Un 5 de julio, pero de 2014, el joven suboficial de la Policía Nacional Edelio Morínigo salió de su hogar para lo que él pensó que sería una tarde tranquila de cacería con sus amigos, dentro de la estancia Macchi Cué, en la localidad de Arroyito, departamento de Concepción. Nadie imaginó que, quizás, haya sido la última vez que lo hayan visto de cerca sus familiares y amigos, pues desde ese momento su familia no lo pudo volver a abrazar.

Esa tarde, tanto él como sus amigos fueron emboscados por el grupo armado autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), y si bien horas más tarde sus amigos fueron liberados, Edelio fue la moneda de cambio ideal en aquel momento para que los criminales intentaran presionar al Estado para la liberación de algunos de sus miembros que estaban presos.

“La última vez que yo le vi a mi hijo fue el 4 de julio de 2014, cuando él estaba construyendo su casa. Trabajó todo el día ahí. Me acuerdo que me dijo, ‘mamá, yo voy a venir mañana a comer contigo’, y yo le dije: ‘Bueno mi hijo, te voy a esperar’. Al día siguiente él no regresó y surgió lo de la cacería. Luego ya no supe nada de él”, recordó doña Obdulia Florenciano, madre de Edelio Morínigo, en conversación exclusiva con La Nación/Nación Media.

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Doña Obdulia, desde que se enteró que su hijo fue secuestrado por el EPP, supo que sus captores no lo liberarían por el hecho de que era policía. Foto: Archivo

Este hecho marcó no solo al distrito de Arroyito, ubicado a 80 km de la ciudad de Concepción, sino a todo el país. Si bien son escasos los datos que se tienen con relación al paradero de Edelio, en su familia sigue reservado un lugar en la mesa y cada año se conmemora su cumpleaños. La esperanza de encontrarlo sigue tan viva como el primer día del hecho, pese a que han pasado ya 10 años.

DOLOR DE NO SABER NADA

Tras diez años de espera, la voz de esta madre está marcada por el dolor de no saber nada de su hijo, y de no poder obtener respuestas por parte de sus cobardes secuestradores. Recordando el día en que le dieron la trágica noticia del secuestro, aseguró que desde ese momento supo que sus captores no lo liberarían por el hecho de ser un policía, pues representaba todo lo que estos criminales odiaban.

“En el momento en que me dijeron que mi hijo fue agarrado por ese grupo, yo me puse muy mal. Supuestamente, los del EPP le dijeron a los que estaban con mi hijo que le iban a soltar otra vez, pero yo sabía que era mentira, que eso nunca jamás iba a pasar, porque los policías y militares son contrarios de ellos. Yo nunca les creí”, indicó tajantemente doña Obdulia.

PRUEBA DE VIDA

El 22 de octubre los miembros del EPP entregaron un video como prueba de vida, donde se observaba a Edelio y a Arlan Fick, quien en ese momento también estaba secuestrado. En el material, el oficial de policía se dirigía a su familia y aseguraba estar a salvo y negó que estuviera siendo torturado. Luego de la entrega de este mensaje, Arlan fue liberado el 25 de diciembre de 2014, pero Edelio siguió en cautiverio, siendo la última imagen registrada de él.

BÚSQUEDA SIN DESCANSO

Paralelamente a las investigaciones oficiales, la familia de Edelio, principalmente su madre, la señora Obdulia, emprendió una investigación propia, a través de la cual recibió todo tipo de informaciones respecto al posible paradero del joven.

Algunas inclusive llevaron a la búsqueda de los restos del joven oficial de policía dentro de un establecimiento ganadero ubicado a unos 15 kilómetros de donde se había producido el secuestro, pero a pesar de las excavaciones y los días de rastrillaje no se encontraron rastros de él.

Al cumplirse 10 años del secuestro de su hijo, doña Obdulia solo puede analizar las innumerables pérdidas que ha sufrido en este lapso de tiempo, ya que no solo ha llorado por la desaparición forzosa de un hijo, sino que con el paso de los años ha visto desgastarse la salud física y emocional de su esposo y la de los demás integrantes de su familia, quienes debieron de lidiar cada uno como pudo con la desaparición de un ser tan querido como lo es Edelio.

“Yo llevo 10 años de lucha, 10 años sin descansar, yo sigo presionando a las autoridades para que me puedan dar noticias de mi hijo. Las mamás somos así, no sabemos en qué situaciones vamos a estar, pero sabemos que vamos a luchar por nuestros hijos hasta el final. Es cierto que nunca una está preparada para este tipo de situación”, finalizó doña Obdulia.

TRABAJOS CONTINÚAN

Como el Gobierno nunca cedió ante los chantajes del grupo criminal, con el tiempo las comunicaciones fueron desapareciendo, pero el trabajo de las autoridades en busca de quienes se encuentran en cautiverio en manos del EPP continúa. No solo con objetivo de liberarlos, sino que de dar hasta con el último de los integrantes del grupo que tanto dolor han causado ya en nuestro país.

El comisario Nimio Cardozo, jefe del Departamento Policial de Antisecuestro, en conversación con La Nación/Nación Media, destacó que el trabajo investigativo en torno a los secuestros vigentes y sostuvo que continúan sin parar, a pesar de que por la tesitura de los mismos no se pueden dar a conocer muchos detalles. Sin embargo, aseguró que se mantienen activas las líneas de investigación constantemente, dando a su vez la seguridad a la ciudadanía de que las autoridades no se olvidan de las víctimas ni de sus familiares.

“Para nosotros es una de las prioridades la búsqueda y localización de Edelio, esté o no con vida. Además, todos los días estamos trabajando en el marco de los tres secuestros activos que tenemos actualmente, porque los demás ya fueron esclarecidos”, indicó el comisario Nimio Cardozo a La Nación.

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