La dura acusación lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra los países ricos puso el lunes en el tapete uno de los principales problemas sobre la distribución de vacunas anticovid-19. El director general del organismo, Tedros Adhanon Ghebreyesus, dijo que los países ricos están acaparando las partidas para inmunizar, en desmedro del interés de otras naciones no privilegiadas que están reclamando la provisión para proteger a su gente. Reclamó esta falta de equidad de las naciones poderosas y pidió que se haga una mejor distribución en aras del interés de la población mundial, sin considerar su poderío económico.

Afirmó que algunos países ricos están haciendo daño al reparto global de vacu­nas contra la pandemia y les pidió que replanteen su actitud. Dijo que cuando las naciones poderosas adquieren más medi­cinas esto repercute en forma negativa en los países que están asociados al Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax). Debido a ello este consorcio recibe menos dosis que las requeridas o se las entregan con atraso, dos situaciones que perjudican el interés de las naciones asociadas.

Tedros recordó que los países del G7 pro­metieron aportar 7.500 millones de dóla­res al Covax para comprar vacunas. Pero consideró que el dinero no sirve para nada si los grandes países acaparan las parti­das. “Las ayudas son importantes, pero a la vez quiero apuntar los retos a los que nos enfrentamos, incluso con el dinero. Si no podemos comprar vacunas, el dinero no sirve para nada”, se quejó, pues algunos países industrializados están comprando más dosis, lo que afecta a los contratos de Covax. Pidió solidaridad y ética a los países y agregó que se trata de proteger a todo el mundo, porque a la pandemia se la podría vencer solamente cuando se la ter­mine venciendo en todo el mundo.

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Paralelamente, el científico irlandés Luke O’Neill, profesor de la Escuela de Bioquí­mica e Inmunología del Trinity College de Dublin, señaló que los países que tienen vacunas de sobra tienen que compartirlas con los necesitados para que la humanidad pueda dar pasos para el final de la pande­mia. “Si tenemos protección en nuestros propios países, debemos compartir con el mundo el exceso de vacunas que tene­mos”, sentenció. Para apoyar su propuesta, señaló que Canadá tiene 9 vacunas por cada habitante, Estados Unidos tiene 7, Gran Bretaña posee 6 y la Unión Europea dispone de 5 por cada persona que habita esas naciones. “Dar el exceso de vacunas a países que las necesitan es imprescindible, ya que permitirá que el mundo logre antes altos niveles de vacunación. Le estamos pidiendo a cada país del mundo desarro­llado que se prepare para regalar vacunas”, remarcó O’Neill.

Si los números del científico son correctos y los datos de la OMS son reales, el acapa­ramiento de vacunas por parte de los paí­ses ricos es escandaloso, y no se lo debería permitir por inmoral e injusto. Porque en todo el mundo la vacunación es una nece­sidad imperiosa.

El asunto planteado afecta al Paraguay, pues está entre las naciones que menos inmunizantes ha recibido. La primera par­tida de 4.000 dosis, por su volumen, es casi un sarcasmo para una nación con más de 7 millones de habitantes. Esto no le quita al Gobierno la responsabilidad que tiene de gestionar con mayor fuerza la obtención de más dosis utilizando todos los mecanis­mos diplomáticos y políticos a su alcance.

El profesor O’Neill señaló que la semana pasada hubo una retracción del 17% en la tasa de contagios y una caída del 10% en la mortalidad a nivel global. Pero la seriedad de la situación sanitaria en nuestro país no está aflojando, aunque los números en ciertas naciones estén mejorando relati­vamente. A partir del 15 de febrero, el pro­medio de contagios diarios en Paraguay ha aumentado en más del 40%, aunque la tasa de mortalidad se mantiene estable. Este incremento en la cantidad de enfermos irá presionando nuestra capacidad hospita­laria y minando nuestras posibilidades de respuesta.

Esta es una de las razones principales por las que nuestro país requiere inmunizar en el plazo más breve a la mayor cantidad de individuos, máxime considerando que en los países vecinos como Brasil y Argen­tina los casos están creciendo.

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