La actriz paraguaya María José Cabrera hace parte del elenco de la serie argentina “Nada”, ficción de Star Plus, que contó con la participación especial del renombrado actor Robert de Niro. La artista guaraní conversó para el Trece sobre su participación en la ficción realizada en el vecino país y su trato con el intérprete de 80 años.
Este viernes último, la intérprete nacional charló para el noticiero del Trece para la sección Artes y Espectáculos.
“‘Nada’ es una serie en donde tenemos la participación especial de Robert de Niro, con quien tuve el placer de actuar y por supuesto con Beto Brandoni, quien es el protagonista, un ídolo total”, contó la paraguaya que no ocultó su emoción por haber conocido a un artista de una larga y exitosa trayectoria en el mundo del cine internacional.
La joven en los próximos días partirá a Europa para realizar la promoción de la serie y participar del estreno oficial en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España.
“Me siento muy emocionada, estamos a punto del estreno y espero que todos puedan disfrutar de la serie”, invitó María José Cabrera a todos los que gustan del cine.
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Coincidencia: la ética de la IA preocupa a la Unesco y al Vaticano
- Por Ricardo Rivas
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza/AFP
Muchas grandes obras calificadas de “ficción distópica” advierten sobre agobiantes prácticas políticas y sociales que desde el poder se planifican y gestionan hasta nuestros días. ¿Ficción distópica o advertencia sensata?
Tal vez la Inteligencia Artificial (IA) –así, las dos con mayúsculas como iniciales– sea la primera movida tecnológica fuerte del siglo XXI. Después, seguramente, la aldea global conocerá otras que quizás tendrán menor impacto social porque serán menos las personas que puedan recordar y contar cómo transitaron los avances arrolladores casi sin pausas que se conocieron desde cuando promediaba la centuria pasada. Las preocupaciones se expanden ante lo nuevo y desconocido. Los líderes en no pocos casos carecen de respuestas ante tantos interrogantes y, lo que añade complejidad social, hay incertidumbre sobre lo que viene.
La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) procura amortiguar los efectos y consecuencias no deseadas de la innovación. Desde largo tiempo –a propósito de la irrupción de la IA y su expansión– analiza la situación. Y lo hace desde el reconocimiento de “las repercusiones positivas y negativas profundas y dinámicas de la IA en las sociedades, el medio ambiente, los ecosistemas y las vidas humanas”, pero “en particular” pone especial énfasis en la afectación que ese desarrollo en particular produce “en la mente humana, debido en parte a las nuevas formas en que su utilización influye en el pensamiento, las interacciones y la adopción de decisiones de los seres humanos” y cómo “afecta en la educación, las ciencias sociales y humanas, las ciencias exactas y naturales, la cultura, la comunicación y la información (…) para contribuir a la paz (para) asegurar el respeto universal a la justicia, a la ley, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales que se reconocen a todos los pueblos del mundo”.
En ese contexto, desde el 23 de noviembre de 2021, los Estados miembros de la Unesco acordaron y emitieron un documento de plena vigencia al que llaman “Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial”. Treinta y un meses pasaron desde entonces. Las preocupaciones crecen. A la Inteligencia Artificial (IA) el papa Francisco la considera “un instrumento fascinante y tremendo”. El Estado Vaticano es miembro observador en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Unesco. Sigue esos debates con particular atención.
De allí que el pontífice así se expresó ante los “líderes del Foro Intergubernamental del G7″, un puñado de días atrás, cuando se reunieron en Borgo Egnazia, Apulia, Italia. Con atención extrema y en profundo silencio, lo escucharon la anfitriona, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; y sus homólogos Justin Trudeau, de Canadá; Emmanuel Macron, de Francia; Olaf Scholz, de Alemania; Rishi Sunak, del Reino Unido; Fumio Kishida, de Japón; Joe Biden, presidente de los Estados Unidos; Ursula von der Leyen y Charles Michel, de la Unión Europea. El líder religioso de los católicos –también jefe de Estado de una monarquía teocrática– destacó luego ante sus pares que la IA es un “producto extraordinario del potencial creativo que poseemos los seres humanos”.
