Laboratorios Catedral cumple 117 años den­tro de cada familia paraguaya, y los celebra como una empresa con valores sóli­dos basados en el compromiso con sus colaboradores y con el vínculo construido con el per­sonal de salud. En el marco de este aniversario, el Prof. Dr. Isaías Ricardo Fretes –médico cirujano, coloproc­tología y almirante médico– comparte su relación con Laboratorios Catedral en esta entrevista. El Dr. Fretes recuerda que llegaron 2 her­manos a territorio paraguayo. Uno de los inconvenientes de la Guerra del Chaco era la provisión de medicamentos. Estos hermanos aportaron muchísimo, en esa época se hablaba mucho de la Botica, ellos producían los medica­mentos para el Ejército para­guayo, así empezaron; nos cuenta.

-Yo hago coloproctología, una especialidad que abarca enfermedades del ano, del recto y del intestino grueso. Hay varios productos de Laboratorios Catedral que son útiles en esta especiali­dad y los utilizamos de rutina, esta es una especialidad que abarca no solo la parte clínica, abarca una parte quirúrgica y una parte de estudios de fisio­logía y probablemente uno de los medicamentos más anti­guos que usamos y que no tuvo variación en el tiempo es el Metrosol.

-Yo tengo un hobbie un poco raro, yo leo historia para­guaya desde hace 31 años, y eso me ha imbuido de un espí­ritu patriótico muy fuerte y apoyo todo lo nacional, y este es un laboratorio de ori­gen nacional. De 2 herma­nos visionarios que vinieron a este país, creyeron en este país, apostaron por este país, trabajaron para este país, hasta convertirlo en el espo­dio que hoy día es y que da tra­bajo a mucha gente que habita en esta tierra tanto nacional como extranjera.

-Sí, en mi generación, el pri­mer recetario, el primer male­tín y la primera placa nos los daba Laboratorios Catedral y los tengo hasta ahora.

-Las fiestas de graduación que nos hacía Laboratorios Catedral, eran utópicas, momentos de algarabías y era una forma de hacer marketing que tenía Laboratorios Cate­dral y era una exclusividad del laboratorio. Lo que aprendí de la relación entre un visi­tador médico y el médico, es que cuando ese visitador médico tiene la habilidad sufi­ciente de generar una amis­tad, habiendo tantos produc­tos en el mercado del mismo tenor, uno lo receta por la amistad que supo generar con su médico.