Eduardo López y Marcelo González hablan con Mike Silvero sobre el budismo y lo que generó esta religión en sus vidas. En esta nueva edición de “Un Ateo en Busca de Fe”, que se emite por canal GEN, la búsqueda nos lleva a conocer más sobre cómo es y se profesa esta corriente que tiene sus adeptos en Paraguay.

Mike Silvero (MS): El Budismo se inter­preta, pero es una religión o una filosofía de vida?

Eduardo López (EL): Es una religión. De hecho sabrán que sería la tercera religión

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a nivel mundial de practicantes por así decirlo, aunque hay varias vertien­tes. Y toda ree­ligió tiene su filosofía, ver­dad. A mí lo que me gustó del budismo es que básicamente uno tiene que vivir la filosofía de la religión, las 24 horas. Uno no puede abs­traerse de su religión al salir del templo, siempre uno está constantemente recordando la ley de causa y efecto, para actuar correctamente cuando hay un culto, por más que no le digamos culto..

MS: ¿Y cómo le dicen?

EL: Hay distintas formas de prácticas, que tiene diversas formas también. Lo que a mí me gustó de la filosofía de la religión, porque los occiden­tales generalmente no nos hacemos budistas, es justa­mente eso, es imposible dejar de ser budista. No podés ser un budista de templo nomás. Es de toda la vida porque hay cier­tos parámetros. Pero es no sig­nifica que sea difícil de seguir, porque dentro de todo, lo que a mí me atrajo es la libertad que hay. Uno sabe que si actúa mal, le va ir mal y si actúa bien, le va ir bien.

MS: Las religiones tienen rasgos culturales y fami­liares ¿Cómo llegar al budismo, cómo se llega al budismo en Paraguay?

Marcelo González (MG): Puedo contar sobre mi caso. Yo estuve toda mi vida en un colegio católico, salí del cole­gio con dudas, en esa búsqueda de fe. Y de alguna manera es como que iba a varios lugares a escuchar, a ver en qué con­sistía. Hasta que un ex compa­ñero de colegio me invitó a una reunión budista, y lo que escu­ché en esa reunión fue que por primera vez escuchaba, cosas en las que no encontraba res­puestas. Entonces dije en ese momento que ese era mi lugar. El budismo lo que hace es que cuando uno se interesa en la filosofía, es como que el obje­tivo del budismo es despertar ese lado humano que tienen las personas. Lo que no hace es diferencias en las personas, o sea, naturalmente somos dife­rentes, pero en esencia somos todos seres humanos y tene­mos la misma potencialidad.. Despierta ese máximo estado de humanidad que tenemos.. Yo pude realmente sentir mi vida, por primera vez siento que estoy en esta vida y que tengo una misión que hacer. Y justamente eso es una de las cosas que me atrapó, verdad.

MS: ¿Cuál considerás que es tu misión?

MG: Primeramente la misión de cada uno de nosotros es bus­car cosas de transformar den­tro nuestro, que es la revolu­ción humana como le decimos nosotros. De alguna manera estar dentro de esa revolu­ción, esa lucha interna de estar todos los días es lo que nos hace cambiar, y desper­tar en uno la sabiduría, amor compasivo, fuerza, esperanza. Y ahí es cuando uno empieza a sentir más o menos cuál es su camino. Y puede también como que despertar la sabi­duría. El budismo habla de que el ser humano sufre, pero cuando entiende cómo fun­ciona la vida, eso puede cam­biar. Naturalmente uno des­pierta su propia esencia.

MS: ¿Y tu caso cómo fue?

EL: También fue mediante un amigo. Estaba en una etapa de mi vida que estaba a punto de ser ateo ya porque no encon­traba respuestas. Nos hablaba del budismo, hasta que un día le dije que iba. Entonces fui a esa primera reunión y en ese mes, muchas de mis dudas se aclaró, sobre diferentes cosas, uno tiene una postura sobre la guerra, el matrimonio, sobre lo que sea, pero tenés una postura. Y en esa reunión me di cuenta que más o menos era lo que yo venía pensando pero no tenía una estructura, que me dio la religión. Y de ahí empecé a ir y a practicar. Y De eso ya pasaron 14 años. El budismo se basa en fe, práctica y estudio. Uno cree que casualidad en principio pero después te das cuenta que no es así. Uno de los fun­dadores de nuestra corriente budista decía que si la religión no te sirve, abandonás y bus­cás otra. La religión tiene que ser algo que te sirva para ser feliz, que te sirva para la vida, que resuelva los problemas que tenés. El budismo lo que básica­mente enseña es que para ser feliz, uno tiene que entender el momento de la vida. Que la vida está compuesta de esos elemen­tos porque siempre fue así.

