En una reciente entrevista realizada en el programa “La tribuna”, de Paraguay TV, Ernesto Benítez Gamarra, educador popular y líder campesino, compartió su dolorosa experiencia personal de represión y tortura. Este testimonio se enmarca en un contexto histórico donde el Gobierno paraguayo dará un paso significativo hacia la reconciliación y la justicia, reconociendo oficialmente las violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado y pidiendo perdón público a las víctimas. El acto de reconocimiento se realizará el lunes 24 de junio en el Instituto Superior de Educación Policial (Isepol).

Ernesto Benítez Gamarra subrayó en su entrevista la importancia de este reconocimiento: “Lo llamativo de todo este trabajo es que constantemente se está dando. No estamos hablando solamente de lo tradicional, de la época de la dictadura, sino que estamos hablando de procesos que se están dando, que llevan mucho tiempo, pero que ahora están tomando un impulso diferente.”

UN RELATO DE LUCHA

Ernesto recordó episodios de su vida marcados por la represión: “Se cumplieron 21 años el 4 de junio del hecho de represión y luego de tortura en la comisaría de Santa Rosa del Aguaray, pero yo llego a esa experiencia cargado ya con experiencias muy dolorosas previas en relación al Estado.” Relató cómo, en 1995, siendo docente y director de una escuela, acompañó la lucha de reclamo de tierras y fue herido por la represión policial. También compartió recuerdos de su infancia, marcada por la tortura y persecución de su padre durante la dictadura.

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Uno de los aspectos destacados por el entrevistado fue la habilitación de una institución educativa donde se forman los futuros policías del país, en el mismo lugar donde ocurrió la represión en la que se vio involucrado. Esta decisión subraya el compromiso del Gobierno con la educación y la concienciación de las nuevas generaciones sobre la importancia de respetar los derechos humanos y resolver los conflictos de manera pacífica y legal. Ernesto expresó: “Es importante porque simbólicamente se decidió utilizar un local donde estudian hoy día los jóvenes que se van a convertir en el futuro en policías. Que vean el daño que le causa históricamente a un país la represión.”

Con este histórico acto, el Gobierno demuestra su firme intención de sanar las heridas del pasado y construir una sociedad basada en el respeto, la justicia y la dignidad para todos sus ciudadanos





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