La violencia que golpea a diario al estado Guerrero (sur), sea en ciudades o el campo, es favorecida por los nexos entre criminales y autoridades locales, uno de los mayores desafíos para Claudia Sheinbaum, que el 1 de octubre asume la presidencia de México. A mediados de septiembre, en Acapulco, la capital turística del Pacífico mexicano, una balacera en un bar frente al mar dejó dos heridos. Una cabeza humana había sido abandonada en el mismo lugar en agosto.

Un encargado del lugar evade responder preguntas hechas por mensajería, pero la hipótesis en este tipo de casos es que el establecimiento se ha negado a pagar el “derecho de piso” a las bandas criminales de la zona. La violencia azota al popular barrio de El Progreso, vecino de la costera y uno de los más inseguros del puerto.

Días atrás, un hombre fue asesinado en una zapatería, cuenta un vecino. “Pasa todos los días”, dice. Un diario local titulaba el 10 de septiembre “Seis asesinatos en Acapulco”, aunque sin nombrar a los dos cárteles locales que se disputan el mercado de las extorsiones y la droga.

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En un cuartel de la policía municipal, en el centro de El Progreso, hay una celebración: bajo el inclemente sol, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López, entrega uniformes nuevos a los agentes. En su discurso, se congratula de que recién pagaron la primera mitad del aguinaldo, sin mencionar el tema de la violencia. “Acapulco es un paraíso”, responde a la AFP la alcaldesa, abogada de profesión y quien confía en que “la paz se construye desde el corazón”. “Hay que seguir trabajando en generar mejores oportunidades a nuestras policías, mejores oportunidades a la sociedad”, añade.

La corrupción, sostiene un colaborador fuera de micrófonos, radica en otros niveles del gobierno. “Por supuesto”, responde Eduardo Bailleres Mendoza, el nuevo secretario de Seguridad local, a preguntas de si los policías municipales pueden ser infiltrados por el crimen. El exmilitar quiere someter a los agentes de la policía municipal a pruebas antidoping para evitar que sean “víctimas del uso de sustancias toxicas” y, en consecuencia, se empiecen a relacionar con traficantes. Un policía gana unos 14.000 pesos (710 dólares) mensuales, añade.

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“Bombas

Acapulco esperaba ansioso la llegada de turistas en el feriado de septiembre por las fiestas de Independencia, el primero luego de que el puerto fue devastado en octubre de 2023 por el huracán Otis y de algunos episodios violentos. En la vecina localidad de Coyuca de Benítez un candidato a alcalde fue asesinado la víspera de la elección del 2 de junio pasado.

A unos 150 km al norte, los pobladores de Santa Rosa de Lima dicen vivir bajo el acecho de La Familia Michoacana, una banda surgida en el vecino estado del mismo nombre. Esta célula criminal ha lanzado ataques con drones contra las comunidades que se resisten a ser extorsionadas.

“El 21 uno de abril, aventaron bombas, más de 20. Se nos incendiaron muchas hectáreas de bosques”, explica Azucena Rosas García, de un ejido llamado San Antonio Texas, enclavado en la montaña. García muestra imágenes que, asegura, encontró en una tarjeta de memoria de un dron derribado. Los investigadores de la Fiscalía no llegaron hasta agosto, asegura.

De repente, una camioneta roja pasa con hombres armados. Son las “autodefensas”, los grupos de civiles que han decidido hacerse cargo de la seguridad, explica Víctor Espino, coordinador de comisarios de las comunidades. Reconoce que él mismo ha sido detenido por la policía por portar armas. “Cuando les conviene, si hay ley. Cuando no les conviene, pues no la aplican”, dice el dirigente local y que se dedica también al cultivo de aguacate.

“No nos defienden, ni nos dejan defendernos”, lamenta. Según cifras oficiales, suman casi 200.000 asesinatos en los seis años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, quien apostó por la política de “abrazos, no balazo”, con programas sociales para jóvenes a fin de evitar que sean reclutados por el crimen.

Sheinbaum, del mismo partido que el mandatario saliente, se ha comprometido a mantener esa estrategia, reforzando sin embargo la coordinación entre las fuerzas del orden y la fiscalía general. En Sinaloa (noroeste) la violencia por las pugnas entre cárteles también se recrudece desde el 9 de septiembre cobrando la vida de decenas de personas.

Perdura herencia

El popular presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, un veterano izquierdista que pregona la lucha contra la corrupción, deja el gobierno el 1 de octubre con la promesa de irse a su rancho en Chiapas y no ser “ni caudillo, ni jefe supremo, ni cacique” durante el mandato de su sucesora.

