En el marco del ciclo de charlas virtuales “Historia, epidemias y pandemias en el Paraguay”, el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) y el Comité Paraguayo de Ciencias Históricas (CPCH) presentan este jueves 9 de julio, a las 19:00, la ponencia: “El Plan Kimball, la Guerra Fría y la medicina en Paraguay”.
Esta nueva charla tendrá como expositora a la Dra. Bridget Chesterton y podrá verse en vivo desde la página en Facebook del Departamento Cultural del CCPA: facebook.com/ccpaculturalpy.
La presente exposición estudia un intercambio de la escuela de medicina de la Universidad de Búfalo a la escuela de medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en los años 1950-1960.
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La llegada de médicos de Búfalo cambió la pedagogía e impulsó un nuevo camino para los estudiantes paraguayos en términos del número de estudiantes inscriptos, cambiando el currículum a un modo más científico y enfocando a la profesionalización de la carrera. Los cambios fueron estratégicamente diseñados para despolitizar la escuela de medicina en tiempos de la Guerra Fría.
Sobre la expositora
Bridget María Chesterton es doctora en Historia por la SUNY Stony Brook, máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de New México, licenciada en Historia por la West Chester University de Pennsylvania; profesora en la The State University de New York.
Autora del libro “Los nietos de Solano López: Frontera y Nación en Paraguay, 1904-1936. Obras editadas: “La Guerra del Chaco: Ambiente, Etnicidad y Nacionalismo” y “Transformación del Populismo en Europa y las Américas: Historia y Tendencias Recientes”.
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Hace 182 años Paraguay inició proceso contra la esclavitud con el tratado de Libertad de Vientres
Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Entre el 24 y el 27 de noviembre de 1842 fue planteado en el Congreso General Extraordinario en Asunción, el tratado de la Libertad de Vientres, que fue el inicio para cortar la esclavitud en el territorio paraguayo. Sus resoluciones fueron trascendentales para la vida política, económica, social y cultural del Paraguay.
“La Libertad de Vientres significaba cortar la herencia de régimen de esclavitud en todos los niños y niñas nacidos desde el 1 de enero de 1843″, explicó la historiadora Ana Barreto Valinotti, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Esta libertad implicaba que una madre esclava ya no daría a luz a un hijo esclavo y ya no podría ser vendido. “Sin embargo, los llamados en adelante “libertos” debían quedar sujetos al servicio de sus amos hasta la edad de 25 años para los varones y 24 años para las mujeres”, aclaró.
Es así que los niños y niñas que nacieron antes de la entrada en rigor de este decreto podían ser comprados o vendidos, al igual que la madre. “Este decreto establecía que no se podía separar a un lactante de su madre antes de los 3 años y desde los seis años, si la madre debía ser vendida, el amo o ama podía hacer acuerdos con el futuro comprador sobre el destino del chico”, replicó.
Donados para la guerra
Barreto indicó que es difícil pensar que este decreto se haya cumplido con la finalidad de la libertad, ya que mujeres y varones solo podían alcanzar su libertad entre los años 1867 y 1868. En ese periodo hubo la movilización total de la población paraguaya en la Guerra contra la Triple Alianza e impidió esta libertad.
“En este punto se debe señalar que el Estado paraguayo solicitó la entrega de libertos para el servicio de las armas con la posibilidad de remuneración a sus amos, pero casi toda la documentación en el Archivo Nacional menciona que muchos de estos muchachos de 14, 15 y 18 años o más fueron entregados como donación patriótica para ir al frente”, refirió.
Acotó que el historiador Ignacio Telesca señaló que un trabajo de investigación efectuado hace años por José González (estudiante de historia de la UCA) daba cuenta de una población de 9.000 personas afrodescendientes paraguayas entre 1843 y 1867.
Abolida en 1869
Finalmente, recién en 1869 la esclavitud fue abolida, esta a pedido por el gobierno provisorio, aun en plena guerra. El decreto fue confirmado en la Constitución Nacional el 25 de noviembre de 1870. El artículo 25, dice: “En la República del Paraguay no hay esclavos, si alguno existe queda libre desde la jura de esta Constitución, y una ley especial reglará las indemnizaciones a que diere lugar esta declaración. Los esclavos que de cualquier modo se introduzcan, quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio paraguayo.”
