El proyecto se expande a más ciudades en su segunda etapa.

En su segunda etapa, el proyecto “Niños, niñas y adolescentes libres de violencia”, ejecutado por el Ministerio de la Niñez y Adolescencia (Minna), con apoyo técnico de Unicef y financiamiento de Itaipú Binacional, se expande a más ciudades buscando generar entornos seguros y favora­bles para el desarrollo positivo de la población vulnerable de hasta 17 años. El compromiso de los municipios es clave en esta política pública, que apunta a ser sostenible en el tiempo y a replicarse en otros municipios del país.

Actualmente, los espacios seguros para adolescentes se implementan en Mariscal Estigarribia, Boquerón; Santa Rosa del Aguaray, San Pedro; Ciudad del Este, Alto Paraná; Yatytay, Itapúa; Tobatí, Cor­dillera, así como Lambaré, en Central y Asunción.

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Para ejecutar los trabajos, en primer lugar, se relevaron las necesidades de cada localidad de manera a dotar de infraes­tructura, equipamiento y artículos adecuados para la atención de los y las adoles­centes, que son el punto neu­rálgico del proyecto.

“Estos espacios buscan gene­rar entornos seguros y favo­rables para que adolescentes se desarrollen positivamente en las líneas que a ellos les gus­tan, como deporte, actividades lúdicas, música, teatro, dife­rentes formas de expresio­nes artísticas”, explicó Wal­ter Emilio Gutiérrez Cabrera, viceministro de Planifica­ción, Programas y Proyectos del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna).

El viceministro informó ade­más que el trabajo con ado­lescentes apunta a visibilizar positivamente a este sector de la población, alejándolos de la violencia, el abuso y la explotación, y de cara al cum­plimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. En ese sentido, Gutiérrez destacó asimismo la receptividad de las municipalidades, pues son los órganos que darán conti­nuidad a la política.

El proyecto comprende inver­sión e infraestructura a ser utilizadas para actividades lúdicas, culturales y socioe­ducativas. Asimismo, están garantizados los materiales didácticos, educativos, artícu­los deportivos, instrumentos musicales y otros insumos, así como la dotación de profeso­res, instructores, animadores y voluntarios para acompa­ñar el proceso de desarrollo de adolescentes, de acuerdo con las temáticas que se aborden en cada municipio.

El proyecto comprende inversión e infraestructura a ser utilizadas para actividades lúdicas, culturales y socioeducativas.FOTO:GENTILEZA

“Mediante estas acciones, el gran objetivo no es buscar solamente una respuesta momentánea a las necesidades que tiene el sector niñez y adolescencia, sino instalar como política pública el posi­cionamiento del adolescente como parte activa y dina­mizadora de su vida y de su entorno por parte de la comu­nidad, con espacios para desa­rrollarse y no tener tiempo ocioso que conduzca a cosas negativas, trabajando tam­bién de cerca con sus familias en este proceso”, enfatizó el viceministro.

Esta meta, a su vez, implica focalizarse en la inversión y en el compromiso político de las instancias gubernamenta­les, de acuerdo con las legisla­ciones vigentes y ámbitos de su competencia.

Para Gutiérrez, todo el tra­bajo encarado será una semilla plantada que debe seguir ger­minando, no como una acción puntual paliativa a los proble­mas sociales, sino como como una política gubernamental que perdure en el tiempo, a fin de garantizar el desarrollo armónico e integral de todos los niños, niñas y adolescentes en el marco de la protección contra toda forma de violencia.

ACERCA DEL PROYECTO

El proyecto “Niños, niñas y adolescentes libres de violen­cia” está siendo implemen­tado desde el 2019 y es eje­cutado por el Ministerio de la Niñez y Adolescencia con apoyo técnico de la Unicef y el financiamiento de la Itaipú Binacional.

Se trata de una iniciativa que busca contribuir a la reducción de la violencia, la explotación, el abuso y el abandono en la niñez y la adolescencia en condiciones de vulnerabilidad.

Además, se llevan a cabo actividades con adolescentes y talleres sobre participación comunitaria, liderazgo, auto­conocimiento y autoestima.

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