La icónica diseñadora Miuccia Prada dio un golpe de efecto el domingo con un desfile de actores de Hollywood para presentar su nueva colección masculina otoño-invierno 2022-2023: un chic clásico, pero que rompe los códigos de vestimenta.
Diez estrellas desfilaron el domingo por la alfombra ocre de una enorme sala de la Fundación Prada en Milán, entre ellas Kyle MacLachlan, el actor favorito de David Lynch, Jeff Goldblum, Asa Butterfield y Thomas Brodie-Sangster.
La casa de moda italiana ha querido centrar su colección en “hombres reales, figuras reconocidas” que, como actores, “aportan una nueva faceta de la realidad”. Un reparto de ensueño para presentar lo que Prada llama su “nuevo uniforme” con un corte refinado.
Los estilos chocan, los colores se oponen. Abrigos y bléisers estrictos con amplias hombreras, en gris, negro y azul, conviven con trajes de trabajo con tonos fluorescentes de seda, cuero o algodón de lujo.
Y es que la colección está bordada en torno al mundo del trabajo, dice Miuccia Prada, de 72 años, que dirige el grupo fundado por su abuelo en 1913. “A través de estas prendas, destacamos que todo lo que hace un ser humano es importante. Todos los aspectos de la realidad pueden ser elegantes y dignos”, explica.
“Los fundamentos del armario masculino se asocian a las formas industriales, los trajes, la ropa de trabajo”, una fusión del “estilo sartorial” y “streetwear”, comenta el diseñador Raf Simons, codirector creativo de Miuccia Prada desde 2020 y antiguo empleado de Jil Sander, Dior y Calvin Klein.
La colección acompaña la vida pospandémica, con la vuelta al trabajo tras largos periodos de confinamiento, y en un mundo en movimiento tras el cierre de las líneas de producción y las oficinas.
Pero con su nueva colección, Miuccia Prada también retoma su lucha contra la “moda rápida”, una tendencia caracterizada por la renovación sin fin de las prendas puestas a la venta.
Su nueva colección va a contracorriente de estos hábitos de consumo: es “ropa que hace que la gente se sienta importante y que por tanto es importante en sí misma, no algo que se usa y luego se tira”, dice.
Fuente: AFP.
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Imagen y vestimenta, aspectos claves para hacer negocios
Lejos de tratarse de moda o tendencias actuales, el estilo y elección de la vestimenta para trabajar, tener reuniones de negocios o acudir a eventos empresariales son cruciales para llevar a cabo los objetivos que se persiguen, explicó a La Nación/Nación Media la asesora de imagen y experta en colorimetría Ana Laura Benítez. Puso énfasis en que con nuestra imagen estamos comunicando todo el tiempo, y que basta con 10 segundos para que una persona proyecte la imagen que desea. Esto no solo implica el color ni elección de la ropa, sino en la actitud, gestos y forma de saludar.
“Nuestra apariencia es el lenguaje no verbal. Nuestra apariencia nos dice quiénes somos y cómo queremos ser percibidos”, resaltó. Acerca de cómo empezar a buscar orientación para vestirse adecuadamente en el ámbito empresarial, dijo que esto no tiene que ver con comprar vestimenta cara o gastar mucho, sino en encontrar el estilo de la persona, manejar los códigos empresariales y también tener en cuenta el cargo que uno desempeña.
DISTINTOS ESCENARIOS
Benítez aclaró que no es lo mismo trabajar en una agencia de marketing que trabajar en un banco. Ya que en el primer caso, por el contexto y naturaleza de la profesión, la ropa casual es más propensa; sin embargo, un banco exige más formalidad y elegancia. “Existen siete estilos universales, pero sin entrar en ese mundo amplio, uno elige cómo vestirse de acuerdo a la imagen que quiere dar; entonces se enseña a saber elegir una ropa, sin que eso requiera gastar demasiado. Es fundamental saber etiqueta, cómo comportarse y adaptarse a los códigos”, indicó.
TAMBIÉN LOS HOMBRES
Este mundo no es preferentemente para las mujeres, también para los hombres, quienes están cada vez más abiertos a buscar asesoría, contó Ana Laura Benítez. Sostuvo que la elegancia en un hombre de negocios no tiene nada que ver con vestirse de traje, sino con la psicología de colores y la forma en la que se comunican.
“Cada color tiene un significado y eso es tanto para hombres como para mujeres. Los hombres generalmente, empresarialmente hablando, tienen X colores con los que se pueden vestir sean gerentes o los empresarios, ya que hay colores que no van con el código etiqueta profesional”, especificó la experta.
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“Interior Chinatown” satiriza los estereotipos de los asiáticos en Hollywood
“Interior Chinatown”, una serie detectivesca en la que un mesero asiático se convierte en el improbable héroe de una conspiración criminal policíaca, satiriza el tratamiento estereotipado que Hollywood le da a las minorías al tiempo que muestra el progreso que ha dado la industria con cierto retraso. La nueva serie de Disney está basada en la aclamada novela de Charles Yu, autor estadounidense de ascendencia taiwanesa.