“El concepto histórico de esclavitud que involucró en un comercio transatlántico de gran escala a personas nacidas en África está circunscripto entre los siglos XV y XIX y fue en esencia, controlado y dirigido por europeos. La presencia de personas esclavizadas la encontramos en la partida de Don Pedro de Mendoza en el establecimiento de la ciudad de Asunción”, aclaró la historiadora en nuestro medio.
Mencionó que el historiador Guillaume Candela escribió recientemente sobre la vida de dos hombres de origen africano. “La narrativa histórica oficial en el Paraguay no siempre los ha considerado, pero las personas de origen africano, vendidas y compradas, estuvieron desde el minuto cero en la construcción de esto que llamamos hoy Paraguay”, refiere.
Regalaban o vendían esclavos
Barreto Valinotti explicó que según los censos de la segunda mitad del siglo XVIII y algunos informes del historiador Ignacio Telesca, en 1682 Asunción tenía 1.120 esclavos (siendo mestizos, criollos y españoles unas 7.500 personas y otras 2.000 indígenas). A estos datos debemos agregar que el obispo Manuel de la Torre señaló sobre la existencia de 3.500 esclavos y Telesca señala que no fueron incluidas unas 2.200 personas esclavizadas que vivían en las estancias de religiosos.
“Hoy no lo imaginamos, pero en el momento de la independencia en 1811 era usual una vida cotidiana asuncena con personas que podían ser compradas, vendidas; con mujeres que parían hijos e hijas en igual condición de esclavitud; con niños y niñas que eran a veces separados de sus padres para ser vendidos, donados, regalados. El comercio de esclavos en el Paraguay incluía la importación y sobre todo, la reproducción natural: todo niño o niña nacido de un vientre eslavo que adquirían la condición”, apuntó en LN.
En Asunción los esclavos eran mayoritariamente domésticos desempeñándose en tareas de cocina, limpieza, lavado y planchado de las ropas; realización de mandados, ejecución a veces de instrumentos musicales o incluso adquisición de algún oficio. En el interior del país se aplicaba ya que los esclavos desempeñaban tareas de ganadería y agricultura.
“Recién durante el gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862) se inició el proceso de una transición hacia su completa abolición. Este proceso gradual puede ser entendido en el marco de disposiciones como “la libertad de vientres” en el Paraguay. En Sudamérica la transición de la condición de esclavitud a libertad de las nuevas repúblicas comenzó entre 1811 y 1825, podríamos ver que en el Paraguay fue tardío”, aclaró.
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La historiadora resaltó que hasta la fecha no se sabe la cantidad de personas que quedaron libres tras la abolición de la esclavitud en territorio paraguayo. “Lo que sí es posible ver hoy en día como una herencia que sobrevivió siglos la trata, sigue latiendo bajo la piel morena y alrededor del cabello enrulado de muchos paraguayos y paraguayas”, puntualizó.
DATOS CLAVE
- En el año 2018, Ana Barreto Valinotti, junto con el historiador Vicente Arrúa habilitaron la muestra “Los Invisibles”, que planteó la exhibición de documentación del Archivo Nacional referente a la esclavitud y la representación de la vida de las 9 personas que vivieron en calidad de esclavos del matrimonio Martínez Sáenz durante las fiestas patrias de mayo.
- Fue la primera vez que el Museo Casa de la Independencia se centró en la narrativa sobre una población que nunca había sido incluida en los relatos de la historia oficial y para quienes la palabra libertad tardó tiempo en ser alcanzada.
- La muestra fue un gran aporte para la visibilidad pública de una nueva historia donde poblaciones de afroparaguayos han sido incluidas en sucesivos aportes académicos con Josefina Plá, Alfredo Viola, Margarita Durán, Branislava Súsnik pasando por Jerry Cooney, Capucine Boidin, Barbara Potthast, Jan Kleinpenning y más recientemente Ignacio Telesca, Guillaume Candela, Ana María Arguello y Aldo Torres.
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Academias Estudiantiles de Historia, un espacio de formación para adolescentes
- Fotos: Mariel Ríos Garay
Promovida e impulsada por la Academia Paraguaya de la Historia, las Academias Estudiantiles de Historia son un espacio de formación para adolescentes en el campo de la historia y su objetivo principal es promover el conocimiento de la historia a través de la investigación, sea individual o grupal, ayudando así a formar el liderazgo y el servicio comunitario.
