Por Carolina Vanni

carolina.vanni@nacionmedia.com

Hace tiempo el clima registra variaciones y no se comporta de manera “habitual”. Algunas personas dicen que es un proceso natural del planeta que ya había pasado por una situación similar, mientras que otros piensan que esto es producto de la actividad humana irresponsable.

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Más allá de las controversias, las fake news (noticias falsas) y las divisiones entre ecologistas y terraplanistas, los fenómenos meteorológicos severos dejan sus huellas en las personas. Las tormentas y raudales causan estragos en la ciudad y en el campo la sequía pone en jaque la generación de alimentos y al ecosistema con los incendios que arrasan con lo que hay a su paso.

Gonzalo, estudiante del Colegio Felipe Toledo, piensa que los malos hábitos de consumo (la cultura del descarte) y la mala utilización de los recursos naturales nos condujo a donde estamos. Él cree que muchas enfermedades están asociadas a la crisis del clima. Según Greenpeace, sí favorece la transmisión de patógenos causantes de males, como el dengue, asma, diarrea y otros más.

Con la Ley N° 5875 “Nacional de Cambio Climático” se conformó la Comisión Nacional de Cambio Climático y se creó la Dirección Nacional de Cambio Climático. Foto: LN

Julián Báez, director de la Oficina Regional de la Organización Meteorológica Mundial para las Américas, asegura que el cambio climático se está acelerando con impactos muy significativos en todos los aspectos y “se siente más en los países menos desarrollados”.

Pero, ¿cómo nos afecta? En esta nota los expertos explican los alcances en el día a día. Un sector vulnerable es la niñez y adolescencia, cuya capacidad se ve amenazada para sobrevivir, crecer y prosperar, según Unicef.

Vulnerabilidad

El aporte de Paraguay a las emisiones globales es del 0,09 %, comenta Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay. Pero según el Índice de Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático en la Región de América Latina y el Caribe, Paraguay está en la categoría de “riesgo extremo”.

Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay. Foto: Gentileza

La alta dependencia económica en la producción primaria, la escasa infraestructura y mala planificación de las ciudades, así como la falta de un sistema de alerta temprana; la pobreza, la desigualdad y medios de subsistencia, son algunos aspectos que hacen a la vulnerabilidad.

Óscar Rodas explica que la situación geográfica, la mediterraneidad, la tipología plana que favorece las inundaciones, así como el tipo de clima tropical, contribuyen a la vulnerabilidad. Al ser un país mediterráneo se utilizan los ríos para importar y exportar y con la sequía el transporte fluvial se encarece.

Así nos afecta

“El cambio climático impacta en la calidad de vida de la población”, dice Ethel Estigarribia, directora de Cambio Climático del Mades. Las sequías prolongadas, las inundaciones, la afectación de plantas y animales, pérdidas económicas, calidad y disponibilidad de los recursos hídricos, entre otros, son algunos efectos.

En el 2015, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Paraguay se comprometió a reducir el 10% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. Foto: LN

Las olas de calor con altas temperaturas, así como los raudales que incluso causan muertes cuando llueve mucho, forman parte de la convivencia diaria con el cambio climático, explica Ethel Estigarribia.

Cuando hablamos de sequía, afecta a los cultivos, a la navegabilidad de los ríos y agudiza la escasez del agua, como en el Chaco. La crecida obliga a la gente a abandonar su casa y buscar sitios secos, como los refugios, en donde las condiciones de vida son precarias y proliferan las enfermedades por el hacinamiento. Cuando los albergues son insuficientes, se ocupan plazas y calles.

Paraguay es un gran productor agrícola y ganadero y la sequía o la inundación ponen en peligro la seguridad alimentaria. “Para la producción de alimentos, sean de origen animal o vegetal, se necesita de un clima estable”, indica Julián Báez.

Julián Báez, director de la Oficina Regional de la Organización Meteorológica Mundial para las Américas. Foto: Gentileza.

En el 2023, unos 2.845 alumnos de 16 escuelas sufrieron por las inundaciones, según el Ministerio de Educación y Ciencias, que recomendó clases y cierre de los procesos de forma virtual en las zonas afectadas. “Cuando llueve no hay clases y en días calurosos es imposible lograr que los niños se concentren”, explica Sonia Maidana, maestra de la Escuela Básica 135.

En el 2023 el país sufrió la epidemia de chikungunya debido a la proliferación de mosquitos por las condiciones climáticas y los malos hábitos de la gente. La enfermera María Aquino dice que las altas temperaturas afectan a la gente con golpes de calor, insolación, deshidratación, diarrea y vómito.

Ingresando al sitio web Aire Paraguay se puede saber la calidad del aire. La contaminación a consecuencia de los incendios lleva a más cuadros alérgicos, explica el doctor Ricardo Meza, alergista e inmunólogo del Hospital de Clínicas.

Las olas de calor y la sequía tienen efectos adversos en la producción de frutas y cultivos en el campo y en la ciudad afecta en la calidad de vida de la gente. Foto: Archivo

Mitigar y adaptar

La mitigación es la acción de reducir la generación de los gases de efecto invernadero. Paraguay tiene un compromiso asumido de reducir la huella de carbono en sectores como el uso de la tierra, la agricultura y ganadería; el sector energético, en los procesos industriales y en el uso del combustible fósil.

La Ley 251/93 ratifica la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Ley N° 5875 de Cambio Climático busca implementar acciones de mitigación que reduzcan la vulnerabilidad y mejoren las capacidades de adaptación.

Un trabajo conjunto logró la elaboración del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2022-2030, que lleva adelante trabajos en el campo y en la ciudad para lograr el desarrollo resiliente al clima. La construcción de infraestructuras para la protección de ciudades, así como políticas para reducir pérdidas, son algunas acciones implementadas.

Mientras en el hemisferio norte mucha gente muere de calor, en el sur las bajas temperaturas no ceden. Foto: NM

Forestar, reforestar, usar conscientemente la energía eléctrica, evitar la impermeabilización del suelo, son acciones ciudadanas que pueden ayudar”, explica Julián Báez, mientras Gonzalo plantea el uso de “fuentes de energías renovables” y el “reciclado”, que es la reutilización de materiales como el vidrio, plásticos y metales. Para lograr esto se deben mejorar los sistemas de recolección, trabajar en la educación y aprender a separar la basura.

Óscar Rodas sostiene que cuando tengamos mayores sistemas de alerta, de información sobre los eventos climáticos extremos, “se podrá organizar mejor los sistemas productivos, de salud, de protección social, para aumentar la resiliencia ante el cambio climático”.

“Existen planes para crear comunidades resilientes. Como ejemplos, la estrategia educativa con el MEC para crear más conciencia, con el MAG para que con el productor tenga estrategias para evitar una pérdida total ante una sequía. Pero necesitamos tecnología y financiamiento”, asegura Ethel Estigarribia.

La Dirección Nacional de Cambio Climático trabaja en implementar acciones que reduzcan la vulnerabilidad, mejoren las capacidades de adaptación. Foto: LN

Acciones diarias que contribuyen:

Evitar las bolsas del supermercado.

Plantar árboles y arbustos nativos en los patios y veredas.

Cargar el lavarropas bien lleno para ahorrar agua y energía.

Reducir el uso de papel.

Evitar el uso de desechables, como isopor y plástico.

La correcta disposición de la basura


Galería de fotos: Las dos caras de una misma moneda: la lluvia.


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