Bajo la idea de un “Reencuentro” se celebró la cita máxima del libro en nuestro país tras dos años de pandemia que impidieron su realización. Sorprendió la gran afluencia de público y la cantidad de ventas. La industria nacional parece reactivarse mientras se está a la espera de la sanción de la ley del libro que estudia el Congreso en estos días. La irrupción de lectores jóvenes da esperanza a autores y editores que celebran la edición de más de 100 títulos por mes en el país.

Familias, parejas, gru­pos de adolescentes, mucha gente joven, le dieron buen marco durante estos días a la muestra mayor del libro en nuestro país.

Martín Romano, presidente de la Cámara del Libro de Asunción Paraguay (CLAP), recuerda que el evento “se armó un poquito con miedo y con menos fondos, pero se vendieron casi los 80 stands y hay que destacar los esfuer­zos de todos por ponerlos lin­dos, bien presentados. Es uni­forme la calidad y hay mucha producción, por eso tuvimos más de 100 eventos. Recor­demos que hay libros que no pudieron ser presentados de manera presencial en la pan­demia, que ahora encontra­ron oportunidad”, comentó en diálogo con Nación Media en los pasillos de la FIL.

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Coincide Alejandro Gatti de Intercontinental, “el libro paraguayo, saliendo de la pandemia se está recupe­rando muy bien y creo que tenemos mucha proyección positiva para el futuro. Antes de la pandemia, estábamos en crisis en todos los ámbitos, así que afecta al libro, pero los editores seguimos publi­cando todos estos años. Con la nueva ley de libro espera­mos que mejore por un lado el apoyo del Estado a la lec­tura y a los libros. También a la empresa privada y a pro­mover la lectura.

La gran afluencia de gente que estamos teniendo en la Feria Internacional del Libro (FIL) que se llamó “Reencuentro”, es un gran aliciente para los libreros, autores, editores para que sigamos trabajando y poder mejorar todo nuestro desempeño gracias al apoyo del público en general”, dijo evaluando la muestra.

Martín Romano.

CIENTO TRECE LIBROS POR MES

Romano da un dato espe­ranzador: “De octubre del año pasado a mayo de este año se presentaron 793 soli­citudes de ISBN que es como la cédula del libro, por lo que en promedio se están presen­tando unos 113 libros por mes, lo que para un medio chico como este es importante. Hay diferencias de calidad, pero el libro sale, está funcionando”, apunta.

Dice que ello ocurre a pesar de los cambios obligados por la pandemia. “Las condi­ciones de edición no son las mismas, surgen nuevos tipos de contratos entre autores y editores. Ya los editores, si el libro no es muy seguro, no pueden hacerse cargo de los 10 a 15 millones de guaraníes que lleva la producción, con corrección, edición, impre­sión, etc., en la confianza de que se lo va a recuperar ven­diendo ejemplares”, narra.

Alcibiades González Delvalle.

“Hay más ediciones de autor y algunas coediciones con las editoriales, donde estas últimas ponen su firma y van hasta donde es posi­ble. En el caso de mi editorial, solo publicamos lo que podemos editar, el libro tiene que estar impecable en lo que hace al lenguaje, si no pode­mos hacerlo no se firma y se hace a través de un trabajo de terceros”, agregó.

La ley del libro es ahora un tema de agenda. “Con la Secretaría de Cultura (SNC) hicimos los últimos reto­ques y se presentó al Senado la ley de libro que establece una obligatoriedad razonable para el ISBN, pide que se con­signe la información sobre la tirada y otros aspectos técni­cos, formaliza lo contractual con los autores, porque todo progreso pasa por la forma­lización. Ahora falta que se trate, lleva poco tiempo de estudio en el Congreso, se presentó hace unos meses. Entendemos que la parte más importante es que la SNC administrará más recursos del Fonacide.

Rubén Bisceglia.

En lo que nosotros interveni­mos es en la parte de las obli­gaciones de las imprentas, define también el concepto del “libro paraguayo”, que es todo aquel escrito y editado en Paraguay, así de simple”, resumió Romano.

En el stand de Argentina, país invitado a la FIL, Rubén Bis­ceglia, coordinador del espa­cio, considera que “la presen­cialidad tomó color y calidez en una feria muy esperada, ha sido un muy grato reencuen­tro”, definió.

Comentó que la política de ofrecer libros a precios argen­tinos, es decir casi un 50% más económicos que otras ediciones, les reportó buenas ventas y muchas visitas. “Se llevan muchos libros técnicos y también ficción”, comentó el propietario de Librería de la Paz, una cadena regional del nordeste argentino desde donde promovió el febrero pasado la Feria Chacú Gua­ranítica que integró a autores y editores de nuestro país con los de las provincias argenti­nas limítrofes con Paraguay.

“Queremos seguir propi­ciando la unidad desde las fronteras y no desde las metrópolis, creo que es algo que se está notando también en esta feria con lazos de her­mandad que se van consoli­dando”, expuso.

Pablo del Puerto, en la caja del stand de El Lector celebra las buenas ventas. “Por suerte está yendo muy bien, la gente acudió a la cita con los libros con muy buen ánimo. Tam­bién creo que se aprovechan las ofertas, nosotros tenemos libros a partir de 30 mil gua­raníes y vendemos 4 por 100 mil”, comentó.

