El futbolista paraguayo Bruno Valdez y su esposa, Magui Duarte, son dos de los tantos paraguayos que vivieron el sismo de casi 8 grados en México el pasado lunes. Pero no solo eso, sino que ya fueron testigos de otros fenómenos naturales similares a los de este año, como el del 2017.
Tras lo sucedido, Duarte contó a través de sus redes sociales que, si bien ella y sus tres hijos pasaron un terrible susto, ya estaban fuera de peligro. “Estamos todos bien, gracias por preguntar. Solo fue el susto, estamos sin poder dormir”, dijo.
Luego, en contacto con Crónica/Nación Media, fue más específica en cuanto a su experiencia viviendo en tierras mexicanas respecto a lo “normal” que es este tipo de manifestaciones de la naturaleza. “Siempre genera una terrible sensación escuchar la alerta sísmica, mucho más para los que vivieron la de 1986 y nosotros la del 2017 acá en México”, admitió.
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“Más que nada, te hace entrar como en un trance. Muchos sufren crisis y bloqueos, como yo antes de tener hijos, pero ahora es muy distinto. Al escuchar el sonido terrible de la alerta tenemos 120 segundos para salir a la intemperie o refugiarnos en zonas seguras y puntos de encuentro”, precisó.
Sobre el temblor del 19 de setiembre pasado en Michoacán, indicó: “Los temblores los vivimos en un cuarto piso de hospital, en el control de mis hijos. Estábamos con las nenas y mi esposo, y no pudimos bajar por protocolo. Nos quedamos pegados a las zonas fuertes cerca de los elevadores, mientras los demás, en avalancha bajaban”.
Por último, expuso: “Fue más el susto que otra cosa, pero hay que atender bien después de meterse a la casa, si no hay grietas y vigilar que no hayan réplicas, todo un tema es. Confieso que ahora que tengo hijos lo tomo de manera diferente, más enfocada en salvar sus vidas que otras cosas”.
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