El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue escenario de una velada muy especial al que se dieron cita distinguidos invitados, entre ellos varias autoridades nacionales. Fue un brindis con motivo de los 20 años de su emblemático edificio en Paraguay, que fue inaugurado el 12 de junio de 2004, en Villa Morra. Una estructura que fue paradigma de la innovación de aquella época, y cuyo estilo y diseño reflejan los valores fundamentales del banco: transparencia, sobriedad y fortaleza.
La ocasión también fue oportuna para la presentación oficial del nuevo representante residente del BID en Paraguay, Alonso Chaverri-Suárez, abogado de nacionalidad costarricense, con dos décadas de trayectoria en la organización financiera internacional. “Este edificio no es solo una estructura de ladrillos y cemento; es un símbolo de compromiso, crecimiento y de las profundas raíces que hemos plantado en esta hermosa ciudad”, expresó el anfitrión del evento. “Desde hace dos décadas este ha sido un lugar de encuentro, de búsqueda de soluciones y de apoyo al desarrollo de Paraguay”, agregó.
Memoró que su primera misión con el BID a Paraguay para apoyar con un proyecto fue en 2014. “Desde esa primera vez quedé encantado con este país y, especialmente, con ustedes, su maravillosa gente. Y empecé a soñar con la idea de que alguna vez podría llegar a trabajar en este edificio, el más hermoso de todos los que albergan al BID en cualquier país”, enfatizó. Tras sus palabras, hubo un petit conversatorio con los profesionales que hace 20 años hicieron realidad el sueño de un edificio con identidad y en armonía con el medio ambiente.
La obra inició con la visión de Raúl Baginski, representante del BID en Paraguay entre 1997 y 2002, y estuvo a cargo de reconocidos profesionales paraguayos: el arquitecto Agustín Cubilla, quien fue el proyectista; el ingeniero Víctor Arréllaga, de la empresa Tecinci, que construyó el edificio; y el ingeniero Roberto Vuyk, quien fiscalizó y gerenció la obra. El festejo prosiguió de lo más distendido y agradable con una recepción, en el patio del recinto, con un show de Purahéi Soul y el servicio gastronómico de la casa Pederzani.