Diego Suarez dice que lo que más se lleva en su stand es “la literatura clásica y los libros de historia paraguaya” y tam­bién que la gente aprovecha la oferta de un libro por 20 mil o el combo de 3 x 50 mil gua­raníes, precios accesibles que hacen que una mirada general nos devuelva el paisaje de gente cargando bolsas con libros.

Vidalia Sánchez, de la libre­ría y editorial Servilibro se muestra contenta: “Agrade­cemos al público lector que sigue al libro y ojalá que sea una buena base para que el año que viene tengamos una feria más grande”, dice admi­tiendo que el evento superó sus expectativas.

“Teníamos miedo a que los expositores no contesten, porque todo el evento se financia con plata de los expo­sitores, no recibimos ayuda del Fondo de Cultura (Fon­dec) ni de la SNC, son los edi­tores los que compran por metro cuadrado los espacios que por suerte en 15 días se vendieron todos”.

Cuenta que fue una buena estrategia contratar una agencia especializada en redes sociales para promo­cionar la FIL. “Los fines de semana tuvimos mucha gente, con lo que se vendió el fin de semana pasada muchos expositores ya recuperaron la inversión”, comentó.

Consideró que fue un detalle importante la muestra artís­tica en defensa del yaguarete, una galería de tigres de mate­rial liviano pintado por artis­tas regionales, “que fue un valor agregado importante a la feria porque la gente se sacó fotos y las compartía, sumó un atractivo, además de la ayuda que tuvimos de la gente del Centro de Convenciones del Shopping Mariscal López y el apoyo que nos dio la prensa con una difusión que fue fan­tástica así que el resultado fue muy positivo y favorable”, concluyó.

BOOKFLUENCERS

Olga Gaona y Magalí Alfonso recorren la muestra buscando novedades que recomendar a través de Instagram. Son parte del grupo Bookfluencerspy que se puede seguir en la mencio­nada red social. “Somos 22 participantes y hacemos reseñas y recomendaciones y algunas también somos escritoras”, cuenta Olga.

La mayoría chicas, tiene por preferencia el “Romance juve­nil” y algunas de ellas como Patty Ramos y Barby Ávalos son escritoras del género. “Yo escribo en la plataforma Wattpad”, cuenta Olga explicando que la recomendación de libros es una actividad creciente en redes y que de hecho les genera auspi­ciantes que las ayudan a enfocarse en su tarea.

También menciona el surgimiento del grupo de Escritores Paraguayos Autopublicados e Independientes (EPAI) que aprovechan las plataformas digitales que hacen la publica­ción de libros más accesible para los escritores nóveles, en mundo en crecimiento y “todavía por explorarse más inten­samente”, cuenta.

Para Alcibiades González Delvalle, autor de más de una trein­tena de títulos, el regreso de la FIL fue “una gran alegría, sobre todo por la presencia de jóvenes que hace esperanzar, hubo días espectaculares”, comentó. El maestro de periodis­tas recordó que trabaja actualmente en un “Diccionario de la prensa paraguaya” que revisará la historia de las publica­ciones y los hombres y mujeres que las hicieron posible desde el Paraguayo Independiente en adelante. “Es un trabajo que destaca a quienes dejaron sus nombres y un legado impor­tante para la posteridad”, expuso.

ESCRITORES DEL INTERIOR

Durante la feria se desarrollo la “Noche de los Escritores del Interior” en un concurrido salón Bartomeu Meliá.”Para la Sociedad de Escritores (SEP) es muy importante hacer conocer las producciones literarias del interior del país, poniendo en la vidriera de la FIL a los autores de más allá de Calle Última”, señaló Victorio V. Suárez, presidente de la entidad.

El acto reunió a destacadas figuras de la literatura de Itapúa y Paraguarí en lo que Marcos Ybáñez, vicepresidente de la SEP consideró “una noche emotiva, con una mirada incluyente, porque sirvió para escuchar la diversidad de voces, integrando a destacados exponentes de las letras de diferentes departamentos”.

Allí se presentó la novela “Helena y el amor con triple moral”, de la escritora María Nidia Decoud Benveniste, presidenta de la SEP, filial Itapúa en un acto en el que introdujeron al libro Victorio V. Suárez y Delfina Acosta, escritora y poeta

Acosta, asesora de la SEP y prologuista del libro, dijo que “la novela es una muestra clara de la manipulación a la cual es sometida una mujer carente de afecto por seres inmorales. La obra es esencialmente realista”. La literatura joven de Itapúa estuvo representada por dos destacadas obras presentadas: “Árboles Azules”, de Gerónimo Zarza y “El Medallón de Medianoche”, de Felipe Giménez.

La actuación del reconocido artista Nico Rocha, de Encarnación, fue muy aplaudida durante la velada cultural, al deleitar a los presentes con temas como: Taheñoi jey ñanemba’e, Soy de mi tierra y A mi manera.

Por su parte, Paraguarí presentó una buena producción de libros. María Olga Vysokolan, actual presidenta de la Asociación de Escritores y Artistas de Paraguarí, se refirió a la historia y formación de la entidad gremial, en tanto que los escritores Carmen Cohene, Raquel Rojas y Juan García Miró dieron un breve relato de sus obras. Walter Fernando Díaz, leyó fragmentos de poemas y textos de otros escritores de la región. Asimismo, realizaron una variada exposición de la producción literaria de autores de los diversos departamentos.

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