“Si uno entierra a su hijo, ahí ter­mina el calva­rio. Yo, por ejemplo, cuando entierre a mi hijo sabré dónde está, podré ir a visitar esa tumba, y estaré en paz, pero nosotros hasta hoy nunca podemos hacer algo así, por­que hasta ahora no sabemos dónde están los restos de mi hijo, o si está vivo o muerto”, reflexiona dolida la madre de Edelio Morínigo, doña Obdu­lia Florenciano, en conversa­ción con La Nación / Nación Media.

Esa es la realidad que ella vive, una realidad dolorosa. Su indignación es entendible porque un día como hoy, hace dos años, Carmen Villalba, la mujer considerada miem­bro clave del grupo criminal autodenominado como Ejér­cito del Pueblo Paraguayo (EPP), tuvo el privilegio de dar el último adiós a su her­mano Osvaldo Villalba, líder del EPP. Recordemos que este grupo criminal es el respon­sable de varios secuestros en nuestro país, de los cua­les de tres víctimas no se sabe nada: Edelio Morínigo, Félix Urbieta y Óscar Denis.

Osvaldo Villalba, junto con Luciano Argüello y un hom­bre indígena con el alias de Simón, fue abatido por la Fuerza de Tarea Conjunta en el marco de un operativo que se realizó el domingo 23 de octubre de 2022, en Cerro Guazú, departamento de Amambay. Tras la autopsia correspondiente, el cuerpo fue entregado a los familia­res y ese 25 de octubre de 2023, el féretro llegó hasta la intersección de las aveni­das Mariscal López y Chofe­res del Chaco, paralizando no solo el tránsito asunceno, sino la tarde paraguaya.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Tras la negativa de las autori­dades de que la reclusa Car­men Villalba pueda salir para participar de la inhumación de su hermano, por ser considerada presa peligrosa, comenzó el trabajo de los abogados para que el féretro pueda ingresar a la penitenciaría. Los aboga­dos como de la familia Villalba comenzaron a presionar para que se diera el ingreso de los restos del líder del EPP a la cárcel del Buen Pastor para que Carmen pueda despedirse de su hermano.

Si bien inicialmente las auto­ridades del Ministerio de Jus­ticia se negaron y parecían que mantendrían la negativa para evitar el acceso del fére­tro, posteriormente, y tras la presión, decidieron doble­garse y acceder a la petición de Carmen Villalba y los abo­gados de la familia. Así, per­mitieron que el féretro acceda por varios minutos al penal del Buen Pastor, para poste­riormente dirigirse en medio de una breve caravana hasta el cementerio de la Recoleta.

INDIGNACIÓN

El hecho generó una indig­nación generalizada debido al poder que demostraron seguir ejerciendo los Villalba sobre las autoridades en ese momento. El EPP hasta el día de hoy tiene en su poder a tres secuestrados: al oficial Edelio Morínigo, al exvicepresidente Óscar Denis y al ganadero Félix Urbieta, además de cargar con la muerte de varias personas.

“MURIÓ LA RAZÓN”

Los comentarios en redes sociales fueron tajantes en contra de permitir que una reclusa de alta peligrosidad pueda acceder a un privile­gio tal, con mínimas medidas de seguridad y casi sin previa preparación. Autoridades de diferentes estamentos se pro­nunciaron desaprobando la manera en que el gobierno de Mario Abdo Benítez actuó en ese momento.

“Hoy murió la razón, cuánto dolor me causas, mi querido Paraguay; en estos casos vale la pena que nuestro mensaje llegue fuerte y claro a aque­llas mentes abiertas y empá­ticas que puedan sentir nues­tro dolor y nuestra desazón. Les pedimos que escuchen nuestro mensaje, hoy murió la razón, el sentido común, el deseo de hacer bien las cosas y de buscar la paz”, era parte del mensaje que daba una des­consolada Lilian Urbieta, a quien se la veía sola en una mesa clamando por un poco de empatía.

“El golpe de ayer para noso­tros fue muy duro, nos dieron una bofetada más y bastante fuerte. Hoy nos levantamos de nuevo porque esa es la lucha, en cada caída volver a levantarse, en cada golpe volver a luchar, resistir. Hoy nuevamente de pie y con más fuerza aún para exigir al Gobierno resultados, que es que vuelvan los tres”, indicó Beatriz Denis.

RECOMPENSA

Hoy, a dos años de aquel suceso que marcó la historia de los secuestros en nuestro país, la búsqueda de estas tres personas continúa activa por parte del Gobierno. Actual­mente existe una recompensa millonaria aprobada por el presidente Santiago Peña por información certera que per­mita localizar a los integran­tes del citado grupo criminal.

Recientemente, las herma­nas Carmen y Laura Villalba fueron trasladadas de peni­tenciaría y guardan reclusión bajo el régimen de máxima seguridad en la cárcel de Minga Guazú, donde reci­ben apenas dos horas al día de receso vigilado y a solas fuera de celda.

Déjanos tus comentarios en Voiz