POR BERNT ENTSCHEV

Presidente y fundador de The Bernt

Las empresas también tienden a sufrir con la salida de buenos profesionales de su plantel. Principalmente, si es de modo rápido. Hablando hace poco con ejecutivos que ocupan posiciones estratégicas en el mercado me di cuenta de que ha habido mucho movimiento en los últimos tiempos en diferentes sectores, desde puestos en redacciones de medios de comunicación hasta las áreas de agroindustria, en consejos de clase a franquicias.

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De estas conversaciones extraje algunas conclusiones valiosas para quienes pretenden realizar este movimiento y al mismo tiempo quiere dejar las puertas y ventanas de la empresa siempre abiertas.

Dos relatos me llamaron la atención. La primera fue de un director que ha trabajado en el sector de la agroindustria durante más de 15 años. Al recibir una propuesta para un nuevo puesto en otra compañía, sopesó todos los pros y los contras y decidió aceptar.

Pero, en respeto y compromiso con la empresa actual, decidió tener una conversación muy franca y honesta, explicando sus motivaciones profesionales hacia dónde iba y qué iba a hacer. Además, aceptaría la propuesta si la futura empleadora le diese tiempo suficiente para que el empleador actual pudiese digerir la idea, estableciese un proceso de selección en el que él pudiese ayudar y al mismo tiempo tuviese tiempo para poner al día al equipo.

Perfecto, actuó correctamente. Cuando dejó la empresa, la empresa incluso le rindió homenaje, diciendo que su trabajo siempre será recordado y que sus proyectos y alianzas futuras serán bienvenidas.

Por otro lado, una gestora del área de comunicaciones de una multinacional del sector de cosméticos vino a hablarme de su gran decepción cuando al informar a su jefatura que había aceptado una propuesta para estudiar en el extranjero. Su expectativa era que la empresa pudiese evaluar la posibilidad de mantenerla trabajando a distancia e incluso como puente en el país al que se está mudando.

Esto no sucedió. En su caso, señalé que la conversación que tuvo con el líder debería haber sido más amigable, jugando limpio sobre las oportunidades que tendrá ella como profesional y a la vez qué beneficios podría aportar a esa marca al estar fuera, haciendo una especialización. Además, la empresa no podría haber entendido su permanencia como una “condición”, la de operar en una sucursal fuera de Brasil. La compañía debería recibir el mensaje de que esa oportunidad también sería beneficiosa para ella.

En resumen: si usted está en esta condición, póngase también en el lado de la empresa. Piense en las dificultades que la empresa tendrá con su salida y trate de ser proactivo, ayudándola a cruzar con menos “dolor” la salida. Ciertamente, usted dejará las puertas abiertas y disfrutará de las buenas relaciones que allá se construyen. ¡Buena suerte!

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