El éxito de ventas de 2020 trajo una bien humorada perspectiva del racismo en la sociedad estadounidense a través de las aventuras de Willis Wu, un extra de Hollywood que sólo conseguía roles como un oriental de fondo, pero quien soñaba con convertirse un día en algo como el hombre del Kung Fu. Yu figura como el director creativo de la serie de televisión.
“Crecí viendo televisión en los años 1980 y 1990, y nunca veía a asiáticos. Era como si no existieran”, dijo en julio en una rueda de prensa. “Existían en la vida real, cuando salía a la calle, pero no en mi pantalla. Y eso me impulsó a querer contar esta historia”. Apenas una década atrás, la creación literaria de Yu habría sido ignorada en Hollywood.
Pero recientemente, exitosas producciones asiático-estadounidenses como “Locamente millonarios” y “Todo en todas partes al mismo tiempo”, sin contar la oscarizada “Parásitos” y el fenómeno “El juego del calamar”, probaron el apetito comercial para diversas narrativas. Jimmy O. Yang, actor estadounidense de origen hongkonés, que trabajó en “Locamente millonarios”, encarna a Wu en “Interior Chinatown”. Y el cineasta ganador del Óscar, Taika Waititi (“Jojo Rabbit”) dirige el episodio piloto.
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“Metáfora”
Wu es presentado como un mesero cualquiera de un restaurante en el Chinatown de Los Ángeles. Pero, rápidamente se le muestra como parte de una operación policíaca. En estas escenas, “Interior Chinatown” adopta los códigos visuales de un drama policial de televisión. Wu permanece relegado al personaje de fondo, mientras que el dúo de policías -uno blanco y uno negro- resuelve los crímenes.
Y lo que es aún más extraño, aparecen cámaras inexplicables filmando a Wu y sus colegas, lo que recuerda a “The Truman Show. Historia de una vida”. La distorsión de la realidad se hace eco de la premisa de la novela original, escrita a su vez en forma de guion televisivo. “Es una gran metáfora de lo que significa ser asiático-estadounidense en este país”, dijo Yang.
“Pero al mismo tiempo, es una historia universal, la de alguien que ansía ser más, alguien que se encuentra a sí mismo en su carrera”. Cuando Wu es testigo de un secuestro, los giros de la trama llevan a este actor de fondo a tomar roles cada vez más importantes en la intriga criminal. “Pasa a ser como una estrella invitada. Y luego el tipo de técnica, que claro, yo interpreté antes. La verdad es que tiene muchos paralelismos con mi propia carrera”, afirma Yang.
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“Sueño hecho realidad”
La serie cuenta con diálogos en inglés, mandarín y cantonés. Entre sus personajes está Lana Lee, una policía novata asiática-estadounidense, a quién sus jefes le asignan un caso en Chinatown tras asumir de forma incorrecta que ella debe conocer el barrio chino. La ironía no pasó desapercibida para la actriz Chloe Bennet, nacida Chloe Wang de padre chino y madre blanca estadounidense, que en la vida real tuvo que cambiar su apellido para conseguir papeles en Hollywood.
“Mi trayectoria en la industria es tan intrínseca para Lana”, dijo refiriéndose a su personaje en una rueda de prensa. “Al principio de mi carrera literalmente me dijeron ‘no eres suficientemente blanca para ser la protagonista, pero no eres suficientemente asiática para ser la asiática’”. Fatty Choi, el mejor amigo de Willis interpretado por el comediante Ronny Chieng (“The Daily Show”), ofrece un divertidísimo contrapunto a las nociones preconcebidas del público sobre los asiáticos como “minoría modelo”.
Adicto a los videojuegos y a la marihuana, Choi regaña de forma agresiva a los clientes blancos del restaurante diciéndoles que “no son el centro del universo”. “Hacer algo con un comentario social, tan divertido, tan meta, tan alucinante y tan inteligente, pero sin martillar a la gente con el mensaje, es un sueño hecho realidad”, dijo.
Fuente: AFP.
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Preocupa a la industria de la moda el regreso de la delgadez
La directora de la versión británica de la revista Vogue, Chioma Nnadi, se declaró “muy preocupada” por el regreso de la delgadez entre las modelos, una tendencia que vincula al uso generalizado de medicamentos contra la obesidad, en una entrevista a la BBC. “Nos encontramos en un punto en el que estamos viendo que la delgadez vuelve a ponerse de moda, presentándose como una tendencia cuando no queremos que lo sea”, afirmó.
“Todos deberíamos estar preocupados por esto, yo estoy muy preocupada y muchos de mis colegas también”, añadió Chioma Nnadi, que tomó las riendas de la edición británica de la revista Vogue en octubre de 2023. Ozempic, un tratamiento muy popular para tratar la diabetes pero que también actúa contra la obesidad, “tiene algo que ver porque vemos que muchas celebridades lo utilizan”, cree.