MS: ¿No constituye como muy monótono pensar en que si algo te está doliendo ahora, después va estar todo bien?

MG: Lo que cambia ahí son las situaciones. Uno siempre quiere ser feliz, quiere estar tranquilo. Cuando surge una situación difícil lo que pienso es esquivar esa situación, pero a través del budismo, siento la fuerza de que puedo enfren­tar eso. Entonces enfrento y en ese momento existe el sufrimiento, pero una vez que logro pasar eso, digo que puedo pasar otras cosas y entonces ahí es donde arranca nuestra revolución humana. Uno de los puntos del budismo que me gustó mucho fue que digamos no existe lo malo o lo bueno, no existe la culpa. Enton­ces como que yo antes sentía mucha culpa por las cosas. Y el budismo te enseña que vos sos responsable de tu propia vida, toda tu situación vos creaste y lo que pasa alrededor es un efecto de eso y cumple una fun­ción en tu vida. Entonces ahí está el punto. Hay que enten­der la vida, poder enfrentarlo y sacar nuestro mayor potencial.

MS: ¿En Paraguay cuánta gente profesa el budismo. Entiendo que también hay diferentes ramas o vertien­tes, no?

EL: Yo creo que relativamente poco en comparación a otras religiones. Estarían dentro de nuestra práctica budista, que es soka gakkai

del Paraguay, tenemos cerca de 2.000 per­sonas. Pero hay otros budis­mos cerca de Paraguay, calculo que serían 3.000 personas . Hay sedes en Ciudad del Este, Encarnación. Lo que pasa que el budismo, el soka gakkai empezó con los japo­neses, empieza por donde ellos se asen­taron. Colo­nia Yguazu, Pirapó, de ahí los hijos de los japoneses que vinieron a Asunción, trajeron acá. Solamente que Asunción por ser capital, creció más rápido que los demás luga­res. Pero también tenemos en Villarrica.

MS: Quisiera entender en qué se diferencia de otras ramas..

MG: Justamente el budismo nació con el buda Sakiamuni en la India, 500 años AC. A par­tir de ahí se inició el budismo. Tiene dos grandes ramas, el mahayana y el hinayana. ¿Cuál es la diferencia? El hinayana es introspectivo, salir todo lo que es del mundo y meterse den­tro de uno y buscar al ilumi­nación ahí. Y está la otra parte, que es la mahayana que tam­bién es ver la parte interna pero abrirse al universo. En el mahayana, pero también basándonos en el sutra del loto, que es la última enseñanza de buda Sakia­muni. Prácti­camente todos los budismos viene del Sakia­muni, pero nosotros segui­mos el mahayana y del Sutra del Loto.

EL: Cada rama tiene su figura principal . Nuestra rama encima es laica. No hay sacer­dotes profesio­nales, todos los que componen el staff de responsables, por así decirlo, no reciben un salario por ser el principal o respon­sables de los jóvenes.

MS: ¿Cuáles son los prin­cipios fundamentales del budismo y hay un libro sagrado que marque eso?

EL: Justamente Marcelo men­cionó el Sutra del Loto. El buda Sakiamuni predicó varios sutras porque fue un apren­dizaje en etapas, proque jus­tamente el centro del budismo es el hombre. El estado de Buda se llama, no es que es el buda. Todos tenemos el estado de Buda dentro de nosotros. Y en nuestra rama nosotros utilizamos el Sutra del Loto. Por qué? Porque para noso­tros es el principal, no es que esté mal, sino que es previo al Sutra del Loto. Pero en el Sutra del Loto las mujeres se pueden iluminar. Todas las personas se pueden iluminar, el poten­cial está dentro de uno y habla de la eternidad de la vida. Digo lo de las mujeres porque en el contexto de la India, donde surgió el budismo con las cas­tas y la posición de la mujer era muy difícil que una reli­gión hablase de que la mujer es igual al hombre. Entonces nuestra corriente utiliza el Sutra del Loto porque enten­demos que es compendio que los otros Sultra y además escla­rece que la iluminación es uni­versal.

MS: Pero no hay una obliga­ción de rezar, de orar?

EL: No, realmente no. Te pre­guntan cosas por ejemplo si se puede comer carne. El budismo, sobre todo desde el Sutra del Loto, ve el universo como neutro. No hay nada malo y bueno. Obviamente nos regimos por la ley de causa y efecto. Habrán escuchado el karma, no? que si hiciste el mal te viene el mal y si hiciste el bien, te viene el bien. Es siem­pre una decisión personal. Yo fumaba por ejemplo, y dejé de fumar, yo sabía que en algún momento me va hacer mal, pero acá nadie te va a decir que acá no fumes. Vos vas guiando tu vida de acuerdo a tus actos, sabiendo que tiene consecuen­cias. Ayudar a los demás puede ser algo difícil pero vos sabés que va a mejorar la comunidad, trabajar en el barrio, va a mejo­rar el barrio.

