “Coco” es Dante, un perrito de la raza xoloitzcuintle, que es endé­mica de México. Según la tra­dición, estos perros son los que guían a las almas a la tierra de los muertos, cruzando un río.

“En los últimos años hay una redimensión del Día de Muertos en México. Anti­guamente solo se realizaba en algunas regiones, pero ahora es una celebración de carácter nacional. Muchos en el exterior creen que es el Halloween, pero no es así; incluso los jóvenes tienen sus fiestas, pero prefieren ir ves­tidos como Catrines y Catri­nas antes que con disfraces de las películas de terror”, agrega Morán. “El Halloween nunca pudo con el Día de Muertos, ni nunca podrá. Es una especie de resistencia cultural”, dice a su vez Joaquín Martínez, quien trabaja en la adminis­tración de la embajada.

CALAVERITAS LITERARIAS

Otro elemento tradicional del Día de Muertos son las “Calaveritas literarias”, que “son escritos mexicanos en forma de verso que riman bien bonito. Entonces ahí uno va describiendo la forma en que la Catrina te atrapa. Puedes regalárselo a alguna persona o compartirlo en un encuen­tro. Me acuerdo que mi abuela decía una Calaverita: ‘¡Ay! que ricos orgullosos ¡Ay! con la pierna cruzada, que al llegar al campo santo, no hay cala­vera plateada’”, recuerda el embajador Nungaray.

Una Calaverita literaria que forma parte de la muestra en la embajada mexicana, aporte de Carlos Fernández Rottman, encargado de Asuntos Econó­micos de la legación, dice en parte: “Sin importar su doble vida, la calaca compasiva, dijo: ‘aquel que me lo pida, me lo llevo a mejor vida’”.

PARA VISITAS

La Embajada de México habilitará las visitas para las personas interesadas en cono­cer el altar del Día de Muertos que se encuentra en esa sede, en avenida España 1428 casi San Rafael, en Asunción. Mañana, lunes 2 de noviembre, se estará recibiendo a los visitantes en grupos de 6 personas o miembros de una familia. Para poder participar se debe enviar un mensaje al chat privado de la página de Facebook de la embajada o comunicarse al (021) 606 427, para reservar un lugar.

El horario para visitar el altar irá de 10:00 a 14:00. Para ingresar será obligatorio el uso de tapabocas, así como la medición de la temperatura en la entrada, el lavado de manos y la distancia social.

TODOS LOS SANTOS

El calendario religioso paraguayo tiene entre hoy y mañana dos fechas muy importantes en las que se evoca la memoria de aquellos que ya no están. Hoy se celebra el Día de Todos los Santos, mientras que mañana, el Día de Todos los Difuntos. En ambos, la actividad principal, además de las ceremonias reli­giosas, es la visita a las tumbas en los distintos cementerios del país.

Los camposantos se ven en estas fechas abarrotados de gente, imagen que no se tendrá este año debido a las restricciones sanitarias existentes por la pandemia de covid-19. Varios cementerios abrirán sus puer­tas, pero siguiendo estrictos protocolos, como por ejemplo el agendamiento previo de los visitantes para limitar el ingreso de gente. Otros, sin embargo, ya anunciaron que permanecerán cerrados para evitar aglomeraciones. Las personas mayores de 60 años, que por lo general son las más devotas en estas fechas, tendrán el acceso restringido en la mayoría de los cementerios que habilitarán visitas.

Vendedores de velas, de imágenes de santos, de flores y de los tradicionales kurusu paño de las cruces, que se renuevan en estos días como parte de la tradición, conforman también esa postal religiosa de estos días; aunque, como mencionamos, las circunstancias de este año afectarán en gran medida a estas actividades.

En contraste con la festividad mexicana, en nuestro país estas fechas se vive más el luto, evocando a los seres queridos que ya no están de una forma más solemne.

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