CRECIENTE INFLUENCIA
Luego de puntualizar cuáles son algunos de los espacios en los que ese desarrollo tecnológico se aplica con fines diversos –aunque como supuesto– estimó que “su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos”. Pero con su reflexión fue más allá. Francisco, como supuesto aglutinante, expresó que los allí reunidos “aunque en diferente medida, estamos atravesados [y relacionados con la IA] por dos emociones: somos entusiastas cuando imaginamos los progresos que [de ella] se pueden derivar (…), pero, al mismo tiempo, nos da miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso”.
Coincidente con los contenidos de la recomendación de la Unesco –aunque con tono precautorio– admite que “no podemos dudar, ciertamente, de que la llegada de la inteligencia artificial representa una auténtica revolución cognitiva-industrial, que contribuirá a la creación de un nuevo sistema social caracterizado por complejas transformaciones de época”. Para fortalecer su argumentación y a modo de “ejemplo” enumera que la IA “podría permitir una democratización del acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes”, pero advierte que también “podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases sociales oprimidas” y no duda en señalar que ello supone un “peligro” para la construcción de “una cultura del encuentro” por la que aboga incluso desde tiempos anteriores a la casi docena de años que se extiende su papado y, por tanto, cree que puede favorecer el desarrollo y la consolidación de “una cultura del descarte”.
Desde ese lugar, entonces, propone a los líderes y lideresas que lo escuchan “una reflexión a la altura de la situación” porque “los beneficios o los daños que esta [la IA] conlleve dependerán de su uso” y, en su parecer, “el uso de nuestras herramientas [creadas a lo largo de la historia] no siempre está dirigido unívocamente al bien”. ¿Pesimismo papal?
LA GUERRA DE LOS MUNDOS
Orson Wells (1915-1985), cuando era un joven de 23 años, el domingo 30 de octubre de 1938, a las 20:00, en los Estados Unidos, interpretó “La guerra de los mundos”, en un radioteatro con el que adaptó para relatar en ese formato un capítulo de una novela de Herbert George Wells (1866-1946) con el mismo título, que se emitió a través de la red de emisoras de la Columbia Broadcasting Sistem (CBS). Lo que Orson –una persona lúcida comprometida con su tiempo– imaginó como actor y radiodifusor, sucedió. Su trabajo tuvo altos niveles de audiencia y fuerte impacto en el conjunto social porque el relato daba cuenta de la llegada a la Tierra desde Marte de naves extraterrestres cuyos ocupantes –”los marcianos”– procuraban invadir el planeta y esa intención desató una guerra contra los invasores de graves consecuencias.
Con el paso de las horas y de los años, algunos relatos de aquel suceso, totalmente falsos, dieron cuenta de que la emisión aterrorizó a la población norteamericana hasta el punto de entrar en pánico y saturar con sus llamadas a las centrales telefónicas de la policía en demanda de auxilio. Hasta nuestros días en el Van Nest Park de Grover’s Mill, New Jersey, relativamente cerca de New York City, se recuerda aquel suceso con una placa en el punto exacto donde “aterrizaron” las naves marcianas agresoras.
Un relato falso de toda falsedad cuando la radiotelefonía era significada como el más novedoso desarrollo tecnológico en esos años ingresó de lleno y para siempre en la memoria del mundo que recuerda una invasión que, si bien nunca existió, fue suficiente para construir una amenaza para la humanidad por parte de una civilización de la que se desconoce si existe.
