• Por Alba Delvalle

El Paraguay concentra la mayor parte de su matriz económica en los sectores agrícola y gana­dera, como principales moto­res de la actividad nacional, de los cuales se desprenden subsectores para convertir la materia prima en valor agre­gado. Los actores de este seg­mento depositan la confianza en el nuevo gobierno que, sin dudas, enfrentará muchos desafíos.

Desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP) conside­ran que el gobierno entrante debe encargarse de la regu­larización y titulación de tie­rras públicas adjudicadas a los campesinos. Son dos millo­nes de hectáreas en las cuales desde hace años vienen traba­jando y no acceden a los títu­los, lo que les complica en la formalización de las activida­des agrícolas. “La previsibi­lidad de las normativas, que se sostengan en el tiempo y no cambien cada 5 años, des­burocratizar y simplificar los procesos con entidades del Estado, la seguridad jurídica para las personas, la propiedad privada y por ende las inver­siones”, aseveró Héctor Cris­taldo, presidente de la UGP, a La Nación/Nación Media.

En materia económica, man­tener la estabilidad, mejorar la gestión no solo ejecutando presupuestos sino eviden­ciando resultados, lo que con­lleva también a una mejora del gasto público. Por sobre todo, piden apertura al diálogo y conversación permanente de modo de trabajar juntos sec­tor público y privado. Exter­namente también se deben consolidar mercados exis­tentes y sumar nuevos. Las negociaciones internacio­nales respecto a cuestiones ambientales y comerciales, de modo de que no se gene­ren trabas artificiales para a­rancelarias que no estén basa­das en la ciencia. Velar por la libre navegabilidad en los ríos, teniendo en cuenta lo acon­tecido con el peaje arbitrario cobrado por Argentina.

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EMPLEO Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Para la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), eviden­temente el nuevo gobierno enfrentará en primer lugar el desafío de la generación de empleos, en lo que el sec­tor puede ser un aliado en la medida en que la agroindus­tria se fortalezca y se desa­rrollen otras industrias rela­cionadas como la avícola, la porcina. “El potencial de empleos es muy grande en este sector, también vemos como desafío a nivel diplomático enfrentar el tema del peaje que impuso arbitrariamente y en forma unilateral Argen­tina, que tendrán que decidir políticamente si va a solucio­nar por las vías protocolares o de controversias”, expresó a este medio Sandra Noguera, gerente general de la Cappro. Otro aspecto prioritario para el complejo oleaginoso es la apertura de políticas públicas que permitan y fomenten una mayor industrialización, para lo cual es preciso un régimen flexible de admisión tempora­ria. Con esto, las procesadoras podrán importar materias pri­mas, que es lo que se necesita para dar un gran salto en apor­tar mayor valor agregado a los granos que produce Paraguay.

CASTIGAR LA CORRUPCIÓN

Pedro Galli, presidente de la Asociación Rural del Para­guay (ARP), señaló que uno de los grandes desafíos a nivel general será el control del défi­cit fiscal, que se está convir­tiendo en una “bola de nieve que va a ir creciendo”, por lo que habrá que tomar medidas sabias y valientes para crear las condiciones, pues involu­cra a varios grupos sociales.

“Un tema no menor que enfrentará el nuevo gobierno es la corrupción campante que está debilitando las ins­tituciones, y deberán dar muestras inequívocas de un verdadero combate y, sobre todo, denunciar, obligando a la Justicia a actuar y evitar el mal mayor de que los corrup­tos queden sin castigo”, sen­tenció.

La corrupción permea en dis­tintas aristas, en compras y obras públicas, organismos de seguridad y control que dan pie a otros males como el contrabando, el tráfico de drogas, lavado de dinero y lo fundamental será evitar la impunidad y aplicar casti­gos, dijo.

En lo que respecta al sector ganadero en particular, lo más importante para ellos es que el Gobierno tome la determinación de seguir ade­lante los proyectos con alian­zas público-privadas y tra­zar políticas públicas sobre la producción en consenso para seguir desarrollando la actividad y al país. Coincidió en la necesidad de políticas públicas tendientes a la bús­queda de más y mejores mer­cados alternativos, seguir el trabajo conjunto con todos los componentes de la cadena de valor de la carne; producto­res, industria, ganaderos, el Gobierno y el servicio sani­tario, para lo cual es preciso un instituto de la carne, con el objeto de mejorar el posicio­namiento de Paraguay como proveedor de carne al mundo, que genera recursos genuinos al Estado a ser reinvertidos, puntualizó.

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