La festividad de San Juan es una de las más populares y deliciosas en el calendario paraguayo, debido principalmente a las comidas típicas y a todos los juegos que se desarrollan el 24 de junio de cada año. En este segundo año de pandemia del COVID-19, en todo el mundo, la tradición y las costumbres no quedaron olvidadas, sino al contrario, las familias dan a esta fiesta un toque más hogareño y menos pagano.

Entre las comidas típicas de esta época y que con el frío apetecen aún más son el pastel mandi’o o empanada de mandioca, el mbeju con cocido, el chicharö trenzado, payaguá mascada, chipa kavure o chipa asador, que es una variedad de chipa que se cocina en un palo a las brasas.

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Menú tradicional de San Juan. Foto: Gentileza.

También está la butifarra, un embutido de sabor especial y el famoso enrollado que es carne de cerdo hervida y son los principales y exquisitos platos que preparan las familias o se convidan entre vecinos si no se realiza algún kermes comunitario debido a la pandemia.

En el San Juan Ára no solo hablamos de tradiciones con comidas, también hay variados juegos que niños y grandes aún con el paso del tiempo siguen jugando y manteniendo viva la tradición. Uno de ellos y el más peligroso es el tata ari jehasa o caminar sobre fuego en guaraní, una carrera caliente al que los participantes del juego se desafían a resistir.

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Otro de los juegos muy populares es el Judas kái o la quema de Judas, según la tradición se elige a la persona que peor se portó en el año para hacer un muñeco o el Judas a su nombre para que en la noche del 24 de junio quemar el muñeco. En Paraguay el Judas o el traidor siempre es un político al que queman -de forma irónica o simbólica- por sus malas acciones.

El toro candil o toro encendido también forma parte de los juegos tradicionales. Es una parodia de la corrida de toros con varas de madera y se hace el cuerpo del toro revestido de lona, en las astas se ata un mechón de trapo empapado con algún combustible al que se le prende fuego. El toro persigue a la gente, que trata de torearlo.

Las jovencitas casamenteras por su parte, preparan una que otra prueba que presagie quien será su futuro amor. Entre las pruebas de San Juan para el amor están: el juego de la hoja de laurel, se cuenta que si se deja una hoja de laural bajo la almohada en la noche del 23 y madrugada del 24 de junio, la persona sueña con quien será su esposo o esposa en el futuro.

También está el juego del espejo, se dice que si una persona mira al espejo justo a las 00 horas del 24 de junio, la persona ve su futuro, marido, casa o su mismo rostro envejecido. Otro es el juego del papelito, la jovencilla casamentera escribe en los papelitos los nombres de sus pretendientes y a la mañana al despertar, elige uno y el nombre que aparece en el papel será su futuro amor, según cuentan las abuelas.

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Hay también quienes van más allá de los juegos y acuden en estas fechas a las famosas “prueberas”, aquellas que utilizan las cartas o supuestas magias para conocer más del futuro de la persona que acude a ella. Esta costumbre persiste en las zonas rurales y suburbanas del país, porque la gente aún confía en estas predicciones.

Sin dudas, esta fecha es propicia para reunir a la familia alrededor de una fogata o brasero en casa, motiva las charlas con abuelos quienes están deseosos por contar a las nuevas generaciones sus historias y anécdotas de sus tiempos de juventud. Esto, se puede hacer en casa siempre y cuando toda la familia forme parte de la burbuja diaria.

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