El legendario pianista y director de orquesta, argentino nacionalizado español, israelí y palestino, de 78 años, no ha parado con la música ni con el COVID-19. Foto: DB.
Ni el COVID ha logrado detener a Daniel Barenboim. El legendario pianista y director de orquesta que dio su primer concierto a los 7 años, dice, a los 78, estar dispuesto a “empezar de cero”.
En plena pandemia, el maestro se encuentra en Provence (sureste de Francia) en ocasión del Festival de Semana Santa de música clásica que culmina el domingo. Este año el festival fue difundido en versión digital, debido a la crisis sanitaria.
El martes pasado interpretó, con la pianista argentina Martha Argerich, un programa de piano a cuatro manos que incluyó obras de Mozart, Debussy y Bizet. Pese a las restricciones, el argentino-israelí viajó desde la capital alemana donde, desde hace 29 años, es el director musical de la Ópera del Estado de Berlín y de su orquesta, la Staatskapelle.
Desde la crisis, ha grabado su quinta integral de sonatas para piano de Beethoven, lanzó un festival digital de música, y ha dirigido conciertos en directo en streaming.
“Un músico nunca llega”
El cierre de las salas no lo impulsó a querer frenar su carrera, una palabra que dice “detestar”. “Un músico ‘no llega’ jamás, la rutina es su peor enemigo”, asegura en una entrevista con la AFP en Aix-en-Provence (sureste de Francia).
“Cada vez que toco una pieza, aprendo algo nuevo. Si ayer interpreté un concierto de Mozart y debo tocarlo de nuevo hoy, tengo que empezar de cero”, sostiene. “En 1950 di mi primer concierto. ¿Se imagina? Tengo 78 años, toco desde hace más de 70 años y la gente sigue dispuesta a venir a escucharme. Es conmovedor”, confiesa.
¿El mundo de la música ha “aprendido lecciones de la crisis sanitaria? “Hasta ahora, muy poco”, comenta. “Es muy difícil hablar del futuro después del coronavirus ya que (antes del COVID), la importancia de la cultura y de la música había retrocedido en los últimos 40 años”, asegura el músico, que lamenta la “falta de educación musical en la escuela”.
Gran militante del acceso a la música al mayor número posible de personas, Barenboim multiplicó las iniciativas en los últimos años, como el lanzamiento de su cadena en YouTube donde presenta “5 minutos” sobre Debussy, Beethoven o Chopin o la inauguración de una guardería musical en Berlín.
Se congratula por el avance en términos de diversidad y visibilidad de las directoras de orquesta, pero insta a no perder de vista la calidad. “Tiene que haber más músicos negros, más mujeres directoras de orquesta, pero el error sería decir ‘hay un hueco libre esta semana, habría que poner a una mujer’. Se necesita a la mejor, si no, es una falta de respeto para la propia mujer”.
Conocido por su franqueza y su compromiso en favor de la paz, en particular a través de la West-Eastern Divan Orchestra fundada en 1999 con el pensador palestino estadounidense Edward Said, y su prolongación en la academia de música Barenboim-Said que forma a estudiantes de Oriente Medio, está “horrorizado” por el bloqueo en el conflicto israelopalestino. “No hay ni una sola persona de ambos lados que quiere mirar al futuro”, dice.
No es una reliquia
Con un estatus prácticamente intocable de maestro poderoso, Daniel Barenboim fue objeto en 2019 de acusaciones de autoritarismo por parte de sus antiguos colaboradores de la Staatsoper de Berlín. La justicia no pudo probar dichas acusaciones, que él refutó.
No obstante, reconoce que la manera en que “tratamos con la gente ha cambiado en el mundo”. “Es posible que no fuera lo suficientemente consciente de los cambios desde un punto de vista social y lo dije públicamente a la orquesta, que lo lamentaba si fuera el caso”, asegura, ante de reconocer que tiene problemas con lo “políticamente correcto”.
Él mismo recibió una educación “dura” en París de una de las más célebres pedagogas de música, la francesa Nadia Boulanger, cuando tenía 12 años, y recuerda que hizo llorar a un tal Astor Piazzolla al decirle que siempre sería “un Stravinsky de segunda clase y que debería más bien desarrollar la música de su propio país. Fue ella quien le dio la idea” de revolucionar el tango.
Su contrato en Berlín ha sido prolongado hasta 2027. “Siempre les digo cuando hablamos de futuro que me quedaré mientras tenga fuerzas. Si no, me iré, no quiero quedarme como una reliquia del pasado”, afirma.
