Las personas con esta característica tienen la capacidad de atravesar diferentes situaciones de la vida con resiliencia, tienden a ver el “vaso medio lleno y no medio vacío”, respondiendo de manera asertiva.

Se puede decir que la madurez emocional es algo que todo ser humano desea alcanzar. Se puede medir esta cualidad en la forma en que reacciona y cómo maneja los recursos para solucionar diferentes acontecimientos. Cuando alguien carece de madurez, generalmente, es conflictiva y se genera a sí misma mucho sufrimiento innecesario.

Los rasgos que definen a una persona con alta madurez e inteligencia emocional

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

- Es coherente

La contradicción entre los pensamientos y las acciones, es una característica común de la falta de madurez. Una persona madura actúa en armonía con aquello que piensa, dice o promete y usa como referencia los valores éticos para hacer el bien.

- Es responsable

El deber forma parte de la vida y saber priorizar la obligación sobre las “ganas de”, es otro rasgo de madurez. Es capaz de sobreponerse a la pereza y ser disciplinada para cumplir con lo que debe, lograr alcanzar metas y objetivos.

- Acepta los límites

Muchas veces hacemos planes y las cosas no salen como queremos, por más que se haga todo lo correcto. La persona inmadura puede reaccionar de forma caprichosa y vulnerable; mientras que la madura emocional sabe lidiar con la frustración y buscar soluciones o identificar oportunidades.

- Asume sus fallas

Nadie es perfecto y, sin importar el género y la edad, podemos cometer errores. Una persona madura tiene la capacidad de reconocer sus acciones y enmendar sus errores. Así como también perdonar y soltar situaciones que no se pueden remediar. Básicamente usa estas experiencias como mecanismo de aprendizaje y crecimiento.

- Control

No solo conoce sus emociones y sabe cómo gestionarlas, también sabe identificar sobre qué cosas tiene dominio y cuáles no, enfocando su atención en el presente y lo que sí puede resolver, y evitando compadecerse a sí misma.

La madurez emocional es algo que nunca deja de desarrollarse, tampoco existe fórmula mágica para incrementarla. Acorde a los especialistas, es fundamental la introspección y autoconocimiento, la regulación emocional y saber darse cuenta cuando se tiene una actitud “infantil”. La terapia, por ejemplo, es una buena herramienta para poder adquirir madurez emocional y vivir una vida más plena y positiva.

Dejanos tu comentario