¿Hubiera sido posible sin la radio? Cuarenta y un años antes, Guillermo Marconi, el 14 de mayo de 1897, realizó la primera comunicación inalámbrica abierta de la historia que fue desde el canal de Bristol en Inglaterra hasta la localidad de Penarth, en Gales. “Estás preparado”, el mensaje de dos palabras emitido recorrió con éxito los 6 kilómetros que separaban las dos localidades. Fue recibido alto y claro. Aquel enorme avance tecnológico en un breve lapso de tiempo devino en una herramienta de enorme valor para el rescate de los náufragos del Titanic, el 15 de abril de 1912, y del Lusitania el 7 de mayo de 1915. Dos catástrofes que también se inscribieron para siempre en la historia marítima.
La radio era lo más. A tal punto que Marconi y el físico alemán Carl Ferdinand Braun en 1909 recibieron el Premio Nobel de Física por la contribución a la humanidad de aquel desarrollo tecnológico que tanto fue aplicado cuando graves emergencias y catástrofes para resolverlas o amortiguar sus efectos negativos como para desarrollar operaciones de producción de sentido para bien o para mal. ¿También entonces había quienes creían que posible es todo?.
EL GRAN HERMANO
Eric Blair, nacido en la India en 1903 y fallecido en Londres en 1950, es conocido y reconocido en los ecosistemas literario y académico como George Orwell y por un título fundamental de su autoría para quienes asumimos la ciencia de la comunicación como una pasión. Educado en Eton –donde no toda la población de la Gran Bretaña puede hacerlo– es el autor de “1984″, un texto al que muchos definen como una novela política de ficción distópica, que fue publicada el 8 de junio de 1949. En sus páginas nace la idea del Gran Hermano o Hermano Mayor, gestado primero y asociado después con el panoptismo que cuando finalizaba el siglo XVIII construyó el filósofo Jeremy Bentham, que hizo foco con sus estudios sobre las estrategias de vigilancia, poder y control que el capitalismo procuraba aplicar sobre obreros y obreras para optimizar producción y rentabilidad.
Bentham descubrió que aquellos objetivos se tenían presentes a la hora de diseñar y construir establecimientos industriales. Orwell, que profundizó en el estudio de aquellos conceptos, encontró en ellos el gen de muchas de las agobiantes prácticas políticas y sociales que se desde el poder se planifican y gestionan hasta nuestros días. ¿Ficción distópica o advertencia sensata?
La Real Academia Española de la Lengua (RAE) llama “distopía o cacotopía” a una “utopía negativa” en la que “la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal, representando una sociedad hipotética indeseable”. De allí que “1984″, la novela de Orwell categorizada como “política de ficción distópica”, tal vez no sea incorrecto señalarla –también según la RAE– como una “representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”.
¿Ficticia? Permítanme la duda, por favor. La cadena televisiva norteamericana ABC produjo y presentó entre el 31 de marzo de 1987 y el 12 de mayo de 1988 la serie “Max Headroom”. Acerca de aquel producto televisivo de consumo masivo, muchos años después, en el sitio cinefania.com, se publica la siguiente reseña: “En un futuro cercano, cuando la televisión jamás deja de emitir, el reportero Edison Carter (protagonizado por el actor Matt Frewer) y su alter ego generado por computadora, Max Headroom, luchan por mantener informado al público”. Algunos textos especializados incluyen esta producción dentro del género de ciencia ficción cyberpunk.
REALIDAD VIRTUAL
En la Argentina fue parte de la programación de canal 13 de Buenos Aires en 1989. Cada capítulo –14 en total– se proponía en el inicio como “20 minutos en el futuro”. Creada por Rocky Morton, Annabel Jankel y George Stone, el argumento, que bien podría ser categorizado como distópico con formato ficcional, relata cómo desde una localización indeterminada un imaginario grupo de poderosas cadenas televisivas se constituye como un gobierno de alcance global que para mantenerse en el poder aprueba una ley que prohíbe que se apaguen los televisores.