En este “Expresso” a puro bandoneón, Augusto dos Santos recibe al instrumentista carapegüeño Hebert Cáceres, quien entre un repertorio de tango, chamamé y guarania habla de los inicios de su carrera, la instrucción inicial de su padre y la que él mismo ejerce actualmente con su hijo para estimular el siempre necesario recambio generacional. Elevada música en este clásico de los viernes a las 21:00 por el canal GEN, algunos de cuyos pasajes transcribimos en este resumen escrito.
Fotos Jorge Jara
–¿Cómo empezó esta historia? ¿Cómo te encontraste con el instrumento?
–La verdad que probablemente antes de nacer ya lo conocí porque mi papá es bandoneonista. Heredé prácticamente este maravilloso don de ser bandoneonista, de amar este instrumento. Mi papá tiene 83 años hoy en día, don Bruno Cáceres, sigue tocando. Mañana (por el sábado) justamente tiene un show y tengo que acompañarle, yo soy su staff. Él es una persona que trabajó mucho, sigue trabajando en la cultura y es un músico reconocido y con él empecé todo.
–¿Su instrumento siempre fue este?
–Siempre fue el bandoneón.
–¿Y sabés cómo empezó él?
–Él tiene una historia bastante más difícil que la mía, porque en su familia nadie fue músico en su época. Él vivía en una compañía de Carapeguá y él conoció la música a través de amigos ya siendo adolescente y tuvo que ir a las cosechas de algodón hacia la Argentina para comprarse su primer instrumento para aprender. Tiene una historia bastante conmovedora en ese sentido.
PRECOCIDAD
–¿Qué canción que tocaba tu viejo te enroló en este camino?
–Según él me cuenta, yo tenía como 6 años y yo le insistía que quería tocar y que como este instrumento es grande y mi mano era pequeña, él no me quería forzar ni nada, pero dice que yo le insistía que quería tocar. Una de las primeras canciones que me pasó, porque él es un chamamecero y una de las primeras canciones era Bañado Norte, que es un clásico. Algo lento y fácil.
–Qué notable que el tango y el chamamé son muy de fuelle.
–Totalmente, es característico.
EL PRIMER MAESTRO
–¿Qué pasó en los siguientes años de tu vida?
–Y yo estudiaba con él, con mi papá, que fue mi primer gran maestro. Me enseñó los primeros pasos en el bandoneón. Empecé con él, aprendí muchas cosas. Era muy novedoso en ese momento porque no existían niños ni jóvenes que tocaran, que aprendieran el bandoneón. Era una época bastante difícil, yo me acuerdo en la época de la escuela mis compañeros me hacían el famoso bullying, se reían porque yo era músico. No era como hoy en día que gloriosamente vemos a chicos con su guitarra. A mi papá le decían que no deje que su hijo sea músico.
–Luego llegó un momento que fue crucial a los 11 años, ¿no?
–Sí. Tuve la oportunidad de presentarme al prefestival del Takuare’ê, que se hace en la ciudad de Guarambaré. Yo me fui con mi papá, quien me acompañaba en la guitarra y con un contrabajista. Nos presentamos en el prefestival y ganamos para competir en la noche central. Me fui a competir en la noche central y gané el primer premio, pero no sabían qué premio me iban a dar porque no había premio al solista del bandoneón. Inventaron un premio esa noche, que se llamó el Premio Revelación en el año 1994. En el jurado estaban Rudi Torga, Luis Bordón, grandes personalidades. Ellos quisieron que yo tenga un estímulo para seguir porque era algo que ya estaba desapareciendo, el instrumento.
–¿Hay algunos ritmos que son más apropiados para el bandoneón y otros para el acordeón?
–Hoy en día en realidad se universalizó más, pero en realidad es más característico de nuestro folclore latinoamericano. En cuanto al tango, la milonga, el chamamé, la polca, el bandoneón se usa mucho. El acordeón también. Pero hoy en día hasta Shakira usa bandoneón. Está usando en algunas cosas y se está abriendo más, universalizando más.
TRASPASO GENERACIONAL
–Pero antes de ir más adelante, no acaba esta dinastía contigo. ¿Quién vino después?
