La mayoría de nosotros tendemos a analizar demasiado las cosas de vez en cuando, pero pensar mucho con tanta frecuencia puede ser un problema. “Pensar demasiado es un patrón de rumia en el que alguien se obsesiona con un tema o pensamiento en particular, probablemente en el pasado o en el futuro”, dice Whitney Goodman, psicoterapeuta estadounidense.

“Es una sensación de ‘mi cerebro no se apaga’ o ‘simplemente no puedo sacar esto de mi cabeza’”, señala. Si está listo para dejar el hábito, siga leyendo para aprender consejos sobre cómo dejar de pensar demasiado .

¿Qué hace pensar demasiado?

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Si pensar demasiado lo deja exhausto, es porque literalmente agota su energía. “Puede provocar interrupciones en el sueño, problemas para socializar y dificultad para tomar decisiones”, dice Goodman. “También puede tener un impacto negativo en la autoestima, especialmente si el pensamiento excesivo está dirigido a uno mismo”, agrega. Pensar demasiado también puede tener efectos fisiológicos.

Judy Ho, neuropsicóloga forense clínica con licencia, expresa que pensar demasiado puede aumentar el cortisol (también conocido como la hormona del estrés), alterar la digestión y, en casos graves, provocar ansiedad y depresión.

Cómo dejar de pensar demasiado

1. Buscar un cable a tierra

Cuando se de cuenta de que está pensando demasiado, puede interrumpir el patrón al despertar la conciencia de su entorno físico. “Plante sus pies firmemente en el suelo, siéntese erguido en su silla y recuéstese en el respaldo, notando cómo se siente en su espalda”, dice la Dr. Ho. "Tome un artículo de peluche como una manta o una chaqueta suave. Esto hará que su mente se oriente al momento presente muy rápidamente ", agrega.

2. Agradezca a su mente

Agradecerle a su mente también puede ayudar a detener el patrón de pensar demasiado.

Puede sonar tonto, pero agradecerle a la mente también puede ayudar a detener el patrón de pensar demasiado. Recuerde, la mente cree que está tratando de protegerlo, por lo que recuperar su poder comienza reconociendo lo que está haciendo. La Dr. Ho también recomienda darle un nombre a su mente que piensa demasiado para que no sea tan grave. Puedes decir algo como: “¡Gracias por tu ayuda, Betty, pero tengo esto!”

3. Reserve tiempo para preocuparse

Programar un período de tiempo designado para preocuparse puede parecer contradictorio cuando el objetivo no es preocuparse, pero funciona. “En muchos casos, cuando llega a su ‘tiempo de preocupación’, es posible que incluso haya olvidado por qué estaba preocupado o qué le preocupaba”, añade Goodman. “Programarlo le permite validar sus inquietudes, crear un tiempo en su horario para administrarlas y detener el ciclo actual de pensamiento excesivo”.

4. Pruebe la técnica del “sí, pero”

La Dr. Ho sugiere probar la técnica del “sí, pero”. “Reconozca lo que no es tan bueno, luego vincúlelo con un ‘pero’ seguido de algo que haya estado haciendo para avanzar hacia su objetivo”, dice. Por ejemplo: Sí, no terminé ese proyecto de trabajo, pero sí hice algunos avances y tengo tiempo la semana que viene para terminar.

5. Distráigase

Hacer ejercicios, llamar a un amigo o cocinar son formas fáciles de redirigir la mente e interrumpir el patrón de pensamiento excesivo.

“Las distracciones tienen mala reputación, pero en realidad son una gran herramienta”, dice Goodman en este reporte de Well + Good. “Cuando estás en una espiral de pensamiento, es importante cortarla y salir de ella”. La música, la televisión, el ejercicio, llamar a un amigo o cocinar son formas fáciles de redirigir su mente e interrumpir el patrón de pensamiento excesivo. Ya sea que ponga en cola tu lista de reproducción favorita o salgas a caminar, —¡o tal vez ambas cosas!— deberías poder cambiar tu pensamiento a un lugar diferente.


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