Algunos ejercicios del pilates se pueden aplicar en situaciones cotidianas, por ejemplo al conducir, ya que a través de ciertos movimientos liberamos la espalda y el cuello, lo que nos hace manejar más relajadas.

El pilates es un método de ejercicio y movimiento físico que nos ayuda a equilibrar nuestro cuerpo y mente. Tiene varios beneficios, como fortalecer la zona abdominal y lumbar para proteger la columna y aumentar la estabilidad, mejorar la flexibilidad, corregir la postura, tonificar los músculos débiles y estirar los pocos elásticos.

También desarrolla la capacidad respiratoria y mejora la oxigenación del organismo. Pero, va más allá de un entrenamiento físico porque tiene la capacidad de despejarnos y brindar calma interior. Además, ayuda a crear una versión más consciente de una misma y, cuando esto ocurre, aumenta nuestra autoestima, disminuye la ansiedad y el estrés, y alivia la tensión muscular.

Por todas estas razones sus principios básicos se pueden aplicar a nuestras actividades diarias: cuando nos toca conducir. Y es que al manejar nos podríamos sentir acelerados y afectados por el tráfico, sin embargo, a través de algunos movimientos de pilates que se caracterizan por ser sutiles y eficaces, volveríamos a equilibrarnos y alejaríamos la tensión.

¿Cómo hacer pilates en el auto?

Para liberarnos de la carga que conlleva estar al frente del volante, es necesario practicar algunos movimientos. Empieza por sentarte de forma adecuada en tu auto, el respaldo debe de formar un ángulo de 90º para que la columna esté recta y hay que estar atentos a no desplomarse sobre la región lumbar.

Las rodillas tienen que mantenerse separadas a una distancia equivalente a la amplitud de las caderas, y por último, usa la sujeción al volante para elevar la parte superior de la espalda desde la cintura, y no eleves tus hombros. Se trata de erguirse intentando mantener una línea recta desde las caderas hasta la coronilla que facilite la libre circulación de la energía por todo el cuerpo y distribuya el peso de forma uniforme.

Aprovecha los semáforos, tráfico y viajes

Al detenerte en un semáforo, tira los músculos abdominales hacia arriba y adentro, contrae los glúteos y luego empuja ligeramente el volante, como si uno se quisiera levantar del asiento. Hay que contar hasta cinco.

El objetivo a largo plazo es, de una forma natural, intentar mantener siempre el tono del llamado “centro de poder”, esta franja abdominal desde la que se controla la postura y todos los movimientos.

Cuando estés viajando o te vayas deteniendo en el tráfico, siéntate sobre tus isquiones que son la base de los huesos de la pelvis, la columna recta y los hombros lejos de las orejas, mantiene la mirada al frente y los brazos sin tensión. Se inspira alargando la columna como si se quisiera llegar con la cabeza al techo.

Luego debes exhalar sin perder la postura, mientras contraes el abdomen metiendo el ombligo y tirando de los hombros y omoplatos hacia abajo. Se puede repetir unas 10 veces cada hora o media hora.

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