Los bares de Bangkok, sin poder vender alcohol por las restricciones anticovid, posiblemente encontraron su salvación con la despenalización del kratom; una planta tropical con efectos estimulantes que se utiliza en cócteles sin licor cada vez más populares.

La archifamosa vida nocturna de la capital tailandesa ha estado apagada durante muchos meses, debido sobre todo a la prohibición de servir alcohol, medida que las autoridades sanitarias tomaron para luchar contra la propagación del coronavirus.

Tailandia registró hasta este domingo alrededor de 1,7 millones de casos de Covid-19, la mayor parte desde abril cuando un brote surgido en un barrio nocturno se extendió por todo el país, lo que llevó a cerrar los locales de noche.

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Algunos dueños de negocios nocturnos han ignorado la prohibición y vendían discretamente alcohol en simples tazas de café o latas de refrescos.Otros fueron más creativos, como Teens of Thailand, un local popular antes de la pandemia por sus cócteles a base de ginebra.

Ahora ofrece “mocktails” o cócteles sin alcohol a base de kratom, una planta de la misma familia que el café que estimula los mismos receptores cerebrales que la morfina, pero con efectos mucho más ligeros.

Foto: AFP.

Retirado de la lista de drogas

La planta, utilizada durante siglos en el sudeste asiático, fue eliminada de la lista de productos prohibidos del gobierno tailandés en agosto pasado. Aunque el kratom es mucho más barato (cuesta cuatro dólares el vaso contra once de un gin-tonic), las cuentas acaban saliendo.

“No tenemos otra opción, del 15% al 20% de los ingresos ya es suficiente para pagar el equipo, el alquiler. Eso es todo”, explica Anuman-Rajadhon, dueño del bar.

Tailandia se está preparando para reabrir lentamente sus fronteras, una necesidad urgente para el reino, donde el turismo representaba casi el 20% de su economía antes de la crisis sanitaria. Pero el mercado de bebidas alcohólicas todavía se tambalea, ya que su venta sigue prohibida en bares, restaurantes y hoteles en todo el país.

Thanakorn Kuptajit, presidente de una asociación que agrupa a profesionales del sector, estima que la facturación caerá un 50%, unos ingresos que antes de la prohibición representaban unos 9.000 millones de dólares. El sector del ocio nocturno tiene muchas esperanzas en el regreso de los turistas.

A medida que se acerca el momento de la reapertura del país, los clientes empiezan a disfrutar de sus bebidas de kratom. “Sabe a una ciruela agridulce. Es refrescante”, comenta Pord, de 40 años, mientras bebe un trago a base de kratom, agua con gas y limón verde.

Fuente: del texto de Lisa Martin (AFP).

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