La lluvia nuevamente quiso ser protagonista de la primera jornada del Kilkfest 2022, pero por fortuna, solo marcó presencia durante el final de la tarde e inicio de la noche, mientras miles de personas llegaban al Jockey Club para ver a los norteamericanos Interpol, los argentinos El Mató a un Policía Motorizado y los británicos Arctic Monkeys, entre los principales artistas.

Antes, los locales El Culto Casero, The Crayolas, Los Ollies, Sobre Ondas y Cassette, junto con Kuelgue y Kevin Kaarl campearon las condiciones climáticas mientras la audiencia se acomodaba en medio de chaparrones que con rayos amenazaba “aguar” la fiesta rockera sobre la avenida Eusebio Ayala. Sin embargo, más de 12.000 almas no se intimidaron y armados con pilotines no dejaron escapar una larga jornada de mucha música.

En una especie de milagro musical, Interpol llegó por tercera vez al país en 7 años, esta vez para presentar nuevas canciones, pero también ofreciendo un destaque para sus ya clásicos, especialmente del disco “Turn on the bright lights”, tanto que el show inició con “Untitled” para luego pegarle quizás su canción más conocida y aclamada, “Evil”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Luego fue el turno de “Fables”, del su último material “The other side of make believe”. Por fortuna ya la lluvia había cesado para el momento de los neoryorkinos, lo que causó un clima casi perfecto entre banda y público. “Buenas noches, somos Interpol, muchas gracias”, se le escuchó a Paul Banks en su castellano con acento mexicano.

Paul Banks, cantante de Interpol, banda que ya tocó tres veces en el Paraguay. Foto: Cristóbal Núñez

El frontman tiene una presencia única sobre el escenario, donde no parece el mismo que horas antes visitó un gimnasio en Fernando de la Mora, para estar en plena forma durante el show. “Obstacle 1″ y “Leif Erikson” sorprendieron, mientras que “All the rage back home” de “El pintor” se convirtió en un gran momento dentro del set que todavía guardaba clásicos como “The New”, “Narc”, “PDA” y la despedida con “Slow hands”, todas canciones de la primera gran época de la banda que suma más público en cada llegada al Paraguay.

No pasaron ni dos minutos del final de Interpol cuando en el segundo escenario El Mató a un Policía Motorizado finalmente tocaba por primera vez en un festival en Paraguay, luego de cuatro shows en solitario y como uno de los números principales de la velada.

Para colmo, iniciaron su presentación con “El magnetismo”, esta corta canción que se robó el corazón de miles de personas con una letra muy sentida de parte de Santi Motorizado, su bajista y cantante y principal compositor.

“La cobra” y “La noche eterna” continuaron el embrujo de los muchachos de la ciudad de La Plata, Argentina, fanáticos del chipa guazú y la cerveza local, disfrutan aún más de cada show que hacen desde aquellos primeros tres conciertos de la banda en el país cuando sus propios seguidores gestionaban sus visitas.

Santi Motorizado, bajista, cantante y principal compositor de los argentinos El mató a un policía motorizado. Foto: Cristóbal Núñez

Así también hubo lugar para “Más o menos bien”, “Yoni B” y “Amigo piedra”, esta última que fue coreada por todas las almas congregadas frente a los argentinos que se mostraba ya como en casa cuando llegó la última parte del show con “Fuego”, “Chica de oro” y “Mi próximo movimiento”, ese clásico del también clásico disco “Día de los muertos”, que se bailó y cantó como broche de oro de una noche que todavía tenía mucho para ofrecer.

Ya pasadas las 23:00, sin lluvia de por medio, llegaba el turno de la banda más esperada de la noche, Arctic Monkeys subió por segunda vez a un escenario en Paraguay con “The car”, un disco recién estrenado bajo el brazo, ya bastante distanciadas de esa banda de guitarras que supo ser desde la primera década del 2.000.

“Sculpture of anything goes” con su oscura intro desde su nuevo álbum fue la elegida para arrancar la noche para luego dar pie a una catarata de cinco clásicos de los Monos con “Brianstorm”, “Snap out of it”, “Crying lightnig”, “Don’t sit down cause i move your chair” y “Why call me when you’re high” ya se colocaron al público en el bolsillo.

Alex Turner se paseaba como un gentleman sobre el escenario, cautivando a propios y extraños. Durante buena parte del set dejó de un lado la guitarra y se dedicó solamente a cantar aquellos estribillos que demandan una perfecta entonación de su música.

Después de “Tranquility base hotel + casino” se guardaron un puñado de canciones de su época más “guitarrrera” y distorsionada con “Teddy pickers”, “Pretty visitors” y “505″. La banda se retiró por unos minutos tras bastidores, cuando gran parte del público presente ya comenzó también a retirarse, para luego volver y cerrar la noche con su primer hit “I bet you look good on the dancefloor” y el coreado “R U mine?”.

Déjanos tus comentarios en Voiz