Comer a las apuradas es un hábito naturalizado por muchos, ya que así se busca “ganar tiempo” y continuar con los pendientes en vez de sentarse a almorzar con tranquilidad, sin embargo, esto no es positivo para la salud y te contamos por qué.

Comer rápido y no masticar bien los alimentos hace que el sistema digestivo trabaje el doble y que la persona pueda padecer alguna indigestión, especialmente aquellas con problemas de gastritis u otras afecciones gastrointestinales.

Otras afecciones frecuentes que pueden suceder son: malestar estomacal, acidez, reflujo, pesadez, inflamación y eructos. Esto se produce porque la comida no se mastica correctamente y los bolos permanecen más tiempo en el sistema digestivo por la dificultad en digerir.

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La comunicación entre el cerebro y el estómago es lenta, el sistema digestivo puede tardar un mínimo de 20 minutos en avisar al cerebro que está “lleno”, según afirma un estudio publicado en Penn Metabolic & Bariatric News. Esto es un punto clave en las personas que están siguiendo un plan para bajar de peso y necesitan disminuir la cantidad de ingesta, en otros casos, promueve el sobrepeso y la obesidad.

¿Qué hacer?

La ingesta de alimentos debe ser un “momento sagrado” del día, lo correcto es aprovechar para compartir con allegados o, en el caso de estar solas, desconectarse. Hay que prestar atención a lo que comemos, cada bocado y disfrutarlo.

Es conveniente dejar de lado el celular y las pantallas para centrarse sólo en comer y, también, tomarse al menos 20 minutos. Los especialistas recomiendan masticar cada porción al menos 32 veces.

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