En aquel contexto por entonces inimaginable siquiera como desarrollo futurista posible, el periodista Carter –crítico de aquellas prácticas hegemónicas de gestión política– para protegerse de amenazas concretas y eventuales ataques personales que afectaran su integridad física, con un grupo de técnicos aliados inicia un movimiento de resistencia y resiliencia civil para informar lo que por el ejercicio del poder los poderosos quieren evitar que se sepa. En verdad, la trama que proponía aquella ficción –para nada novedosa– estaba en línea con las enseñanzas del periodista y maestro de periodistas bielorruso Ryszard Kapuściński, que durante décadas para ejercer el oficio se enfrentó a sucesivos gobiernos dictatoriales como en esa serie televisiva lo hacía el perseguido Carter.
Lo nuevo sí de aquel argumento fue que en aquellos momentos de intenso peligro personal para el protagonista y para la libertad de expresión irrumpe en las pantallas –esde algún lugar– Max Headroom, un periodista creado digitalmente para dar por tierra con las limitaciones informativas, con la censura y épicamente seguir adelante para informar, para hacer saber. Fue un éxito, aunque nadie imaginó que aquello fuera posible.
Sin embargo, y aunque en otro contexto dieciocho años más tarde –el 11 de agosto de 2018– Zhang Zhao, un informativista absolutamente humano que por aquellos años se desempeñaba en los servicios informativos de la agencia de noticias Xinhua (Nueva China) fue el modelo sobre el que se creó el que fue presentado en la Quinta Conferencia Mundial de Internet como el primer conductor de noticias virtual dotado con inteligencia artificial, capacidad para expresarse en mandarín e inglés y evidenciar expresiones y gestáltica humanas. ¡Noticia mundial! De hecho, en aquella jornada, la agencia periodística estatal de México –Notimex– reportó en su servicio informativo que “Xinhua explicó que el conductor virtual [presentado] es ya un miembro de su equipo que puede trabajar las 24 horas en su sitio de internet y otras plataformas electrónicas con reducción de costos de producción y mejora en la eficiencia”.
Interrogo al pasado. ¿Max Headroom también era parte de una ficción distópica? Tal vez, sí. ¿Cómo afirmar o negar en tiempos de prácticas sociales de realidad mixta que emergen desde el tránsito cotidiano entre realidad real y realidad virtual?
La IA es tan atrapante como preocupante. Francisco, como jefe de Estado y líder religioso, admite públicamente que su preocupación crece porque “no pocas veces, precisamente gracias a su libertad radical, la humanidad ha pervertido los fines de su propio ser, transformándose en enemiga de sí misma y del planeta”, duda y lo dice porque estima que “la misma suerte pueden correr los instrumentos tecnológicos” más novedosos. Clara coincidencia, por cierto, con Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
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Complejo sojero, protagonista de la economía paraguaya a la espera de potenciar la industrialización
Sofía Céspedes (sofia.cespedes@nacionmedia.com)
La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024 de acuerdo con estadísticas de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). En 2023, el complejo sojero generó ingresos al país por USD 3.424 millones en comparación a los USD 1.226 millones registrados en 2022.
El portal Green Commodities afirma que la soja se convirtió en el primer producto de exportación del país, es el producto agrícola que genera más ingresos y aporta al producto interno bruto (PIB) cerca del 17 %. Actualmente, Paraguay se sitúa entre los seis mayores productores de soja a nivel mundial y el cuarto mayor exportador.
Sin embargo, la industrialización sigue siendo una materia pendiente y que impulsará más a este segmento de la agricultura. La molienda del grano no tuvo el mismo comportamiento de crecimiento como fue con la producción agrícola; por el contrario, el año pasado la industrialización fue un 8 % menor que la que se había conseguido en 2014.
En contacto con La Nación/Nación Media, Sandra Noguera, gerente general de la Cappro, explicó que el repunte de la producción de soja, luego de la “catástrofe” de 2022 a raíz de la sequía, es sumamente positivo para el sector, pero aclaró que la materia pendiente sigue siendo la industrialización de la oleaginosa.
