Las hojas de menta son muy utilizadas en la medicina natural para aliviar síntomas de enfermedades.
Empezando por su aroma fresco, ideal para relajarse y liberar el estrés del día a día. Sus poderes antiinflamatorios y sedantes ayudan a lograr el descanso deseado a través de un sueño profundo y reparador.
La infusión de las hojas de menta sirve para reducir el dolor causado por los calambres, la indigestión o la hinchazón abdominal.
Además de sus propiedades analgésicas, el té de menta es antiespasmódico, por ende ayuda a reducir las apariciones de vómitos y náuseas; alivia la sensación de tos, y puede llegar a eliminar los síntomas del resfriado y la gripe.
Contiene minerales como potasio, cobre, calcio y magnesio, y se compone de vitaminas A, B, C y D. Todos buenísimos para el correcto funcionamiento del organismo.
No obstante, su consumo debe ser moderado, sobre todo en pacientes con acidez estomacal o úlcera digestiva, también en quienes padecen insomnio - por sus efectos estimulantes -, y embarazadas y lactantes deben consultar primero con su médico.
En niños se recomienda solo sin son mayores de seis años. De todas formas, es importante consultar con un especialista.
La mente tiene muchos beneficios, pero su uso excesivo puede ocasionar episodios de nerviosismo o alergias.