MS: ¿Qué es el dharma?

EL: No es un término que utilizamos mucho al menos en la soka gakkai. Para noso­tros el dharma es igual que la ley mística, pero hay otras corrientes que ven al dharma como un estado superior, o un lugar superior, pero noso­tros no utilizamos eso por­que nosotros nos basamos en la enseñanza de los diez esta­dos de vida, todo está dentro de la persona. Si profundiza­mos en la soka gakkai, el estado más bajo de vida es el infierno y ese infierno está dentro de nosotros. Hay que aclarar que cuando uno viene al budismo aspira al estado de buda enton­ces piensa que uno alcanza el estado de buda y ahí terminó, pero es muy difícil de mante­ner. Es una lucha constante consigo mismo.

MS: ¿Qué diferencias fun­damentales y las similitudes entre el budismo y las religio­nes que profesaban antes?

MG: Lo similar es que es algo espiritual. Yo creo que el ser humano necesita esa impor­tancia espiritual y seguir. A mí me pasó eso con mi vida. Lo que sí, un poco lo que dife­rencia el budismo de otras reli­giones es que no cree en algo externo. Algo superior. Lo que hace el budismo es desperar ese máximo grado de humani­dad que hay en cada uno.

MS: ¿Hay ritos en el budismo como tal?

EL: Hay, se puede decir que son más simples. Básicamente nos basamos en una oración, que es la Nam-myoho-ren­ge-kyo, que es unir la mano y rezar frente a un Gohonzon le decimos nosotros, que es pergamino de papel escrito con letras chinas. Después lo importante que tenemos son los encuentros de estudios en la casa, porque como dije, es fe, práctica y estudio. Hay que enseñar a los demás. Ser feliz uno y hacer feliz a los demás.

MS: ¿Existe el concepto de pecado en el budismo?

EL: Yo siempre digo, uno secu­larmente ve que ser pobre es malo y tener dinero es bueno, casi como una decisión básica. Pero de repente un joven que nació en el Bañado, justamente para superar esa situación de pobreza se esfuerza, estudia, llega a la Corte, al Senado, a la presidencia, entonces no pode­mos decir que la pobreza fue mala, porque fue la pobreza lo que le impulsó a eso. Así tam­bién, un joven que tiene todo a su alcance, todo en la vida, puede morir a causa de una sobredosis, que es algo que se da, y tenía dinero para eso, entonces podemos decir ahí que el dinero es malo. O sea, a eso me refiero cuando hablo de la neutralidad del Universo. Todo depende del estado de vida de la persona. Cómo usa la situación externa para avan­zar, de eso se trata el budismo.

MS: ¿Qué pasa con la muerte, yo puedo reencar­narme, cómo se entiende la muerte?

MG: Justamente cuando entré al budismo, todo tenía sentido para mí. La ley de causa y efecto, el karma,

todo. Pero lo que no me cerraba era sobre qué pasaba después de la muerte. Entonces empecé a inves­tigar, y veo que la ley de causa y efecto me viene una pregunta y esa pregunta fue mi respuesta. ¿Por qué todos nacemos diferentes? ¿Por qué no somos iguales? Justamente porque en vidas pasadas hicimos causas dife­rentes, pero también hicimos cosas parecidas, por eso tene­mos cosas en común. Práctica­mente el budismo estudia que venimos de un pasado infinito, y nos vamos a un futuro infi­nito. Y eso es muy importante, lo de entender la muerte, para ver cómo encaramos la vida. Si pienso que después de esto voy a tener otra vida, entonces lo que yo estoy haciendo ahora no termina en mi muerte, si no que voy a llevar a mis otras vidas. Entonces tiene muchí­simo más valor las acciones que estoy haciendo ahora.

EL: En verdad en algunas corrientes se habla de reen­carnación, otras no. Noso­tros usamos más la transmi­gración, donde Mike Silvero, cuando muera, no va a reencar­nar en Mike Silvero, se habla de que la vida es eterna. El hilo de la vida. Pero en esa vida eterna hay varias existencias.

MS: ¿Otro término que se usa mucho es el “estar en modo Zen”, existe ese con­cepto, cómo se puede enten­der esa frase?

EL: El zen es otra corriente del budismo. Yo entiendo que el budismo zen surgió en Japón, con las castas militares porque era un budismo que no estu­diaba mucho, sino se enfo­caba a en la disciplina y en la práctica. Y el tema también del zen que se hizo famoso en Norteamé­rica en algún momento y explotó con Hollywood.

MS: El Nir­vana también es un término muy asociado al budismo..