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“Pienso que hay un cambio cultural en la forma en que pensamos y tratamos nuestro cuerpo”, advirtió Chioma Nnadi, asegurando que su revista se esfuerza por mostrar modelos de todas las tallas. En Reino Unido, esta tendencia hacia la delgadez extrema fue encarnado durante mucho tiempo por la top model Kate Moss, en los años 90 y principios de los 2000.
A pesar de los esfuerzos de algunas marcas por hacer desfilar modelos de todas las tallas durante las Semanas de la Moda, Chioma Nnadi, de 44 años, consideró que “no hay suficiente representación de la diversidad de cuerpos y algunas modelos son particularmente delgadas”.
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Fuente: AFP.
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Los Caballeros Cruzados no defendieron a Milan
La llegada del papa Juan Pablo II a Paraguay hace 36 años fue sin duda uno de los acontecimientos más impactantes para el Paraguay, teniendo en cuenta la gran cantidad de fieles que hay dentro de sus fronteras y que nunca antes habían imaginado posible que un Santo Padre pudiera pisar tierra guaraní.
Para 2014, un ranking colocaba a nuestro país –para orgullo de nuestros compatriotas– como el país más católico de Latinoamérica, situación corroborada un año después con el caluroso recibimiento dado al papa Francisco, quien apenas en su tercer año de pontificado decidió distinguir con su presencia al Paraguay en su noveno viaje apostólico. Si la visita del primer papa fue alucinante, la llegada de otro papa 27 años después hasta parecía un milagro. Más aún si consideramos que el representante de Dios no era un ser de otro mundo, lejano, sino que estaba empapado de la historia del Paraguay, de sus sufrimientos y de su grandeza, expresada a través de sus elogiosas palabras hacia las mujeres paraguayas.
La honra sigue intacta y se acrecienta a un año de cumplirse una década, si googleamos y buscamos la posición de los países más católicos de Latinoamérica. En el primer lugar, por encima de todas las demás naciones, en el TopTen 2023 aparece nada menos que Paraguay, con el 85,7 % de su población católica, seguido por México (73,4), tercero Ecuador (68,2), cuarto Argentina (67,8), quinto Perú (67,2), sexto Bolivia (65,9), séptimo Colombia (64,8), octavo Chile (57,4), noveno Brasil (53,6) y décimo Honduras (48,0).
Estos hechos estábamos recordando con mucho deleite con un grupo de amigos cuando llegó uno de los pseudofilósofos del barrio e introdujo sus apreciaciones para cuajar la conversación como leche para hacer queso.
Según su teoría, ese ranking era falso, así como muchos datos encontrados en internet. Y claro, todos los Caballeros Cruzados desenvainaron sus nobles espadas para defender la nobleza y alcurnia de nuestra religión tradicional.
Así comenzó la discusión. Unos aplicaban una profunda estocada en el vacío, que era fácilmente esquivada por “el ateo”. Este, ágil, contrarrestaba con frases y datos tan contundentes como aplicados por un mandoble.
Sin quererlo ni saber cómo, el duelo verbal se tornó despiadado y peligroso, incluso vil si tenemos en cuenta los ejemplos que se daban unos a otros tratando de ganar el pleito.
Llegó un momento en que el oponente mencionó al pequeño Milan, quien luchó como un verdadero héroe atado a su corazón artificial durante más de un año, con sus padres acompañándolo y sin dejarse vencer jamás, dándole esperanzas al niño, confiando en que se recuperaría y que en el futuro recordaría esa época de enfermedad como una prueba divina.
“Muy católicos serán todos los católicos del país, pero solamente una familia, en medio de su dolor, fue capaz de otorgarle a Milan la oportunidad para poder vivir”, espetó con rabia el filósofo, con más filo que nunca. Los defensores de la cruz se quedaron callados reconociendo esa verdad. Uno masculló y esbozó una excusa como que tal vez no encontraron un corazón compatible, que era un niño y que era difícil…
“¿Difícil?” –preguntó, y sin esperar respuesta siguió– “En más de un año una sola familia le dijo que sí. Estuvo 374 días esperando. Todo el país sabía, pero que yo sepa ninguna otra familia fue capaz de luchar por la vida de Milan. Todos prefirieron enterrar los órganos para que se pudrieran en lugar de amar al prójimo, como ordena las escrituras”.
“Tampoco supe que la Iglesia católica en las misas del 85,7 % de los paraguayos un domingo hiciera campaña para concienciar sobre el acto de amor más sublime que un fiel puede dar donando un órgano. No les costaba nada. Tampoco me enteré de que los políticos propiciaran leyes para que los ciudadanos donadores reciban algún tipo de compensaciones. Están más ocupados en juntar plata que ni siquiera podrán llevarse al cajón”, dijo con desilusión. Antes de retirarse preguntó: “¿Saben ustedes cuántas personas necesitan hoy mismo de donantes para seguir viviendo? Les sorprendería saber cuántos son y cuál es su sufrimiento diario. Pero sigan hablando de catolicismo, pero en el fondo lo que cuenta son las obras. Y ustedes solo hablan”.