Uno de los principales desa­fíos que tiene el Gobierno para hacer frente con éxito a la pan­demia es mantener a los distin­tos sectores económicos en forma para que puedan producir la riqueza que se necesita para combatir con chances a la enfermedad. Este enfrentamiento será largo y requerirá muchos recursos financieros. El Estado no podrá realizar ningún tipo de esfuerzo exi­toso con los bolsillos vacíos, porque cada vez las necesidades de medicamentos, equi­pamientos y más personal especializado requerirán mayor cantidad de dinero.

Por eso, la buena situación del aparato eco­nómico es fundamental para mantener al país en pie, así como el oxígeno es vital para que los enfermos puedan respirar y seguir con vida.

Hablando de las perspectivas económicas, el ministro de Agricultura y Ganadería señaló que la recuperación será impulsada por el sector productivo, porque la agricultura y la ganadería están con un buen desempeño. De ese modo el crecimiento podría alcan­zar la meta señalada por el Fondo Moneta­rio Internacional (FMI) que aseguró que gracias al buen momento internacional de los precios agrícolas el Paraguay tendrá este año una economía con buen crecimiento.

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El secretario de Estado destacó que los pequeños sectores productivos consiguie­ron buenos resultados en soja, sésamo, maíz, que tuvieron la suerte de obtener bue­nos precios. Sobre la producción pecuaria, destacó que hubo un récord en la faena de bovinos, por lo cual la industria del sector se encuentra trabajando a plenitud. Dijo que mediante ello no solo se abastecerá sufi­cientemente de alimentos al mercado local sino que se incrementará la facturación de esos productos a numerosos países del mundo. Resaltó que en materia de produc­ción bovina se ha llegado a tener una faena récord. Solo en enero se faenaron cerca de 180.000 cabezas de vacunos y marzo con­cluyó con 200.000 cabezas sacrificadas para el consumo. Apuntó que esto trae beneficios a todos los sectores y que permitirá hacer frente a la situación creada por la pandemia.

Con relación a la carne vacuna, en el primer trimestre de este año se ha alcanzado una exportación récord. De enero a marzo de este año se facturó por embarques del pro­ducto por 356,8 millones de dólares, cifra que, comparada con la facturación en igual período del 2020, que fue de 266,3 millones, constituye un incremento del 33,98 %.

Para complementar el buen momento del sector primario sería bueno que la industria, el comercio y los servicios también puedan obtener óptimos resultados. Aunque eso está por verse de acuerdo al comportamiento de otros factores en los cuales tienen mucho que ver las medidas adoptadas por el Gobierno para enfrentar la emergencia. El país nece­sita imperiosamente generar más capital económico para hacer frente con mayores chances la situación que la agobia en la actua­lidad a causa de la enfermedad. Por eso el anuncio del titular del MAG es de gran rele­vancia como información y como impulso para replicar eso mismo en otras áreas.

Estos buenos números podrán continuar si la vida del país no pierde su normalidad a la hora de trabajar. Y para ello hay que renun­ciar al encierro rígido, que no está recomen­dado como la medida más óptima.

Como el Gobierno ha anunciado la posibili­dad de volver al aislamiento de la población para disminuir los contagios, es bueno que se comprenda que la reclusión no es la única solución para la pandemia. Sino el estricto cuidado de la gente y el acatamiento de los protocolos sanitarios ya establecidos.

Por eso ha llegado el momento de que el Estado se haga cargo de realizar una fuerte campaña educativa y, de una vez por todas, ejerza un duro control para el cumplimiento de las normas dispuestas.

Hasta ahora no ha encarado ninguna acción educativa seria que obligue a los informa­les a mejorar las atenciones sanitarias. El control de la obediencia a las disposiciones emitidas ha sido insuficiente y sin mayores resultados.

Debe aplicarse el Código Sanitario y consi­derar a los infractores como transgresores a las medidas dispuestas por el Poder Ejecu­tivo en un estado de emergencia. Con el rigor que exigen estos momentos debe usarse a la fuerza pública, empleando las leyes, para obligar a los libertinos a la observancia de los cuidados de la salud.

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