El Gobierno está empeñado en ter­minar lo más rápido posible con los estorbos financieros exis­tentes para encarar con toda la fuerza las nuevas inversiones tanto en el campo de la infraestructura como en otras áreas de importancia económica y social.

La enorme deuda con entidades viales y farmacéuticas que la administración ante­rior dejó como herencia a las nuevas autori­dades se terminará de pagar en los próxi­mos días. Ese es el anuncio realizado desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que pone de buen humor a nume­rosas empresas que ya están pensando en realizar nuevas inversiones. Aparte de cumplir con el compromiso financiero de cerrar el gran agujero legado por la admi­nistración Abdo, el reparto de fondos ayu­dará fuertemente a la creación de nuevos puestos de trabajo para los miles de per­sonas que aguardan salir de la postración económica. Muestra la seriedad que tienen las autoridades que asumieron en agosto para manejar el país cumpliendo las obli­gaciones existentes y hacer posible nuevos proyectos.

La deuda flotante que se terminará de pagar a las farmacéuticas y constructoras asciende a 500 millones de dólares, con lo que se sacará el Gobierno un gran peso y dará posibilidades para encarar más inver­siones tanto en obras viales como en otros sectores fabriles. Ese monto era de 600 millones de dólares, que esta administra­ción fue cubriendo por parte en febrero, con fondos provenientes de las recaudacio­nes fiscales a los que se suman los obteni­dos últimamente en la colocación de bonos del Estado.

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Fuentes del sector de la construcción hicieron una evaluación muy positiva de la cancelación de las deudas por parte del Gobierno. Señalaron que uno de los prin­cipales efectos que tendrá en la situación general del país será la creación de nuevas fuentes de trabajo.

En un reciente encuentro entre los respon­sables del Ministerio de Economía y las empresas del sector privado, referentes del Gobierno anunciaron que se desea realizar inversiones anuales de 1.000 millones de dólares durante la actual administración estatal. Cosa que si se llega a concretar, sig­nificará un impulso extraordinario en la vida del Paraguay.

Los proyectos que tiene anunciado el Gobierno son proseguir con obras de infraestructura en general que aparte de rutas y caminos, incluye la construcción y reparación de escuelas, ampliación de hos­pitales, nuevas penitenciarías y obras de saneamiento ambiental.

Los entendidos de la economía consideran que, si se cumple el plan de realizar inver­siones anuales de 1.000 millones de dóla­res, el país alcanzará los altos niveles que han conseguido otras naciones más adelan­tadas. En la actualidad, el Paraguay es una de las más atrasadas en infraestructura y servicios como consecuencia de la crónica falta de inversiones que caracterizó su his­toria, debido principalmente a la pobreza financiera y la falta de visión política ade­cuada de gobiernos anteriores. Lo que se está empezando a corregir con las realiza­ciones y los proyectos que se han planeado ejecutar desde el Gobierno que asumió en 2013 y por el de Santiago Peña en la actua­lidad.

Hay una situación muy relevante para el país que no se puede dejar de señalar. Si se llega a concretar el plan de inversio­nes anuales por 1.000 millones de dóla­res, aparte de la importancia de las nuevas obras, demandarán miles de nuevos pues­tos de trabajo para los paraguayos. Hecho que constituirá uno de los logros de mayor importancia para el país. Porque al fin de cuentas, lo más importante en la marcha de una nación es que su población pueda vivir mejor. De nada servirían concretar pom­posas realizaciones para exhibirlas como logros si en último término no ayudan a que disminuya la pobreza y la gente mejore su calidad de vida.

Teniendo en cuenta esa filosofía funda­mental, que tiene una importante carga humanista, es que el presidente Peña se ha puesto como meta la creación de 500.000 nuevos puestos de trabajo durante su administración. Esa propuesta no es solo el condimento de su discurso político para hacerlo atractivo a los oídos de la gente. Es parte fundamental de su preocupación política y el motor de su propuesta econó­mica, para hacer que nuestro país alcance los niveles de bienestar que se merece la ciudadanía paraguaya, para que todos pue­dan vivir mejor.

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