–Tengo un hijo que se llama como mi papá, Bruno Luis Cáceres Gauto. Él tiene hoy en día 8 años. Cuando cumplió 7, porque me insistía también que quería ya tocar, yo le dije “esperá, tu manito es muy chica”. La misma cosa de mi papá. Entonces cumplió 7 años y me dijo “papi, acordate de lo que me prometiste y quiero empezar a tocar”. Y ya está tocando y está tocando superbién, está muy entusiasmado y cualquier momento le vamos a traer para que toque.
–¿Dónde estuvo tocando últimamente?
–Estuvo tocando en Carapeguá, en la catedral, con la Orquesta de Instrumentos Reciclados. Ese día yo estaba invitado a ir a tocar y él se fue conmigo al ensayo. Tuve un problema de salud, no me pude ir a tocar. Sobre la hora me dijo “yo me voy a reemplazarte”. Y se fue. Tocó sin ensayar con ellos, porque él solamente escuchó el ensayo que yo hice y se fue y tocó.
–¿Y cuál es un problema serio de un instrumento que tiene 150 años?
–Si se rompe algo o si se moja de repente porque adentro tiene una estructura increíble y se hace de un pino especial que los alemanes añejaban creo que 70 a 80 años una madera para fabricar los instrumentos. Entonces se quemó todo cuando se bombardeó esa materia prima, entonces ahora recién está cumpliendo la edad para fabricar el instrumento. El bandoneón ahora resurgió en todo el mundo. La mecánica que tiene el bandoneón es difícil porque no tiene una lógica. Es un instrumento que primero empezó con pocas teclas y después se fueron sumando hasta llegar a 71 teclas, pero no tiene una lógica por ejemplo como el piano, que es gradual, hasta visual podés estudiar. Pero el bandoneón no tiene esa lógica.
ÍCONOS
–¿Cuáles son icónicos para vos en la ejecución de este instrumento?
–En el tango el bandoneón hoy en día el más reconocido a nivel mundial es Astor Piazzolla, que en su momento fue un transgresor del tango. Piazzolla es un ícono, no solo del instrumento, sino que él revolucionó el tango, lo cambió, él lo enfocó de otra manera, que en su momento fue muy criticado en Argentina por los tangueros convencionales conservadores. Él vino de una mezcla de música clásica con jazz, porque él creció y se formó fuera de la Argentina, en Estados Unidos. Se formó con el jazz y con la música clásica, con Bach, él tocaba piano y con el bandoneón tocaba música clásica. Él se fue a estudiar, a hacer un curso de dirección musical y compositiva en Francia con una gran maestra, Nadia Boulanger, y ella en una de sus clases él le estaba tocando el piano, le estaba mostrando sus composiciones y en un recreo agarró el bandoneón y tocó tango. Y ella le dijo que él tenía que hacer eso, que él tenía que tocar su bandoneón y él tenía que evolucionar su música, porque la música clásica ya estaba hecha. Entonces vos tenés que evolucionar tu propia música, entonces ella le dio ese espaldarazo.
–Qué notable. Los incomprendidos terminan siendo terriblemente admirados posteriormente. Es más, no solamente fue incomprendido lo que él hacía, fue quizás el primero que valoró el rock y a los ejecutores del rock de ese tiempo. Digo entre los tangueros claro.
–Él era un rockero dentro de los tangueros. Y Piazzolla, su último matrimonio, no sé si vos sabías que vino a casarse acá en el Mercado 4.
–¿Cómo fue eso?
–No conozco muy bien la historia, pero sé quién fue el padrino del casamiento: Marcos Brizuela. Y si le invitás te va a contar y te va a mostrar fotos porque él tiene. Bueno, pero una historia maravillosa que Piazzolla vino acá a casarse con su última esposa, porque no podía casarse en la Argentina. Y compartió mucho con Perú Rima, con don Mauricio Cardozo Ocampo en esa época.
–¿Y qué otros maestros del instrumento podría citar?
–Y bandoneonistas paraguayos para mí uno de los mejores que vive todavía el gran maestro Neneco Orrego, director de los Orrego. Un gran bandoneonista que muy poco se lo recuerda es el maestro Luis Cañete, quien fue un gran conocedor de la música y entre los argentinos, aparte de Piazzolla, en el chamamé está don Isaco Abitbol. Volviendo al tango Aníbal Troilo, que fue un conservador. Cuando Piazzolla vino de Estados Unidos a querer tocar tango, él ingresó como bandoneonista de la orquesta de Aníbal Troilo. Él le animó a que se lance solo y que haga solo su carrera porque vio en él un talento diferente.
