El último informe del Banco Mundial ubica nuevamente a Para­guay como una de las eco­nomías de América Latina y el Caribe con el mayor nivel de crecimiento para el 2024. Afirman que las políticas macroeconómicas y fiscales bien coordinadas permiten que el país crezca más rápido que el promedio latinoame­ricano. La semana anterior, el BM publicó su análisis y proyecciones para 147 eco­nomías del mundo; en tanto, destacó que la perspectiva para Paraguay es favorable. En el informe señalan que suponiendo las buenas con­diciones climáticas, se espera que el país crezca en prome­dio 3,7 % entre 2024 y 2026.

La economista Shen Yoong, del BM para Paraguay, dijo a La Nación/Nación Media que gracias a políticas macroeco­nómicas y fiscales bien coor­dinadas, Paraguay ha logrado crecer más rápido que el pro­medio de los países latinoa­mericanos en las últimas dos décadas. Paraguay, en 2023 lideró el crecimiento econó­mico en la región con el 4,7 % y se prevé que mantenga la posición durante este año. En el informe publicado seña­lan además que se prevé que el crecimiento de la inversión fija se acelere, impulsado por los avances en inversiones privadas totalmente nuevas en celulosa, biocombustibles e hidrógeno verde como con­diciones de financiación. “Es probable que el crecimiento del consumo privado se ace­lere a medida que la inflación promedio permanezca dentro del rango objetivo. Impulsada por el crecimiento, se espera que la pobreza disminuya al 18,6 % en el 2024″, agregaron.

La economista afirmó que pre­servar la coordinación entre las políticas macroeconómicas y fiscales es clave para el creci­miento a futuro y la reducción de la pobreza. Respecto al esce­nario fiscal, el organismo mul­tilateral espera que siga un pro­ceso de convergencia desde este año con un pronóstico para el cierre de 2024 en un 2,6 %, 1,9 % para el 2025, de manera que para 2026 se ubique en 1,5 %, límite que establece la Ley de Responsabilidad Fiscal. “Se espera que el crecimiento se modere ligeramente a 3,6 % en 2025 y 2026 a medida que la consolidación fiscal se intensi­fique hacia el límite legal de 1,5 % del PIB en 2026. Las estima­ciones oficiales sugieren recor­tes sustanciales en el gasto de personal y de capital para lograr esta consolidación, lo que indica un consumo gubernamental más lento y el crecimiento de la inversión”, añadieron.

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DESAFÍOS ESTRUCTURALES

Según Yoong, Paraguay tam­bién enfrenta importantes desafíos estructurales, que incluyen financiar y prestar servicios públicos de buena calidad, como educación, salud e infraestructura en todo el país; crear más empleo de cali­dad para todos los paraguayos, y reducir los efectos negativos de los eventos climáticos extre­mos, como las sequías, no solo en la economía, sino también para la población más pobre y vulnerable. “Además, es fun­damental abordar la baja pro­ductividad, que está estrecha­mente vinculada a la eficiencia en el uso de recursos. Este desa­fío representa una oportuni­dad significativa: al mejorar la eficiencia en la asignación de recursos, no solo se puede aumentar la productividad, sino también impulsar un desarrollo más sostenible y equitativo”, dijo.

En el informe mencionan que es posible un crecimiento más duradero e inclusivo si Para­guay genera tres transfor­maciones. Primero, mejorar la calidad y el nivel del gasto público en infraestructura, capital humano y adaptación climática podrían acelerar la transformación estructural, crear más empleos formales y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.

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