Por David Sánchez, desde Guadalajara (México), X: @tegustamuchoelc (*)

“La arriera”, dirigida por Isabel Cristina Fregoso, se erige como una pieza fundamental en el cine mexicano contemporáneo. Este filme se sumerge en las aguas turbias y raramente navegadas de la diversidad sexual en un contexto histórico rígido y tradicionalista: el Jalisco de los años 30. En un cine mexicano que ha frecuentemente evitado abordar estas narrativas, Fregoso ofrece una visión necesaria, trayendo al presente las voces silenciadas del pasado.

La historia se centra en Emilia, una adolescente atrapada en el silencio de su despertar sexual dentro de una familia que se aferra a los valores tradicionales del México postrevolucionario. Andrea Aldana, en el papel de Emilia, entrega una actuación matizada y profundamente emocional. Emilia, obligada por las circunstancias y por su deseo de libertad, se traviste de arriero y emprende un viaje físico y emocional a través de la Sierra Madre. Este viaje no solo es una huida de las limitaciones de su entorno, sino una búsqueda introspectiva de su verdadera identidad.

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Los personajes que acompañan a Emilia en su travesía, como Martín (Luis Vegas) y Caro (Ale Cosío), aportan capas adicionales de complejidad a la historia. Cada interacción revela facetas distintas de la lucha por la identidad y el amor en un entorno opresivo. La relación de Emilia con su prima y su enamoramiento rabioso y prohibido pone de manifiesto las tensiones y los peligros de explorar la propia sexualidad en un mundo que no solo no la comprende, sino que la reprime activamente.

La excelencia técnica de este film es innegable. La fotografía es deslumbrante, capturando con maestría los vastos y a menudo inhóspitos paisajes de Jalisco, por lo que se valora realmente verla en pantalla grande de cine. Estos escenarios naturales no son meros fondos visuales, sino reflejos del estado emocional de Emilia y de su travesía interna. La dirección de arte y el diseño de vestuario son meticulosos y auténticos, transportando al espectador al México de los años 30 con una precisión que enriquece la narrativa.

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Foto: Gentileza

La música y el diseño de sonido también juegan un papel crucial, subrayando las emociones y tensiones que atraviesan la historia. Los sonidos de la naturaleza, los murmullos del viento y los ecos de los pasos de los caballos crean una atmósfera inmersiva que complementa la evolución interna de la protagonista.

“La arriera” es mucho más que una película de época; es un manifiesto feminista y humanista que rinde homenaje a las mujeres del pasado y sus luchas silenciosas. Isabel Cristina Fregoso, al basarse en historias personales como la de su abuelo y reformularlas desde una perspectiva femenina, no solo rescata voces históricas, sino que les da un espacio y una dignidad que se les había negado. La película aborda temas de identidad de género y sexualidad en un contexto donde estos temas eran tabú, ofreciendo una reflexión necesaria y valiente sobre la diversidad de formas de amor y ser.

El contexto histórico del filme, donde símbolos tradicionales como la charrería y el mariachi predominan, contrasta fuertemente con las identidades ocultas y las pasiones que luchan por salir a la luz. En este sentido, esta obra se convierte en un diálogo entre el pasado y el presente, invitando al espectador a reconsiderar y reconocer las historias que fueron silenciadas por el machismo y la rigidez social.

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La directora Isabel Cristina Fregoso. Foto: David Sánchez

Es notable que la producción de “La arriera” haya sido liderada en su mayoría por mujeres, un detalle que subraya su mensaje de empoderamiento y reivindicación. Edher Campos de Machete y Regina Vergara Perezcastro de “Al Pasito Cine” han creado un proyecto que no solo destaca por su calidad artística sino también por su compromiso con la representación y la diversidad. La colaboración de un equipo mayoritariamente femenino en la creación de esta película es un testimonio del poder y la importancia de las voces femeninas en el cine.

“La arriera” es una obra que trasciende su contexto histórico para dialogar con las preocupaciones contemporáneas sobre la identidad y la libertad. En un tiempo donde las narrativas queer aún luchan por reconocimiento y respeto, esta película se destaca por su autenticidad y su valentía. Es un filme que invita a mirar al pasado con ojos nuevos, a reconocer en esas historias de sufrimiento y amor oculto una fuerza y una dignidad que aún hoy inspiran.

El estreno de “La arriera” en la 39 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, donde compite en varias secciones, es más que merecido. La película es una invitación a la reflexión, a la empatía y a la celebración de la diversidad. En un mundo que aún lucha por aceptar todas las formas de amor e identidad, la película es una pieza indispensable que nos recuerda la importancia de contar todas las historias, especialmente aquellas que han sido silenciadas.

* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

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