Noguera precisó que para dar el siguiente paso en la industrialización se deben introducir medidas públicas que puedan impulsar al sector y atraer nuevas inversiones, principalmente contar con un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera, con relación al resto de las industrias que exportan.
Actualmente, es la única industria que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados, y tener un esquema de incentivos donde se promueva transformar la materia prima en el país.
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Noguera enfatizó que mientras Paraguay no cuente con las condiciones para seguir avanzando en la industrialización no podrá responder a la alta demanda existente en el exterior por la soja, principalmente de Argentina, que es uno de los mayores compradores del grano.
En el vecino país hay un régimen de admisión temporaria que facilita la importación de materia prima, tanto de Paraguay como de otros países alrededor del mundo. En los últimos 5 años (2019-2023), Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural que se exportó desde Paraguay.
Capacidad
Sobre la capacidad de procesamiento en las industrias aceiteras asociadas a Cappro, Noguera indicó que ronda las 4,2 millones de toneladas anuales, es decir, menos de la mitad de lo que se produce anualmente.
La directiva de la Cappro incluso resaltó que en los últimos tres años “normales” (sin considerar el año de la gran sequía del 2022) se procesaron solo 3,01 millones de toneladas en promedio, por año de soja, lo que implica que cada año las aceiteras nacionales se ven forzadas a no aprovechar cerca del 30 % de su capacidad, pese a que existe materia prima agrícola disponible en el país.
“Entre 2014 y 2024 la capacidad instalada se ha reducido en torno a unas 300.000 toneladas por año, ya que en 2018 una de las industrias asociadas a Cappro decidió suspender sus operaciones de molienda de oleaginosas”, agregó Noguera.
Producción
Acerca de la cosecha que esperan para la campaña agrícola 2023/2024, tanto Sandra Noguera como Hugo Pastore, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), precisaron a La Nación/Nación Media que la producción estimada es de un volumen de 10,47 millones de toneladas con una superficie de siembra de 3,56 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 2.767 kilos por hectárea.
Aseguraron que es un buen volumen, con un rendimiento dispar por zonas con bajo rendimiento a raíz de factores climáticos, que fue compensado por otras zonas. Recordaron que en años de buena producción agrícola se cosecha en un volumen de entre 10 millones y 11 millones de toneladas anuales.
“Tuvimos una zafriña que no tuvo buenas precipitaciones, lo que hace que los rendimientos sean variables, algunas rinden mejor que otras, se sufrió mucho por la falta de lluvia”, expresó Pastore recordando que están atentos a los pronósticos meteorológicos respecto a lo que se espera para la próxima campaña agrícola.
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Empleo
En 2013, las industrias asociadas a Cappro hicieron grandes inversiones para instalar nuevas fábricas y la capacidad instalada de procesamiento creció de 1,5 millones de toneladas por año a 4,5 millones de toneladas por año.
De esta manera, el sector agroindustrial pasó a considerarse la actividad industrial más importante del país en los 10 años en términos de saldo de inversión extranjera directa.
Esto produjo que solo los asociados a la Cappro generen empleo para más de 8.800 trabajadores calificados, 2.200 de manera directa en las plantas y aproximadamente 6.600 de manera indirecta. La cámara está conformada por 10 industrias aceiteras que procesan oleaginosas para la obtención de la harina, cascarilla de soja, aceite crudo y refinado.
Datos claves
- La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024.
- La producción estimada para la campaña 2023-2024 es de 10,47 millones de toneladas.
- En los últimos 5 años Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural.
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Pruebas de ADN para resolver casos de abigeato se implementarán a fin de año
Este año se prevé la implementación de una herramienta para las pruebas de ADN en bovinos para resolver los casos de abigeato. El anuncio fue realizado el viernes pasado en una reunión entre autoridades de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Corte Suprema de Justicia (CSJ) y de la Dirección de Marcas y Señales del Poder Judicial. El proyecto se está ejecutando en el Laboratorio de ADN bovino, que encaran la ARP, el Ministerio Público y el Ministerio de Ganadería.
