Con una iniguala­ble precisión para detectar y analizar las características de los exo­planetas, Espresso, un pode­roso espectrógrafo instalado en el observatorio de Paranal, en el norte de Chile, se con­vertirá en el mejor aliado de los astrónomos para buscar vida extraterrestre.

Cuando comience a funcio­nar en octubre próximo, este sofisticado instrumento tra­bajará para potenciar a los cuatro enormes telescopios VLT (Very Large Telescope) instalados en Paranal, bajo la tutela del Observatorio Europeo Austral (ESO), en pleno desierto de Atacama, a unos 1.200 km al norte de Santiago.

Esa región tiene uno de los cielos más limpios del planeta con características favorables para la observación del espa­cio, por lo que allí se asientan los mayores observatorios.

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El Espresso (Echelle Spec­trograph for Rocky Exopla­net and Stable Spectroscopic Observations, o espectró­grafo para exoplanetas roco­sos y observaciones espec­troscópicas estables) se trata de un proyecto sin preceden­tes que dará mayores luces sobre los exoplanetas.

Espresso será capaz de detec­tar planetas más pequeños parecidos en tamaño y masa a la Tierra.

"Espresso estará disponible en los cuatro telescopios a la vez, algo nunca antes reali­zado, por lo cual, las probabi­lidades de encontrar planetas similares a la Tierra en masa y tamaño o condiciones para la vida son mayores", dijo a la AFP el italiano Gaspare Lo Curto, astrónomo de ESO y uno de los líderes de este pro­yecto.

Desde 1995, cuando los astrónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz des­cubrieron el primer exo­planeta (planetas que se encuentran fuera del sis­tema solar), los astrónomos se dieron a la tarea de escudriñar los confines del universo para estudiar esos cuerpos celestes, pero aún no han logrado determinar si alguno de ellos tiene condi­ciones parecidas a la Tierra.­

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