El presidente electo, Santiago Peña, brindó una entrevista al reconocido medio argentino Clarín, en el cual habló sobre su victoria en los comicios del pasado 30 de abril, sus perspectivas de gobierno así como su visión del panorama político social de la región. El economista señaló la importancia de encontrar un equilibrio en el centro entre las ideas relacionadas a la izquierda y la derecha, y destacó que el discurso ganador de las elecciones generales fue uno que estuvo basado en el desarrollo del país.

En esta conversación, Peña abordó sobre el futuro del Mercosur y como avanzar hacia un bloque con aún más integración entre los países miembros. Destacó la relación diplomática con Taiwán, país con el Paraguay se vincula oficialmente desde hace 66 años y las cuales son naciones que están unidas por los mismos principios y valores.

Peña manifestó que este vínculo con Taiwán no es un elemento que imposibilite a Paraguay tener relaciones comerciales con otras naciones. Asimismo, destacó la estabilidad macroeconómica de nuestro país, el que se ha mantenido a pesar del contexto internacional y en esta misma línea, señaló la importancia de nuestro sistema impositivo que ha permitido aumentar la recaudación disminuyendo la tasa.

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A continuación, dejamos a disposición de los lectores de La Nación/Nación Media la transcripción de la entrevista realizada por Clarín.

El discurso ganador

- En una región con gobiernos que se dicen de izquierda, ¿Usted abre una nueva instancia?

- Creo que la victoria refleja el sentimiento del Paraguay y de los paraguayos, ciertamente mi perfil puede ser visto como un perfil de derecha, pero en realidad es una visión nacionalista, del desarrollo de Paraguay. El Partido Colorado es centenario, ha sido capaz de entender también los momentos de la historia y el sentir de la población. Yo de alguna manera reflejo una visión más moderna de la política del sector público.

No es una cuestión de si nos movemos más hacia la derecha o hacia la izquierda, acá es cómo nos movemos hacia adelante. Creo que ese fue el discurso que ganó, más allá de una inclinación ideológica en cualquiera de los extremos.

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Clarín de Argentina consultó a Santiago Peña sobre su visión en el aspecto nacional e internacional. Foto: Gentileza

- ¿Qué efectos está produciendo en la región la crisis económica global? ¿Ve un corrimiento de los electorados al centro como en el caso brasileño?

- El socialismo tuvo sus fracasos, pero también el neoliberalismo fue claramente también un fracaso. Tenemos que encontrar nuevamente el equilibrio en el centro. Creo que Estados fuertes, presentes, son fundamentales en aquellas áreas donde el Estado tiene un rol indelegable. Servicios públicos como la salud, la educación, la seguridad, siempre el Estado va a ser el único capaz de resolver esos problemas de una manera justa y equitativa para todos.

Pero también, la única forma de generar riqueza es a través de la generación de empleo, las inversiones y ahí necesitamos una economía de mercado que reconozca la propiedad privada, el imperio de la ley ante todo y, Estados al servicio de la ciudadanía y con esto quiero decir también de las empresas. Eso no quiere decir que estar sometido al capital privado sino que seamos grandes aliados.

El Mercosur

- ¿Concuerda con Uruguay en el sentido de generar una apertura en el Mercosur?

- Tenemos que reconocer que desde la firma del tratado de Asunción en 1991 a esta parte, han habido enormes avances en materia de integración económica. Ahora, cuando lo comparamos con otros bloques económicos como los del sudeste asiático, la Unión Europea, claramente estamos lejísimos de un escenario ideal.

- ¿Cómo se avanza entonces?

Lo que nosotros tenemos que hacer es no mirar de manera crítica los pasados 30 años, sino proyectar un futuro mucho mejor, donde avancemos en ese proceso de integración.

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- ¿Cómo lo imagina?

-Esa integración tiene que ser respetuosa de los procesos políticos, porque es a través de la política que los pueblos se expresan, nosotros tenemos que entender los momentos. Hoy en Brasil, yo creo que esta tercera presidencia de Lula puede ser una emblemática para Paraguay, Uruguay y Argentina, por supuesto para Brasil, de poder dejar un legado hacia el futuro. Y bueno, expectantes de qué es lo que ocurrirá en la Argentina en el mes de octubre y noviembre para que ahí sí nos podamos unir los cuatro países y de una mirada pragmática podamos decir, decidamos avanzar.

- ¿Se ve gobernando en el Mercosur con una propuesta como la de Javier Milei? ¿En Paraguay tienen a un dirigente de perfil similar, Payo Cubas, a quien apodaron el “Miley paraguayo”?

- Yo creo que son propuestas totalmente diferentes. Claramente hay una similitud en que los dos somos economistas. Utilizamos mucho de la evidencia histórica de las políticas públicas, pero claramente la mirada de él es responde al contexto argentino, donde lastimosamente 70 años de déficit fiscal han llevado a que la Argentina le haya tenido que quitar 16 ceros a su moneda, entonces la propuesta es muy radical que es como una respuesta a la situación económica de la Argentina.