Bajo la coordinación de Julio Espínola, académico de número de la Academia Paraguaya de la Historia, las Academias Estudiantiles son espacios institucionales de formación extraescolar, de tiempo libre y similar a otros espacios como las academias literarias, de matemáticas, física o astronomía, entre otras disciplinas.
Cabe mencionar que el pasado sábado 2 de noviembre se llevó a cabo con gran éxito la Jornada de Clausura – 2024 en el salón de la Fundación La Piedad, sede de la Academia Paraguaya de la Historia y de la Sociedad Científica del Paraguay.
La Academia Paraguaya de la Historia, por iniciativa de la entonces presidenta, Olinda Massare de Kostianosvky, promovió la formación de las Academias Estudiantiles de la Historia en los colegios. Esto se inició en 2007 con algunos colegios públicos y privados de Asunción y, en ese momento, representó
una respuesta a la búsqueda de modalidades innovadoras de educación; porque reforzaba y ampliaba lo que el propio Ministerio de Educación y Ciencias esperaba alcanzar en cuanto a capacidades mínimas en el área de referencia por la potencialidad de responder a algunos llamados y reclamos al área de educación.
Las actividades se dan en distintos colegios de manera independiente. Cada institución conforma su academia, con una comisión directiva, elabora su calendario de actividades y desarrolla sus eventos. La Academia Paraguaya de la Historia organiza un acto de apertura de las actividades anuales con un acto que reúne a todas las academias escolares. Durante el año, una vez al mes se reúnen estudiantes interesados en profundizar algunos temas específicos en sus colegios.
MODALIDADES
Así, el pasado sábado 2 de noviembre, como cada año, estudiantes de diferentes colegios del interior y de Asunción exhibieron sus trabajos sobre diversos temas históricos de relevancia nacional. El programa se dividió en cuatro modalidades de presentación, a saber:
Disertaciones: los estudiantes presentaron sus investigaciones en un ciclo de alocuciones que abordaron diversos temas históricos de excelencia. Entre las presentaciones destacadas, Rodrigo Cardozo Benítez, un niño de tan solo 7 años del Colegio San José de Concepción, expuso el tema “El Instituto Salesiano San José: su inmenso aporte a la comunidad norteña y protagonismo durante la guerra del Chaco”; “Explotación de los recursos naturales y su impacto en la historia del Paraguay: el quebracho”, a cargo de María Fernanda Acosta, Haidee Álvarez, Siara López y Victoria Vera, del Colegio Nacional de EMD Naciones Unidas.
En tanto, Fiorella Zanotti, del Colegio Santa Clara, presentó “La posición de la mujer paraguaya durante la posguerra”. Asimismo, fueron presentadas las disertaciones “Importancia histórica de la batalla de El Carmen”, por Facundo Figueredo, del Colegio Nacional República de Panamá; “Agresiones a mujeres durante la dictadura del Gral. Alfredo Stroessner”, por Rebeca Rodríguez Planás, del Colegio Dante Alighieri, y “Juana María de Lara, la mujer prócer olvidada”, a cargo de Lara Lezcano Cáceres, del Colegio Dante Alighieri.
Póster: Mauricio Báez, del Colegio Santa Clara, presentó un póster sobre “El equipamiento paraguayo durante la Guerra Grande”.
Maqueta: Estudiantes del Colegio Torrefuerte, de San Lorenzo, exhibieron una maqueta representando la campaña de Humaitá.
Cortometrajes: Alumnos del Colegio Dante Alighieri presentaron dos cortometrajes: uno sobre la preservación de la Casona Gondra y otro sobre rutas históricas y patrimoniales.
CAPACITACIÓN A DOCENTES
En este proceso también son capacitados los docentes, quienes acuden a la Academia a participar de los asesoramientos a los jóvenes. También son invitados a los eventos académicos de la institución.
Esta práctica compartida es muy demostrativa, porque marca una línea vocacional en el adolescente. Algunos pueden seguir el camino del magisterio en ciencias sociales o de alguna disciplina de las ciencias sociales.
Además de ello, el patrimonio del conocimiento histórico lo llevan de por vida.