Jorge Dos Santos, miembro del directorio del gremio de productores agropecuarios, comentó este miércoles sobre los avances de la iniciativa que aglutina a varias instituciones. “Si cumplimos los cronogramas, estaríamos a fin de año en marcha. Las pruebas pilotos se están haciendo y ajustes. El operador tiene que ser bien entrenado para no ser cuestionado”, refirió a la 650 AM.
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“El abigeato es un mal endémico que causa un gran perjuicio a la economía nacional. En general, la gente piensa que es un problema del gran ganadero, pero la gente humilde termina siendo la más perjudicada”, expuso Dos Santos al remarcar la necesidad de esta herramienta, considerando que los controles de ADN se realizan hace varios años en Argentina y que han dado resultados favorables en su implementación.
Señalan que la técnica a ser aplicada consiste en un trabajo de laboratorio en el que se podrá vincular a la carne indocumentada con el origen, es decir, a qué animal perteneció. Según datos del Centro de Investigaciones en Genética Básica y Aplicada (Cigeba) de Argentina, los perfiles genéticos que se hacen contribuyen no solo a combatir este crimen sino también a contar con datos fehacientes para la exportación de carne.
“El registro por ADN favorece a las exportaciones, ya que la Unión Europea tiende a exigir que cada animal tenga una especie de ‘pasaporte’ en el que conste su tipificación de ADN. Además, el registro genético pondrá fin a los casos llamados de “paternidad dudosa”, señaló Pilar Peral García, profesora de genética del Cigeba, señala el medio argentino Página 12, publicado en 2002. También dijo que habrá certeza en los casos frecuentes en que un criador se lleva animales de campos vecinos, cuyo color o pelaje son similares a los de sus propio ganado.
El instituto de Genética Veterinaria de Argentina tiene un banco de datos de unas 10.000 muestras biológicas de ganado con las que puede compararse el ganado robado. Entre 2001 y 2008, las autoridades del país vecino resolvieron poco menos de 300 casos de robo de ganado en la provincia de Buenos Aires con el uso de esta técnica. En 2019, la Universidad Nacional de La Plata, registró más de 400 casos resueltos hasta la fecha, usando pruebas de ADN.
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Ordenan extraer datos de celulares de asistente fiscal, procesado por pedido de coima
El juez de Delitos Económicos Humberto Otazú decidió autorizar la extracción de datos de dos aparatos celulares incautados del asistente fiscal de Villa Hayes, Antonio Ramón Petters, y del abogado Raúl Adriano Cardozo, procesados por un supuesto pedido de coima y otros delitos.
Los puntos de pericia son los registros de mensajes de texto, entrantes y salientes, registros de llamadas entrantes y salientes, directorio de contactos, mensajes de voz, o nota de voz, imágenes, fotografías, mensajes entrantes y salientes de WhatsApp y cualquier otro medio de correspondencia o de almacenamiento de información con que cuentan los aparatos telefónicos.
El Ministerio Público cuenta con elementos de convicción en atención a la denuncia recibida, así también a través de las diligencias investigativas realizadas en la presente causa, como ser testimonial de la denunciante, actas de procedimientos, testimonial de los agentes policiales intervinientes, grabaciones y filmaciones de conversaciones telefónicas y reuniones obtenidas con intervención judicial. Surgen suficientes elementos de sospecha sobre la responsabilidad de los hoy procesados, Antonio Ramón Petters Paredes y Raúl Adriano Cardozo Benítez, por la presunta comisión de los hechos punibles de tráfico de influencias y resistencia, respectivamente.
Una vez que termine la etapa de investigación se tendrá que presentar el requerimiento conclusivo que puede ser una acusación o una salida procesal al presente caso.
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