Una palabra que desde hace años está en auge es la sostenibi­lidad. Al hablar de combus­tibles, este concepto parece estar lejos, pero lo cierto es que existe una alternativa más limpia o de energía renovable: los biocombustibles.

“Apostar más por los bio­combustibles en la mezcla con el diésel y la nafta ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promueve la sustentabili­dad ambiental”, aseguró a La Nación/Nación Media el titu­lar de la Cámara Paraguaya de Biocombustible y Energías Renovables (Biocap), Massi­miliano Corsi.

Massimiliano Corsi, presidente de la Biocap

DOS TIPOS

El directivo explicó que a nivel local se producen dos tipos de biocombustibles, el etanol y el biodiésel, que se obtienen a partir de aceites vegeta­les, que serían subproductos de las plantas procesadoras de granos y semillas utiliza­das para la producción de ali­mentos para el ganado. “Espe­cíficamente, en Paraguay se emplean materias primas como la caña de azúcar, la soja y el maíz”, detalló Corsi.

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Agregó que los biocombusti­bles están regulados por ley, de modo que los importadores de hidrocarburos puedan adqui­rir los biocombustibles y luego mezclarlos, en las proporcio­nes correspondientes, con los combustibles fósiles, como el diésel y la nafta. Según regis­tros periodísticos, la mezcla se habría empezado a implemen­tar desde 1999.

EL SECTOR

Para graficar este innovador segmento, el diario La Nación/ Nación Media recurrió a la Biocap y a las dependencias del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), como la Dirección de Combustibles Alternativos y Renovables y la Red de Inversiones y Expor­taciones (Rediex).

Los datos refieren que los bio­combustibles contribuyen a diversificar la matriz ener­gética del país, fomentando

la soberanía al reducir la dependencia de los combus­tibles fósiles, que se impor­tan al 100 %, promoviendo así la producción nacional. Además de ser parte del for­talecimiento de toda la cadena productiva, partiendo desde la agricultura.

A esto se suma que el etanol y el biodiésel que se producen en el país conquistaron varios mercados, de acuerdo a datos proporcionados por la Direc­ción de Combustibles Alterna­tivos y Renovables. Los envíos de ambos en 2023 superaron los USD 150 millones.

Actualmente, la capacidad ins­talada para la producción de alcohol por año es de 733.652 metros cúbicos y de biodiésel 243.650 metros cúbicos. La cadena de valor de biocom­bustibles tendría un alcance de unas 1.500 familias, ya que, según estimaciones de la Bio­cap, solo en la producción de biodiésel se emplearía a 500 familias y en la elaboración de etanol a otras 1.000 familias de manera directa e indirecta

UNA ALTERNATIVA QUE AVANZA

Como futuro de los biocombustibles, si bien se utilizan princi­palmente en mezclas con carburantes fósiles, ya en la actualidad existen compañías que producen vehículos que pueden utilizar biocombustibles al 100 %. Esto significa que ya es posible optar por biocombustibles como una alternativa neta, sin depender de los combustibles fósiles, según destacó Corsi. La tecnología y la infraestructura para impulsar vehículos con biocombustibles puros está en continuo desarrollo, lo que está abriendo la puerta a una mayor adopción de los biocombustibles como una alterna­tiva sostenible y renovable, en consonancia con las tendencias globales alineadas a combatir el cambio climático.

INVERSIÓN Y REFORMA DE LEY

El sector de los biocombusti­bles en Paraguay está en cre­cimiento, con señales posi­tivas de inversión por parte de importantes compañías multinacionales productoras que actualmente están esta­blecidas en el país, agregó Corsi. Sin embargo, habló de la necesidad de reformar las leyes relacionadas con el uso de los biocombustibles para permitir que estas industrias se desarrollen, consoliden y principalmente fomenten más inversiones. “El minis­tro de Industria y Comercio, Javier Giménez, está avan­zando en la presentación de una propuesta de reforma de ley que será presentada al Ejecutivo. Como gremio, nuestra única expectativa es que esta reforma esté basada en una política de Estado e incluya un mandato obli­gatorio de mezcla gradual, siguiendo el ejemplo de otros países vecinos”, remarcó.

PORCENTAJE DE MEZCLA

Los biocombustibles llegan a los consumidores a través de las estaciones de servicio y dis­tribuidores autorizados, que implementan la mezcla regla­mentada con el diésel según la Ley n.° 6389/2019 “Que esta­blece el régimen de promoción para la elaboración sostenible y utilización obligatoria del bio­combustible apto para la utili­zación en motores diésel”.

En octubre de 2023, el MIC elevó el porcentaje obligato­rio de la mezcla de biocom­bustibles apto para motores diésel, llevándolo del 2 al 5 %, sin que esto influya en el precio final al consumidor.Lo que se pretende desde el sector es su incremento gradual, incluso hasta un 15 %, como lo tienen otros países en la región.

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