No obstante, algunos de los desafíos son la reactivación de algunas de las academias luego de la pandemia, ya que durante esta algunas cesaron sus actividades. Otro reto es ampliar la participación invitando a otras instituciones, en especial a las de las regiones más alejadas, utilizando las herramientas que ofrece la tecnología.
Así también, la formación de los profesores es un desafío permanente. Esta formación constituye una manera de retribuir a los educadores en su labor educativa extraescolar que, por lo general, es voluntaria.
ALTERNATIVA
De esta manera, estas academias se constituyen en una alternativa para la educación en ciencias sociales. Los docentes reciben un gran apoyo y formación en sus tareas y las instituciones acumulan prestigio.
Entre los jóvenes, esta dedicación los predispone a aprovechar mejor sus estudios por el desarrollo de habilidades conexas a sus actividades en la Academia, encauzando sus inclinaciones vocacionales y el servicio comunitario.
Finalmente, en este ciclo de formación, a través de un enfoque de aprendizaje basado en proyectos, los jóvenes han desarrollado competencias en investigación, promoción del patrimonio histórico y geografía. Asimismo, se trata de un espacio de encuentro para reflexionar sobre el pasado y su influencia en el presente y futuro del Paraguay.
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Hace 182 años Paraguay inició el proceso contra la esclavitud
- Por Karina Ríos
- karina.rios@nacionmedia.com
Entre el 24 y el 27 de noviembre de 1842 fue planteado en el Congreso General Extraordinario en Asunción el Tratado de la Libertad de Vientres, que fue el inicio para cortar la esclavitud en el territorio paraguayo. Sus resoluciones fueron trascendentales para la vida política, económica, social y cultural del Paraguay.
“La Libertad de Vientres significaba cortar la herencia de régimen de esclavitud en todos los niños y niñas nacidos desde el 1 de enero de 1843″, explicó la historiadora Ana Barreto Valinotti, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Esta libertad implicaba que una madre esclava ya no daría a luz a un hijo esclavo y ya no podría ser vendido. “Sin embargo, los llamados en adelante ‘libertos’ debían quedar sujetos al servicio de sus amos hasta la edad de 25 años para los varones y 24 años para las mujeres”, aclaró.
Es así que los niños y niñas que nacieron antes de la entrada en rigor de este decreto podían ser comprados o vendidos, al igual que la madre. “Este decreto establecía que no se podía separar a un lactante de su madre antes de los 3 años y desde los seis años, si la madre debía ser vendida, el amo o ama podía hacer acuerdos con el futuro comprador sobre el destino del chico”, replicó.
DONADOS PARA LA GUERRA
Barreto indicó que es difícil pensar que este decreto se haya cumplido con la finalidad de la libertad, ya que mujeres y varones solo podían alcanzar su libertad entre los años 1867 y 1868. En ese periodo hubo la movilización total de la población paraguaya en la guerra contra la Triple Alianza e impidió esta libertad.
“En este punto se debe señalar que el Estado paraguayo solicitó la entrega de libertos para el servicio de las armas con la posibilidad de remuneración a sus amos, pero casi toda la documentación en el Archivo Nacional menciona que muchos de estos muchachos de 14, 15 y 18 años o más fueron entregados como donación patriótica para ir al frente”, refirió. Acotó que el historiador Ignacio Telesca señaló que un trabajo de investigación efectuado hace años por José González (estudiante de historia de la UCA) daba cuenta de una población de 9.000 personas afrodescendientes paraguayas entre 1843 y 1867.
ABOLIDA EN 1869
Finalmente, recién en 1869 la esclavitud fue abolida, esta a pedido por el gobierno provisorio, aún en plena guerra. El decreto fue confirmado en la Constitución Nacional el 25 de noviembre de 1870. El artículo 25 dice: “En la República del Paraguay no hay esclavos, si alguno existe queda libre desde la jura de esta Constitución, y una ley especial reglará las indemnizaciones a que diere lugar esta declaración. Los esclavos que de cualquier modo se introduzcan, quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio paraguayo”.
“El concepto histórico de esclavitud que involucró en un comercio transatlántico de gran escala a personas nacidas en África está circunscripto entre los siglos XV y XIX y fue en esencia, controlado y dirigido por europeos. La presencia de personas esclavizadas la encontramos en la partida de don Pedro de Mendoza en el establecimiento de la ciudad de Asunción”, aclaró la historiadora en nuestro medio.
