Por David Sánchez, desde Tallin (Estonia), X: @tegustamuchoelc (*).

“Semilla del desierto”, la más reciente obra del director colombiano Sebastián Parra, ha conquistado un lugar en la Selección Oficial del Tallinn Black Nights Film Festival (PÖFF), donde hace su estreno mundial llevando los paisajes áridos y fascinantes de La Guajira a una de las vitrinas cinematográficas más importantes del mundo.

Parra define su película como “un retrato donde la crudeza de la realidad cotidiana se entrelaza con lo apocalíptico”. Inspirada en su tierra natal, la obra explora las emociones humanas a través de un paisaje que, en palabras del cineasta, “es mucho más que un espacio físico: es un estado emocional”.

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La historia sigue a Caviche y Chelina, dos jóvenes enfrentados a un embarazo no deseado y a la amenaza de un padre implacable. Su búsqueda desesperada de dinero para un aborto los lleva a involucrarse en el contrabando de gasolina a través de la peligrosa Caravana de la Muerte, donde no solo enfrentan los riesgos de su actividad, sino también los fantasmas del desierto que los rodea.

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“Soy de Urumita, un pequeño pueblo al sur de La Guajira”, explica Parra. “Aunque mi conexión con el desierto no es directa, siempre ha estado en mi imaginación como un lugar lleno de historias y desafíos”. Para capturar esa esencia, la película fue filmada en localidades icónicas como Uribia, Manaure y el Cabo de la Vela, cuya autenticidad Parra considera fundamental.

Más allá de su narrativa principal, “Semilla del desierto” aborda problemáticas sociales como el contrabando de combustible, un tema que, aunque tratado desde la ficción, tiene un trasfondo crítico. “No quería señalar culpables, sino reflexionar sobre cómo decisiones externas impactan a las comunidades locales”, detalla Parra.

El proyecto destacó por su decisión de trabajar exclusivamente con actores no profesionales, seleccionados tras un proceso de audiciones en el que participaron más de 2,000 personas. “No buscábamos solo el perfil físico, sino el emocional”, señala el director. Entre las escenas más impactantes está la candelita del macho, una competencia de resistencia entre dos coches atados por una cadena, donde el perdedor termina envuelto en llamas. “Es ficción, pero se nutre de vivencias reales reinterpretadas para la pantalla”, explica.

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La obra refleja las influencias de Parra, quien menciona a cineastas como Amat Escalante y Carlos Reygadas, aunque subraya que su formación más importante fue filosófica. “El cine ya no es solo entretenimiento para mí; ahora lo veo como una herramienta para dialogar con la realidad y plantear preguntas”.

La selección en un festival de categoría A, como el de Tallin, marcó un hito para el equipo. “Mi primer pensamiento fue: ‘Habrá más ojos viendo nuestra historia’. Y eso es lo más importante: que nuestras narrativas viajen y provoquen reflexiones en audiencias internacionales”. Tras su estreno en Estonia, “Semilla del desierto” ha recibido elogios por su autenticidad y profundidad. Parra considera este diálogo con el público como la mayor recompensa.

* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

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