Comienzo este domingo y por unos más, con el permiso del señor conductor y de los señores pasajeros, una serie de publicaciones que me vienen solicitando desde hace tiempo, para referirme a temas que hacen a la neuroeducación, a mi criterio, la forma más eficaz de revolucionar la educación en cualquier sistema. Y hoy comienzo hablándoles de uno de los talones de Aquiles (o de Ulises como diría un ya desaparecido político de nuestra fauna criolla): la creatividad.

La creatividad es una habilidad fundamental en el proceso educativo, ya que impulsa la imaginación, la resolución de problemas y la innovación. Es un fenómeno complejo y multifacético que puede ser abordado desde diversas perspectivas. Desde el enfoque psicológico, la creatividad se entiende como la capacidad de generar ideas originales y útiles, analizando los procesos cognitivos y las características individuales que influyen en la generación de ideas creativas, como la flexibilidad cognitiva, la fluidez de pensamiento, la capacidad de asociación, la tolerancia a la ambigüedad y la capacidad para resolver problemas. Desde una perspectiva sociocultural, la creatividad se ve influida por el entorno social y cultural en el que se desarrolla el individuo, ya que los factores culturales, las normas sociales, las experiencias compartidas y el apoyo de la comunidad desempeñan un papel importante en la manifestación y valoración de la creatividad. Por su parte, la neurociencia nos brinda una comprensión de cómo el cerebro contribuye a la creatividad: diferentes áreas cerebrales, como el cortex prefrontal, el cortex cingulado anterior y la red de modo por defecto, desempeñan un papel crucial en los procesos creativos, mientras que la plasticidad cerebral y la comunicación entre estas regiones cerebrales son fundamentales para la generación de ideas innovadoras. En el ámbito educativo, se considera la creatividad como una habilidad que puede ser desarrollada y fomentada a través de estrategias pedagógicas específicas como, por ejemplo, un entorno de aprendizaje que estimule la imaginación, la exploración, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. En el mundo empresarial, la creatividad se valora como una capacidad que impulsa la innovación y la ventaja competitiva buscando promover un entorno organizacional que fomente la creatividad, brindando tiempo y recursos para la generación de ideas, promoviendo la diversidad de perspectivas y estableciendo una cultura de aceptación y valoración de la creatividad.

Ya lo dije: la creatividad desempeña un papel fundamental en la educación y es crucial para el desarrollo integral de los estudiantes. Fomenta el pensamiento crítico estimulando a los estudiantes a pensar de manera innovadora, a cuestionar las normas establecidas y a encontrar soluciones originales para los desafíos que enfrentan. Promueve el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y la búsqueda de múltiples perspectivas, habilidades esenciales para el éxito en la vida personal y profesional. Estimula la motivación y el compromiso involucrando a los estudiantes de manera activa y emocional en el proceso de aprendizaje. Al permitirles explorar sus propias ideas y expresar su individualidad, se genera un sentido de empoderamiento y motivación intrínseca, lo que promueve un mayor compromiso con el aprendizaje. Desarrolla habilidades de resolución de problemas ya que implica la capacidad de encontrar soluciones originales a los problemas y desafíos. Al fomentar la creatividad en el aula, se están cultivando habilidades de resolución de problemas, pensamiento lateral y flexibilidad cognitiva, que son cruciales para afrontar los desafíos de la vida diaria y del futuro. Promueve la autoexpresión y la confianza brindando a los estudiantes la oportunidad de explorar y expresar su propia voz, pensamientos y emociones, lo cual les ayuda a desarrollar una mayor autoconciencia, confianza en sí mismos y una mayor autoestima, para que, al reconocer y valorar sus propias capacidades creativas, los estudiantes se vuelvan más seguros y se sienten más seguros para compartir sus ideas con los demás. Finalmente, prepara para la sociedad del futuro, ya que en este mundo cada vez más complejo y cambiante, se valora la capacidad de adaptarse, innovar y enfrentar nuevos desafíos.

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Tengo más para hablarles de la creatividad, pero me lo dejo en el tintero para seguir hablando de neuroeducación en la próxima semana. Porque es algo definitivamente DE LA CABEZA. ¿Continuamos en una semana?

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