Es sabido que John Fitzgerald Kennedy fumaba puros cubanos. Este placer hizo que un día el ex presidente de los Estados Unidos hiciera una petición extraña a su jefe de prensa, Pierre Salinger:

- “Pierre, necesito 1.000 Petit Upmann para mañana por la mañana”, le dijo a su empleado.

Petit Upmann es una marca cubana de cigarros premium, una de las más antiguas que existen. Kennedy hizo este pedido el 7 de febrero de 1961, un día antes de imponer el embargo comercial a Cuba. “Fue, en realidad, un caso de abuso de información privilegiada por parte del presidente de EE.UU, ya que se dotó de esa cantidad de puros horas antes de firmar la ilegalidad de su comercialización en el país norteamericano”, escribe este artículo de elmundo.es

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El propio Salinger contó esta historia en una entrevista con la revista Cigar Aficionado en 1992. “Poco después de entrar a trabajar en la Casa Blanca, en 1961, sucedieron una serie de acontecimientos dramáticos. En abril de 1961, EEUU cayó en el desastroso error de Bahía de Cochinos, donde los exiliados cubanos con la ayuda de EE.UU trataron de derrocar el gobierno de Fidel Castro. Pocos meses después de esto, el presidente me llamó a su despacho por la mañana temprano”, recordó.

- “Pierre, necesito ayuda”, contó que le dijo.

Salinger no estaba seguro de poder cumplir con la petición, pero como él también era un fumador de puros cubanos, conocía al dedillo todas las tiendas que vendían este producto. Esa tarde consiguió 1.200 puros.

A la mañana siguiente, fue al despacho de Kennedy a las ocho de la mañana para entregarlos. Cuando el ex presidente los recibió, abrió un cajón de su escritorio, agarró un papel y puso su firma. Desde ese momento, quedaban prohibidos todos los productos cubanos en Estados Unidos.

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