El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) hizo público su informe denominado “DIGIntegridad: La transformación digital de la lucha contra la corrupción”, que evidencia las grandes ventajas de la digitalización para el desarrollo de los países y el suministro de servicios de gobierno, pero también hace un llamado de atención hacia los riesgos que implica la aparición de nuevas redes de corrupción que operan en el ciberespacio.Ante esta realidad, el documento propone la adopción de herramientas digitales para prevenir, detectar e investigar los fenómenos de corrupción.
El informe elaborado por el banco destaca que la lucha contra la corrupción y contra la impunidad de las redes criminales debe integrarse en las agendas de desarrollo que buscan reducir las desigualdades y la pobreza, así como también reactivar la economía tras la crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus. Cabe resaltar que la corrupción le podría estar costando al planeta, según varias estimaciones, aproximadamente entre el 2% y el 5% del producto interno bruto (PIB) mundial, con efectos negativos tanto para la economía de mercado como para la democracia y sus principios fundamentales.
DOCUMENTAR EXPERIENCIAS
Desde hace una década, los gobiernos y otros actores del ecosistema digital han comenzado a documentar experiencias sobre el potencial y el impacto de la digitalización para promover la transparencia, abrir los datos gubernamentales al escrutinio público y automatizar los procesos burocráticos. El informe de CAF contribuye al estado del arte que vincula los conceptos digitalización e integridad, y es una guía integral para que los gobiernos adopten mecanismos de lucha contra la corrupción con un enfoque de innovación digital. El informe se divide en seis capítulos en los que se abordan algunos de los siguientes puntos: el acceso a la información pública y condiciones técnicas e institucionales para que los gobiernos incorporen a sus políticas de integridad tecnologías apalancadas en datos.
Se explora la evidencia estadística sobre la relación entre digitalización de los gobiernos y reducción en los riesgos de corrupción. Se destaca cómo las infraestructuras de datos generan un ecosistema con el potencial para reutilizar diferentes conjuntos de datos aplicando con éxito la ciencia de datos y la inteligencia artificial en la prevención de la corrupción, entre otros.