La República del Líbano es una democracia parlamentaria, cuyos principales poderes, según su Constitución Nacional, deben ser liderados por ciudadanos que pertenezcan a una determinada religión. El presidente debe ser uno de confesión cristiana maronita; el presidente del Parlamento, musulmán sunita (la rama islámica que predomina en casi todos los países árabes), y el primer ministro, musulmán chiita (la misma rama del islam que predomina en Irán).

Hezbolá, en árabe “Partido de Dios” y de ideología chiita, controla de facto gran parte del país y sus instituciones. Al igual que Hamás en la Franja de Gaza y Cisjordania, nació con la firme intención de hacer desaparecer al Estado judío que se encuentra al sur del país y es considerado un grupo terrorista global, por el alcance de sus acciones.

Desde el 8 de octubre, al día siguiente del ataque de Hamás a poblaciones del sur de Israel, Hezbolá ha realizado ataques diariamente contra el norte de Israel y en algunos casos también hacia el centro de ese país.

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Una vez resuelta la guerra en Gaza, el gobierno de Israel ha aprobado los planes para neutralizar al grupo libanés. Esto ha desatado una fuerte campaña en todo el Líbano, conscientes de lo que puede representar que Israel pierda la paciencia contra el grupo terrorista sometido por Irán. La situación económica en Líbano dista mucho de los buenos años, antes de la irrupción de Hezbolá y su agenda proiraní.

Los libaneses saben que sería insostenible la vida en su país si se produce una guerra entre el grupo terrorista y el país vecino, y lo peor, todos se verían involucrados aún sin desearlo.

Las imágenes de armamento procedentes de Irán y almacenados en el aeropuerto de Beirut trajeron a la memoria de los libaneses lo sucedido hace algunos años en el puerto de la misma ciudad, cuando un cargamento de fertilizantes que se utilizan también para la fabricación de explosivos, propiedad del grupo terrorista y almacenado en sus depósitos, estallara provocando centenares de víctimas fatales inocentes.

Los periodistas, influencers y personalidades libanesas han comenzado una masiva campaña en contra del Hezbolá, convencidos de que no quieren la agenda de muerte que a través del grupo terrorista plantea Irán. Las cosas no están fáciles porque los militantes del grupo terrorista no dejan de atacar al territorio israelí y aunque la respuesta de este último es bastante localizada, la posibilidad de escalar hasta una situación descontrolada es mucho mayor de lo que se piensa. Y lo peor, dudo mucho de que se limite a un enfrentamiento entre Israel y Hezbolá.


Etiquetas: #Líbano#Irán

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