A diferencia del Paraguay, que históricamente ha tenido un comportamiento macroeconómico mucho más prudente. No es mérito mío que fui ministro o presidente del Banco Central, sino es la conquista de una sociedad que ha entendido que la estabilidad macroeconómica es un bien público.

Santiago Peña destacó la baja presión tributaria de nuestro país, la cual permitió aumentar las recaudaciones. Foto: Gentileza

Un Estado más desarrollado

- Es un concepto interesante en una región que ha tenido graves fallidos en el manejo del erario público

- Mi propuesta es que sobre esos cimientos macroeconómicos tengo que construir un Estado más desarrollado que genere capital humano de alto nivel. Salud, educación, infraestructura, que permita que el Paraguay pase de ese Paraguay de USD 5.000 per cápita a un Paraguay primero de USD 10.000, que es el promedio de Sudamérica, y después proyectarnos a países de la región altos, que están en USD 25.000 y 30.000 per cápita.

- Hasta qué punto es hoy un desafío lograr esa estabilidad macroeconómica?

- En el caso de Paraguay no te diría que es un desafío imposible, lo hemos demostrado. Nosotros vamos a cumplir este año 80 años de nuestra moneda, el guaraní. En ese mismo periodo el Brasil pasó por innumerables casos de inestabilidad, el plan real, el plan cruzado, hiperinflación. A la Argentina le pasó lo mismo, también a Bolivia y Uruguay.

Así como decía Augusto Roa Bastos, Paraguay es una isla rodeada de tierra y ese aislamiento le permitía al Paraguay también blindarse de vaivenes políticos y económicos. Yo estoy convencido de que el Paraguay es un país condenado al éxito. En la medida en que nosotros podamos proyectar e insertarnos a un mundo cada vez más competitivo, un mundo que necesita de alimentos, que necesita de agua, un mundo que necesita escenarios estables.

- Usted se manifiesta de centro, ¿le preocupa o asusta gobernar en paralelo con dirigentes de ideas más rígidas liberales, como señalamos con el caso eventual de Argentina?

- No, para nada. Creo que si el pueblo argentino finalmente se vuelca por una figura como Milei, por ejemplo, ojalá que tenga la capacidad de hacer los cambios. Argentina necesita hacer cambios económicos muy profundos y esos cambios van a tener y van a implicar un costo social muy alto de corto plazo para un beneficio de largo plazo.

Relaciones internacionales

- Cuando recientemente le preguntaron sobre las tensiones que influyen en la región entre Estados Unidos, China o Rusia, usted recomendó guiarse por los “intereses nacionales”. Paraguay tiene relaciones diplomáticas con Taiwán y no con China, ¿cómo influye esa cuestión y de qué modo lo hace en el Mercosur?

- Nosotros nos relacionamos con China mucho más que con Taiwán. Paraguay se abastece de productos de China continental y China es el principal comprador de mayor producto de exportación de Paraguay, la soja. Ahora, nosotros una relación diplomática con Taiwán desde hace 66 años, compartimos principios y valores. Este mundo que vivimos ya no es el bipolar de la Guerra Fría, es un mundo multipolar, yo creo que lo que tiene que prevalecer son los intereses nacionales de cada país. Podemos tener afinidad muy importante con Estados Unidos, pero también tenemos una relación comercial muy profunda con China.

Peaje en la hidrovía

- Hay un reclamo latente de Paraguay que no quiere que Argentina cobre peaje como ya lo está haciendo

- Tenemos que agilizar el comercio, disminuir costos y no sumar. Finalmente esos costos los terminamos trasladando al consumidor final y la gente va a comprar otro producto.

- O sea, está en contra del cobro de ese peaje como lo está el saliente gobierno de Mario Abdo Benítez

- Así mismo. El peaje es uno de los temas que tenemos que discutir, así como también la señalización, el dragado, que sea navegable los 365 días del año. Esa es la ruta más importante de nuestro país y genera negocios importantísimos y podría significar un reposicionamiento del Mercosur y de Sudamérica en lo que son los mercados internacionales.

Nosotros aparte de la hidrovía hoy tenemos un canal de conexión que es la ruta bioceánica, que une el Atlántico con el Pacífico y pasa por el centro de Paraguay. Hay innumerables temas que a mí me encantaría poder llevarlos adelante desde la presidencia de Paraguay

El presidente electo, Santiago Peña, afirmó que no está de acuerdo con el cobro de peaje en la hidrovía, dado que esto impacta en el consumidor final. Foto: AFP

- ¿Qué hace famoso al sistema impositivo del Paraguay?

- Paraguay tiene un sistema tributario muy sencillo. El impuesto a la renta a las empresas que es el 10 %, tiene el IVA, que tiene una tasa máxima del 10 % y tiene un impuesto a la renta personal, pero que es 100 % deducible. Si uno consumo el 100 % de sus ingresos prácticamente la tasa es 0 %, pero la tasa máxima es del 10 %.

Es una reforma que se inició en el 2004, donde los impuestos eran del 30 % y fueron disminuyendo gradualmente y con eso las recaudaciones fueron aumentando. Se aplicó la conocida Curva de Laffer. Redujimos los impuestos y aumentamos la recaudación.

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