Se da cuando alguien aparentemente está interesado en nosotras y está pendiente de todas las cosas que compartimos en las diferentes redes sociales, pero no tiene la iniciativa para ir más allá y entablar una relación personal.
Por: Natalia Delgado
Ya sea por que le pasó a una amiga y te lo contó o lo estás viviendo en carne propia, hay una tendencia en redes sociales que cada vez está creciendo más. Un comportamiento frecuente en la manera de interactuar con otros usuarios.
Alguna vez encontramos a alguien que nos gustó y quisimos conocer más, o conocimos en una salida y seguimos en contacto a través de las diferentes aplicaciones. Lo “habitual” sería entablar conversaciones frecuentes con esa persona y luego quedar para una salida, de manera a seguir conociéndose mejor personalmente, pero ¿qué pasa cuando eso no sucede pero la otra parte esta pendiente de todo lo que publicamos?
De eso se trata el “orbiting” cuando alguien que te interesa y que, aparentemente vos también le interesas, está pendiente de todo lo que compartís en tus cuentas: reacciona a tus historias, te envía memes, incluso comenta tus fotos, pero nada avanza más que eso.
Así como sucede con el “ghosting”, que tiene un impacto fuerte a nivel emocional en quien lo vive, el “orbiting” genera cierta dependencia, incluso obsesión por ver si esa persona sigue “interesada”. Nos deja con la idea de que en cualquier momento va avanzar porque “le gustó” algo que compartimos, o la última foto que publicamos en nuestro feed.
En el peor de los casos, hasta nos puede hacer sentir mal notar que un día dejó de ver algo que compartimos en nuestra historia. Nada de esto es sano, y tampoco normal. “El problema de muchas personas es que tienden a romantizar todo, por ejemplo, muchas llegan a la conclusión de que alguien gusta de ellas sólo porque ve sus historias de Instagram y puede que sea así, pero también que la persona haga ‘zapping’ y ni preste atención a lo que ve”, reflexiona la Lic. en Psicología, Analia Valiente.
“Lo primero que hay que hacer es dejar de esperar que el otro haga todo. Si alguien te interesa tomá la iniciativa, hablale, decile para salir. Si las cosas salen bien, genial, pero también hay que estar preparadas para un ‘no’ y aceptar que esa persona no es para nosotras y que no es el fin del mundo”, explica la especialista.
Además, destaca que el estar con una constante duda respecto a alguien puede influir en nuestros ánimos y perjudicar nuestra rutina. Y resalta que quienes hacen esto de “orbitar”, lo aplican generalmente porque no están del todo interesados pero les gusta tener a la otra parte pendiente o bien, porque pueden sentir inseguridad e incluso miedo de tomar la iniciativa.
“Si alguien da muchas vueltas para salir y ver qué surge, lo mejor es tomar la decisión de abrirse de ese vinculo que no aporta nada y seguir enfocada en una misma, en sentirse bien y hacer cosas que a una la hagan feliz”, finaliza Valiente.