Aprovechando en este último día de Semana Santa, la experta en nutrición Angie Paiva recuerda los benefi­cios de preparar la merienda escolar en casa y con ayuda de los chicos. Invita a las familias a dedicar un tiempo de este feriado largo para pla­nificar el retorno a clases y la alimentación de los hijos.

Para la licenciada en nutri­ción Angie Paiva es impor­tante que los niños parti­cipen en la planificación y elaboración de la merienda escolar porque ayuda a for­talecer los vínculos familia­res, además de que propicia los buenos hábitos alimen­ticios al hacerles parte de la decisión de lo que van a lle­var y por qué llevan un tipo de alimento y no otro.

Todo esto tiene un impacto importante en la vida de los pequeños y sus efectos posi­tivos se expanden más allá de fomentar hábitos saludables de alimentación, pues permiten crear un clima familiar agra­dable, cooperativo y de inte­gración, además de que ayu­dan a fortalecer la autoestima y personalidad de los hijos, que se sienten parte de las decisio­nes y los preparativos.

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Entre algunas recomenda­ciones que se pueden tener en cuenta se encuentran la planificación con tiempo, preparar algunas opciones supersencillas como sánd­wiches, tortitas de avena, para que puedan llevar por lo menos tres veces a la semana y comer algo casero. Tam­bién cuidar la cadena de frío, tratar de que los chicos lle­ven sus alimentos en meren­deros térmicos porque el clima de nuestro país no es muy amigable, o elegir opcio­nes que no requieren cadena de frío como las leches y los jugos que vienen en envases de Tetra Pak, que están pen­sados especialmente para acompañar a los chicos a la hora del recreo.

Además, es importante per­mitir que los chicos lleven lo que quieren un día de la semana. Pero negociar qué tipo de alimentos pueden lle­var y que siempre sea en por­ciones pequeñas.

ALIMENTOS QUE DEBE CONTENER

En una vianda de merienda escolar no deben faltar las frutas. Agregar también alguna fuente de carbohi­drato. Por ejemplo, muffins caseros, chipitas, cuidando que no tengan tanta grasa, galletitas con bajo contenido de azúcar añadido y prefe­rentemente sin relleno, alfa­jorcitos, tartitas de avena, tostadas con mantequilla de maní o mermelada sin azú­car, más alguna bebida baja en azúcar.

Asimismo, la nutricionista hace énfasis en la calidad y la seguridad de los alimentos.

“Siempre les pido a los papás que cuiden mucho la refri­geración de los alimentos y la calidad, que preparen alimentos caseros con poca azúcar y si optan por com­prar, hay que verificar fechas de vencimiento y su necesi­dad de refrigeración”.

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