EL: Sí, igual que el dharma. Alcanzar el nirvana se dice, y interesante ver como que entra en la cultura general así de repente. por ejemplo en este caso con un grupo de rock,

en los 90. Pero en nues­tro budismo, como la prác­tica es huma­nista, todo se encuentra den­tro de uno. Y el Nirvana está dentro de la persona, en cada uno de nosotros. Hay algunas escuelas que dicen que uno va después a ese espacio.

MS: ¿Para ustedes hay un creador de todo, el universo, la vida?

EL: Para el budismo no hay un punto cero. El universo es eterno para atrás y para ade­lante. Así como hablamos de la existencia de la vida sin prin­cipio ni final, es decir, eso es lo que creemos. Esa pregunta no me surge en el budismo, pero si hay un creador, debe exis­tir alguien que creó a creador. Entonces la interpretación que tiene del universo es que es infinito para atrás y para adelante. Ese tema de que si el fin del mundo tiene que venir, y lo que yo entiendo es que el fin del mundo es la destrucción de la tierra, y dentro del universo, la tierra es un poroto, nos mori­mos los humanos pero el uni­verso continúa.

MG: Creo que esa parte, para mi entender, podemos ver nuestro mundo como un ejem­plo. Lo que anteriormente era un desierto y costaba que haya vida, sin embargo en los bos­ques hay muchísima vida. Esos desiertos antes era un bosque, y con la evolución, lo que era desierto, hoy es bos­que. Entonces eso podés ver como ejemplo en todo el uni­verso. Si el ambiente es pro­picio para la vida, la vida va a salir.

MS: A todos quienes pasa­ron por esta serie le pregun­tamos si es necesario tener a Dios para ser feliz ¿Para ustedes es así?

EL: Siempre Dios aparece en las preguntas de nuestros amigos. Muchas veces el Dios en el que creen algunos de mis amigos es muy parecido a la ley mís­tica que noso­tros creemos, que es la ley del universo. Y entiendo que eso me pasó, porque yo era muy creyente y no era lo que me decían que era. Cuando vine al budismo entendí que lo que yo estaba buscando era esa ley univer­sal neutra. Yo no diría que la ley mística sea diferente al Dios en el que creen muchas de las personas en el mundo.

MS: ¿Qué gano si yo si quiero ser budista?

MG: Justamente esa pala­bra convertir es lo contrario. Para mí, yo creo que cada vez me siento más yo. Siento que es mi mejor estado de humanidad con la vida en sí. Eso te puedo responder.

EL: Siempre hablo con mis amigos desde todas las pers­pectivas y los ateos son los más difíciles de traer, por así decirlo. Pero si empezás a prac­ticar no vas a notar mucha dife­rencia en tu forma de pensar en general. De hecho, la duda den­tro del budismo no está pro­hibido. O sea, hice un curso y un alto responsable de Japón me dijo que la duda está cons­tante dentro de la práctica. Todo tiene respuesta en el budismo, porque está escrito. Solamente que si vos que­rés estudiar todo el budismo para empezar a practicar, te va a llevar demasiado tiempo, entonces yo digo que empieces a practicar y a leer.

MS: ¿Pensaron en un mundo si no existieran las religiones?

MG: Hay algo que comentó el rabino, que conversó contigo, él dice todas las personas tie­nen fe en algo. Yo concuerdo con eso. Entonces todas las personas que tiene una fe común, entonces es muy difí­cil que exista un mundo sin religión. Lo que sí, en qué con­lleva la religión? Y bueno, la humanidad actúa de acuerdo a lo que cree. Entonces es importante ver a qué le lleva la religión al ser humano para vivir feliz y en armonía.

EL: El pastor Agüero

te había dicho que las religio­nes en sí no son malas, que son las personas. Y de hecho el estado de vida de las personas es lo que puede alterar eso, decimos nosotros. Y bueno, Imagen de John Lennon habla un poco de eso. Y no sabemos si esa no religión sería una forma de religión también. Porque quieras o no, el comu­nismo soviético para mí es una religión si analizás punto por punto. Lo que creo es que, al menos lo que busca el budismo desde siempre es que haya un diálogo entre las religiones y que la gente que verdaderamente profesa su religión sea la que tome las decisiones importantes.

MS: ¿Hay alguna limitación con respecto a la sexuali­dad?

MG: No hay diferencias en género, o sea, todo tiene la misma potencialidad como dijimos desde el inicio. Es una vida y justamente la soka gakkai está basado en la lucha del respeto de la dignidad de la vida. Si nos basamos en eso, no podemos ver diferencias con el tipo de género. Vemos a todas las personas con la misma potencialidad y que pueden ser felices. Y nosotros lucha­mos por la felicidad de la per­sona. El budismo es sinónimo de humanidad.

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