Mencionó que el historiador Guillaume Candela escribió recientemente sobre la vida de dos hombres de origen africano. “La narrativa histórica oficial en el Paraguay no siempre los ha considerado, pero las personas de origen africano, vendidas y compradas, estuvieron desde el minuto cero en la construcción de esto que llamamos hoy Paraguay”, refiere.
REGALABAN O VENDÍAN ESCLAVOS
Barreto Valinotti explicó que según los censos de la segunda mitad del siglo XVIII y algunos informes del historiador Ignacio Telesca, en 1682 Asunción tenía 1.120 esclavos (siendo mestizos, criollos y españoles unas 7.500 personas y otras 2.000 indígenas). A estos datos debemos agregar que el obispo Manuel de la Torre señaló sobre la existencia de 3.500 esclavos y Telesca señala que no fueron incluidas comunas 2.200 personas esclavizadas que vivían en las estancias de religiosos. “Hoy no lo imaginamos, pero en el momento de la independencia en 1811 era usual una vida cotidiana asuncena con personas que podían ser compradas, vendidas; con mujeres que parían hijos e hijas en igual condición de esclavitud; con niños y niñas que eran a veces separados de sus padres para ser vendidos, donados, regalados. El comercio de esclavos en el Paraguay incluía la importación y, sobre todo, la reproducción natural: todo niño o niña nacido de un vientre eslavo que adquiría la condición”, apuntó en LN.
En Asunción los esclavos eran mayoritariamente domésticos desempeñándose en tareas de cocina, limpieza, lavado y planchado de las ropas; realización de mandados, ejecución a veces de instrumentos musicales o incluso adquisición de algún oficio. En el interior del país se aplicaba, ya que los esclavos desempeñaban tareas de ganadería y agricultura.
“Recién durante el gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862) se inició el proceso de una transición hacia su completa abolición. Este proceso gradual puede ser entendido en el marco de disposiciones como ‘la libertad de vientres’ en el Paraguay. En Sudamérica la transición de la condición de esclavitud a libertad de las nuevas repúblicas comenzó entre 1811 y 1825, podríamos ver que en el Paraguay fue tardío”, aclaró.
La historiadora resaltó que hasta la fecha no se sabe la cantidad de personas que quedaron libres tras la abolición de la esclavitud en territorio paraguayo. “Lo que sí es posible ver hoy en día cómo una herencia que sobrevivió siglos, la trata sigue latiendo bajo la piel morena y alrededor del cabello enrulado de muchos paraguayos y paraguayas”, puntualizó.
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Advierten del riesgo de las cirugías estéticas en centros no habilitados
El presidente de la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica, Rodrigo Hamuy, alertó a las personas sobre los peligros de acudir a centros de estética que no cuentan con la habilitación para operar. Se debe considerar que los cirujanos plásticos son los únicos que pueden realizar los procedimientos quirúrgicos.
“Mi especialidad médica no es nueva. El nombre completo es cirugía plástica reconstructiva y estética. Entonces, el espectro de la especialidad abarca todo lo que significa reconstrucciones después de accidentes, traumatismos”, señaló a C9M.
El doctor Hamuy explicó que también el especialista realiza reconstrucciones de cáncer de mama, de secuelas de quemaduras, malformaciones congénitas (rostro y corporales), así como las microcirugías.
“El campo de la cirugía plástica es muy amplio y está mal hablar de mi especialidad como especialidad como si se refiriera a estética. Aún así, estamos practicando cirugías estéticas desde los inicios de la especialidad. De hecho, ambas cosas van juntas”, significó.
Dijo que está fehacientemente demostrado que la estética también es sinónimo de salud. “Es salud mental, mejora la autoestima, mejora la calidad de vida de los pacientes y eso está probado a través de estudios científicos que se han estado lanzando en los últimos 20 años”, subrayó.
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Consideró “ineficiente” la manera como el Ministerio de Salud actúa en el área de la estética. “No podríamos decir que Salud Pública se involucra poco en esto, sino que lo está haciendo de una manera ineficiente. Que hay algún tipo de problema que no se puede regular en salud pública”, manifestó.
Afirmó que en todos los países sucede lo mismo en este sector de la salud pública. “Y desde ese punto de vista es algo que nadie está pudiendo controlar. No existen muchas leyes marco regulatorias específicamente de eso”, dijo.
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