–¿Y el acordeón es un instrumento que va más con la polca que el bandoneón? ¿O se comparten?
–Se comparten. Dentro de la polca hubo una época en que se tocó muchísimo. Yo creo que el acordeón entró después. Creo que primero entró el bandoneón, porque según lo que veo en los registros fotográficos y discográficos de las orquestas típicas formadas acá de los años de posguerra incluso antes de la guerra del Chaco y dentro de la guerra, yo veo bandoneones. Después ingresó el acordeón acá en Paraguay, según lo que veo. Aparecieron en los conjuntos, en los dúos. Bernardo Ávalos, cuarteto Panambi Rory, acordeón, bandoneón, todos ellos usan acordeón y bandoneón.
ESCUELA Y SOPORTE
–No podemos dejar de hablar del Grupo Generación. Forma parte de una etapa potentísima de tu vida, ¿no?
–El Grupo Generación es mi gran escuela de música, mi gran universidad dentro de la música. La verdad que fue y es un soporte para mi carrera y para el talento que traje a este mundo, para poder desarrollar con solvencia y aprendí muchísimo con los compañeros, sigo aprendiendo mucho. Es un privilegio formar parte de la historia de la gran familia del Grupo Generación.
–¿Cuántos años son? Tuvo un par de configuraciones, pero algunas figuras fijas que recorrieron toda la historia.
–Claro, Alejo y Adolfo están desde la fund a c i ó n d e l grupo. Mi compañero Toti, el hijo de Alberto de Luque, está hace 25 años y yo estoy hace 23 años. Yo tenía 18 años cuando entré al grupo.
–Y el grupo atravesó por diferentes etapas de ser un grupo más tradicional, incluso de fiestas y compañía en la primera etapa.
–Sí, originalmente el grupo tocaba en fiestas. En los 80 había muchas orquestas que hacían covers, pero ellos siempre se jugaron por hacer un sonido propio dentro del folclore, siempre apostaron a la armonía vocal para hacer versiones de música paraguaya con un estilo nuevo. Fueron transgresores en su época.
–Además, Villarrica también es una ciudad donde sale fácil el arte por toda su historia.
–Sí, la verdad que hay mucha música allá, ellos hablan luego cantando (risas).
GOLPE
–Algunos tienen un preconcepto sobre el músico y el hacer música, ¿verdad?
–La verdad que es muy difícil describir lo que es este trabajo. ¿Por qué? Porque para que tengas vigencia, tenés que tener trabajo, para tener trabajo tenés que convencerle al otro de lo que vos estás haciendo le va a gustar al otro y le tiene que gustar y te tiene que pagar por eso. Por eso es muy difícil lo que nosotros hacemos. Los músicos y todos los que trabajamos en eventos públicos sufrimos muchísimo con el golpe de la pandemia.
–¿Cómo transcurrió el tiempo desde ese golpe fuerte que fue la pandemia?
–Y los grupos fueron reinventándose, como dice la palabra que agarró todo (risas). Al Grupo Generación le afectó muchísimo. Nosotros prácticamente un año no pisamos ni un escenario y la vida continúa. Y después paulatinamente hoy en día puedo decir que recuperamos.
–Le agradezco muchísimo por haber estado acá y qué importante es que haya generaciones nuevas que creen los clásicos para los próximos 50 años.
–Yo te agradezco la oportunidad por venir a hablar un poquitito de este instrumento e instar a los jóvenes que muchas veces tienen miedo de agarrar, de que no es un instrumento que muerde. Yo voy a seguir también por el camino de la docencia y te agradezco mucho la oportunidad.
Homenajearán a Carlos Schvartzman con el recital Asunción Jazz Night
Compartir en redes
El jueves 7 de noviembre, a las 20:00, se celebrará una fiesta del jazz paraguayo, en un concierto denominado “Asunción Jazz Night”, que homenajea la vida y obra del músico paraguayo, el maestro Carlos Schvartzman. Actuarán Pier Pappalardo Cuarteto, Pedro Martínez Trío, Majuja Trío+Jam session y el CCPA Jazz Quintet en el Teatro de las Américas del Centro Cultural Paraguayo Americano (José Berges 297 entre Brasil y Estados Unidos, en Asunción)y la entrada es libre y gratuita.