AMLO, como se le conoce por sus iniciales, termina sus seis años como presidente en la cima de su gloria, con una popularidad récord de 70 %, una próxima presidenta de su propio partido y el control total del parlamento. Además, su coalición oficialista gobierna más de la mitad de los 32 estados del país.

El presidente, de 70 años, también se ha encargado de dejar a su sucesora Claudia Sheinbaum una hoja de ruta con una veintena de reformas constitucionales para implementar. Y para vigilar su legado, nada mejor que un heredero: el mayor de sus cuatro hijos fue designado como número dos del partido izquierdista Morena, que AMLO fundó hace una década para llegar al poder.

El secreto de su popularidad: eslóganes simples como “primero los pobres” y su cercanía con el pueblo en los lugares más recónditos del país. Pero también sus 1.450 “mañaneras”, las conferencias de prensa que ha ofrecido de lunes a viernes al amanecer.

El presidente tiene 4,5 millones de suscriptores en su canal YouTube que transmite este “Show de AMLO”, como dicen algunos bromeando. Es un escenario para criticar a sus “adversarios”, que bien pueden ser los neoliberales, los conservadores, los ministros de la Suprema Corte o los periodistas.

Para AMLO todos ellos integran la “mafia del poder” y de los “fifís”, como despectivamente se llama en México a la burguesía elitista y blanca. Su discurso polarizante enciende a los llamados “Amlovers”, su base electoral formada principalmente por clases medias, pobres e indígenas, los principales receptores de sus ayudas sociales. Sus adversarios, en tanto, denuncian el regreso al sistema de partido hegemónico, como ocurrió con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México por siete décadas.

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“Un animal político”

AMLO “es un animal político” que ha tenido “un impacto enorme” en México, asegura Pamela Starr, profesora de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad del Sur de California. “Es el primer presidente mexicano que redujo significativamente la pobreza y la desigualdad”, dijo a la AFP.

AMLO subió varias veces el salario mínimo y los beneficios jubilatorios, con lo cual sacó a más de ocho millones de mexicanos de la pobreza, indicó Starr. “Esa es la base de su popularidad”. No obstante, ese Estado benefactor tiene un costo, y el presidente deja también como legado un déficit al alza.

“Abrazos, nos balazos”

En la lucha contra la violencia, AMLO buscó enfrentar las causas de la criminalidad, como la pobreza y la desigualdad, una política que llamó “abrazos, no balazos”. “El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”, dijo. Pese a sus esfuerzos, carteles ultraviolentos implicados en el narcotráfico, tráfico de personas y otros crímenes aún controlan amplias partes del territorio, donde los secuestros y asesinatos son cotidianos.

En sus últimas semanas en el poder, López Obrador usó la amplia mayoría de su partido Morena en el Congreso obtenida en las elecciones de junio para impulsar polémicas reformas, principalmente la elección de todos los jueces por voto popular.

Sus críticos argumentan que esto hará más fácil que políticos y el crimen organizado influyan en la justicia. Los partidos opositores, en minoría, no tuvieron suficientes votos como para frenar esas reformas. Y eso refleja otro de los grandes impactos de AMLO. “Ha supervisado y alentado el colapso de la oposición”, estimó Starr.

“Como resultado, México tendrá un estilo de gobierno más centralizado, potencialmente autoritario, aunque en un contexto semidemocrático”, añadió. En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, AMLO ha sido pragmático al tratar temas como el narcotráfico, la migración y el comercio.

Se llevó bien tanto con el presidente republicano Donald Trump -quien dijo que AMLO era su “amigo”- como con el demócrata Joe Biden. Amante del béisbol, ha prometido dejar la arena política para irse a su rancho en Palenque, “La Chingada”. Alcanzó la presidencia de México en 2018 luego de haber sido alcalde de Ciudad de México (2000-2005) y candidato presidencial tres veces.

Denuncia insistentemente la elección de 2006 que perdió por menos de 1 % de los votos, y acusa al Instituto Nacional Electoral de cómplice de un supuesto fraude. AMLO “deja un impacto profundo y duradero en la política mexicana”, sostuvo Michael Shifter, experto del Diálogo Interamericano en Washington DC. “Esté uno de acuerdo o no con sus políticas y el rumbo que ha dado a México, es difícil negar que es un político talentoso que deja el gobierno por todo lo alto, y su liderazgo será extrañado por muchos mexicanos”.

Fuente: AFP.

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