Historias sobre él, hay muchas. Amorosos, soñadores, sacrificados, determinados, redimidos. Aquí, una guía de comedias y musicales, de dramas y acción, para disfrutar en honor al Día del Padre junto a él, en el sofá.

Por: Jazmín Gómez Fleitas

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Comedias y musicales

Clásico de clásicos, El padre de la novia (1991). George Banks (Steve Martin) sufre lo indecible por tener que separarse de su hija y verla partir del hogar. Para él, ella aún no ha crecido y sigue siendo una niña pequeña. Esta es una película familiar que no falla, al igual que Papá por siempre (1993). Aquí, Robin Williams hace de las suyas, disfrazándose de la niñera de sus propios hijos al perder la custodia luego del divorcio. Ganó un Oscar y dos Globos de Oro, además de despegar la carrera de Williams. Si la ves, hacela también en honor a Robin.

Y si seguimos con lo de reír y finalmente llorar, no podemos dejar de mencionar a El Rey León (1994). El rey de la selva, Mufasa, presenta en sociedad a su hijo recién nacido y heredero, Simba. Sin embargo, la envidia y la traición se mete en medio cuando su hermano, Scar anhela el poder. ¿Hay una mejor fecha para cantar Hakuna Matata?

En Buscando a Nemo (2003), un padre viudo que pierde a su hijo inicia la búsqueda de su vida para recuperarlo. Las risas están aseguradas en esta travesía bajo el mar. En Papá por sorpresa (2007), un deportista profesional se entera de la existencia de una hija. Una aventura con La Roca Johnson, y su transformación hacia la aceptación de su nuevo rol como padre.

Steve Martin vuelve de los 90 en Más barato por docena (2003), sobre las aventuras y los desafíos de tener una familia numerosa. Porque la travesura de los chicos son todo lo que está bien en ella. Y finalmente, El Gran Showman (2017). Un papá soñador que trabajará muy duro para hacer realidad los anhelos de sus hijas y esposa, y que quizá perderá un poco el enfoque por el camino.

Acción y drama

Es imposible obviar a Liam Neeson como el padre que todos queremos que nos proteja, en Búsqueda implacable (2008). Una vertiginosa e imparable hazaña para rescatar a su hija de una red peligrosa que nos mantendrá en vilo toda la película. Por otra parte, en El Padrino (1972), está Don Vito Corleone (Marlon Brando) como la cabeza del hogar y el negocio del que toda la familia sufrirá las consecuencias. ¿De dónde más podría salir la frase: “¿Un hombre que no pasa tiempo con su familia, nunca puede ser un hombre de verdad?”

Aquí, la más memorable actuación de Sean Penn: Mi nombre es Sam (2001). Una madre abandona a su hija en los brazos de su padre con discapacidad intelectual y el problema empieza cuando el Estado se cuestiona si él será capaz de criarla ahora que ella tiene más destreza intelectual que él. Preparen su caja de pañuelos.

Ya en Interestelar (2014), hallaremos una historia nutrida de ciencia ficción que narra la fuerza del amor de un padre por su hija, a pesar del tiempo y la distancia. Por otro lado, Viggo Mortensen deja la Tierra Media para internarse en la naturaleza estadounidense en Capitán Fantástico (2016), en donde interpreta a un padre que cría y enseña a sus propios hijos alejados de la sociedad.

Siguiendo con la fuerza de la determinación, Will Smith es un padre desempleado en En busca de la felicidad (2006), una historia que de seguro, te hará soltar alguna que otra lágrima. Y retrocediendo un poco en el tiempo, llegamos a uno de los primeros roles de Meryl Streep. Junto a Dustin Hoffman, ella hace de la esposa que se manda mudar y luego vuelve para reclamar la custodia del hijo en Kramer vs Kramer (1979).

En orden ascendente de lágrimas: Primero, Billy Elliot (2000), un niño que sueña con ser bailarín pero cuyo padre insiste en hacer boxeador. Segundo, La vida es bella (1997), donde proteger la inocencia de los niños durante la Segunda Guerra Mundial demuestra la tarea más noble del ser humano: estar a cargo de otra vida. Y tercero, No se aceptan devoluciones (2013) con dirección, guión y actuación del mexicano Eugenio Derbez, para destornillarse de risa y luego recibir el remate emocional final.

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