Carlos Schvartzman es un pianista, guitarrista, compositor, arreglador y orquestador paraguayo de jazz y música contemporánea. Con una amplia trayectoria formando agrupaciones en los años 70 y 80, y consagrándose como máximo referente en la música jazz paraguaya, participó como director de orquesta, arreglador y compositor en festivales internacionales de la canción, como en el de Viña del Mar en la década de los 70.
Este lunes 4 de noviembre, en su cumpleaños número 77, se realizó el lanzamiento del evento que lo homenajea, a través de una conferencia de prensa en la Manzana de la Rivera. Marcela Bacigalupo, directora de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción, extendió una invitación a la ciudadanía a “sentir toda la fuerza del jazz, ese género que vincula, que une y que conecta”.
La actividad será presentada por la Dirección General de Cultura y Turismo (DGCT) de la Municipalidad de Asunción y el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA); cuentan con el apoyo de la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (DINAPI), la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes del Paraguay (AIE) y la producción de Síncopa con amplia experiencia en la gestión de la escena del jazz y la música instrumental.
Ratifican prisión del músico Pablo Benegas, imputado por abuso sexual en niños
Compartir en redes
El tribunal de Apelación integrado por María Belén Agüero, Arnulfo Arias y Arnaldo Fleitas ratificó la prisión preventiva del músico Pablo Benegas, imputado por abuso sexual en niños y abuso sexual en personas indefensa. Semanas atrás, la jueza de Garantía Cynthia Lovera decidió confirmar la prisión de Benegas.
Los camaristas mencionaron que la defensa del imputado no ha presentado elementos nuevos que ameriten la modificación de la medida de prisión preventiva. También mencionaron que existe el peligro de fuga de parte del procesado, por lo que corresponde que siga privado de su libertad.
La jueza de Garantía Lovera ratificó la prisión del músico atendiendo que existe peligro de fuga y peligro de obstrucción, teniendo presente además la gravedad del hecho imputado. Este fallo judicial se apeló y se ratificó la prisión preventiva.
El Ministerio Público inició una investigación penal contra el referido cantante por existir sospechas de abuso sexual contra dos niñas y a raíz de eso ambas víctimas tuvieron que ser internadas de urgencia.
El suceso fue denunciado el 10 de noviembre del año pasado por personal de blanco del Hospital Barrio Obrero, hasta donde llegaron las niñas para una atención médica. Las víctimas mencionaron lo sucedido a una profesora del Centro Comunitario Chacarita. Una vez inspeccionadas en el centro asistencial, los médicos constataron que una de ellas tenía cocaína en su sistema, por lo que inmediatamente se dio aviso al Ministerio Público.
Doc. Ayala: un guardián de los tesoros sonoros del idioma guaraní
Compartir en redes
Aunque médico de formación, la música fue y es el gestor de su voluntad. Con sus ocho décadas encima, sigue priorizando lo que más le gusta hacer: cantar. Su pasión por el canto y su oficio de cuidar la salud ofrecen la clave de su longevidad artística.
“La música la llevo muy adentro, desde jovencito. Dentro de la música estoy más bien en el canto. Y dentro de eso tengo algunas obras que introducen el jazz a la música paraguaya”, se define Carlos Ayala, más conocido como el Doc. Ayala (81), una figura que en la última década y media pudo registrar en grabaciones lo más destacado de su repertorio, actividad que le fue esquiva durante gran parte de su vida a pesar de que la música, según narra, siempre fue el motor de su vida.
En julio pasado, el cantante publicó su último material discográfico, “Jazz a la guaraní”, que está disponible en las principales plataformas de streaming y es resultado de un trabajo que se gestó entre 2017 y 2018. Como muchos otros casos, el proyecto vio postergado su alumbramiento para el público por los avatares que conllevó la pandemia.
EN CLAVE DE GUARANIA
“Jazz a la guaraní” presenta nueve composiciones destacadas del repertorio jazzístico internacional interpretados en clave de guarania y en guaraní, incluyendo obras como “Sarambí” (“All of me”), de Gerald Marks; “Nde ha’e” (“All the things you are”), de Jerome Kern y Oscar Hammesrten; “Jasy yvate” (“How high the moon”), de Nancy Hamilton, entre otras.
“Considero muy importante cantar en guaraní porque es parte de mi raíz. Los paraguayos primero pensamos en guaraní, después viene el castellano. El guaraní es parte de mi raíz, es muy importante para mí. Mi primera lengua es el guaraní”, explicó.
El material lleva el sello de Random Sounds y la grabación contó con la participación técnica de Nicolás Caballero y Ricardo Zuccarelli, y la interpretación musical de Ariel Burgos en contrabajo, Daniel Pavetti en batería y percusión, y Carlos Centurión en teclados.
INICIOS
Su vínculo con el arte se dio a una edad muy temprana y estuvo marcado por sus propios tiempos. Su talento lo empujaba a cruzarse con otros músicos, a llegar a los escenarios y a volverse el elegido de las serenatas. “Felizmente fui bien encaminado en la música con varios amigos que me enseñaron a tocar la guitarra. Y muy pronto ya estaba yo con mi guitarra, cantaba mis canciones acompañándome a mí mismo, pero en realidad no soy un guitarrista, la guitarra me acompañó a mí”, indicó.
Tras 20 años en el Brasil, donde se especializó en homeopatía, el Doc. Ayala regresó al Paraguay y se instaló definitivamente en 1981 en Ypacaraí. Lo aprendido y su audacia lo llevaron a marcar su propio estilo de interpretación de la música paraguaya, caracterizada por la rearmonización que realizaba.
Décadas después, de las manos de sus hijos Jirasol y Juanito, fue relacionándose con músicos de la nueva generación, como Mike Cardozo, Rolando Chaparro o Lobito Martínez. De ahí fue abriéndose camino para llegar a su primer disco, que llevó el nombre de “Ñasaindy poty” (2011), grabado a dueto con Miguel Ibarra en guitarra.
“Yo me caracterizo por ser un cantante melódico. Me gustan las músicas melódicas, las músicas románticas. Sea cual fuera el ritmo siempre soy un cantante melódico, escojo melodías dulces”, comenta.
Un nuevo proyecto se fue forjando años después junto con Carlos Centurión y Ariel Burgos. Con una tendencia más claramente cercana al jazz, en 2015 lanza “Autobiografía musical”, que lo incorporó en el mapa del jazz nacional e internacional.
SU VOZ, SU TESORO
Primero músico antes que médico, antes cantante que guitarrista, melodioso y romántico antes que enérgico, primero la voz antes que nada.
“Mi única preocupación es cuidar de mi voz, que es el tesoro que tengo. Entonces, siempre estoy haciendo ejercicios para mantener mi voz fresca y tentar lo que es más difícil, que es la buena interpretación. Eso nadie te puede enseñar, esa es una cosa que uno lleva adentro, el poder transmitir y conmover a las personas que te están escuchando”, explica.
Los procesos del Doc. Ayala tienen sus propios tiempos y por ello sus nuevas producciones se hacen esperar. En este sentido, refiere que un repertorio está listo para presentarse cuando se ha trabajado hasta el último detalle. “Busco la seguridad. (Puedo grabar cuando) yo mismo me convenzo de que estoy bien porque conmigo soy muy exigente. La búsqueda de la perfección siempre está en mí. Siempre quiero cantar mejor. Eso es para mí lo más importante”, ratifica.
DESDE YPACARAÍ
Ypacaraí es ese punto en el mapa donde don Carlos Ayala eligió seguir construyendo su mundo, un universo que mira de frente a la comunidad y marca su hogar familiar como centro de convocatoria para talentosos músicos ypacaraienses de las nuevas generaciones, como los hermanos Zacher, Cachito Galeano, Juan Vera y otros. “Yo creo que Ypacaraí es un lugar muy especial, muy musical, es un gusto estar siempre ahí acompañado de los amigos.
Son grandes músicos, están en grandes conjuntos, hay varios estilos que se hacen aquí. Yo creo que algo sembramos, algo hicimos por hacer crecer la musicalidad de este pueblo, que de por sí ya es muy musical. Tenemos el festival, por ejemplo. Ahí se incentivó muchísimo la musicalidad de este pueblo, vino gente de todas partes y pudimos escuchar muchos estilos. Y así fuimos creciendo en este pueblito donde hay tantos valores que hacen de ella una ciudad muy musical”, señala.
Con los años Ayala se volvió una referencia de su ciudad, primero por su talento y relación con su gente, después por su trabajo y de alguna forma marca un camino humano y musical. “Para mí es muy importante ser un artista ypacaraiense, representar a mi pueblito en el arte, decir que soy un cantante de Ypacaraí cuando llevo mi arte a otras partes. Amo mucho a este pueblo y todo lo que hago es en agradecimiento por hacer parte de esta hermosa ciudad tan musical”, expresa.