La Cordillera de los Andes lo divide naturalmente en estas tres grandes regiones que representan simplemente lo básico para recorrer su territorio, ya que alberga a 11 ecosistemas enriquecidos con todo tipo de especies y diversidad genética. Así, ya no resulta raro que sea un epicentro gastronómico mundial.
Texto y fotos: Jazmín Gómez Fleitas
jazmin.gomez@gruponacion.com.py
Fueron 15 días para tres ciudades muy diferentes entre sí. No sólo en temperatura, también en sabores e ingredientes que no se encuentran fuera de cada una de ellas. La primera parada fue Pucallpa, una ciudad que no suele ser un punto turístico famoso pero que ha tomado relevancia gracias a la promoción turística del Amazonas. ¡Sí! Está en el llano amazónico, es la capital del departamento de Ucayali y está a la vera del río Ucayali, la cabecera misma del río Amazonas.
La segunda parada fue Lima. Lo curioso de Lima es que hablar de ella es como si lo hiciéramos de una muñeca rusa. Lima es un departamento que se divide en 10 provincias, una de las cuales es Lima. Y la provincia de Lima se divide de vuelta en 43 distritos, algunos de los más conocidos son: Lima, Miraflores, San Isidro, San Borja, Surcos, Barranco, La Molina, etc. Así que la mayor parte de las veces que se dice “Lima” a secas, uno se refiere al distrito, donde se encuentra el Centro Histórico.
La tercera y última parada es finalmente Cusco, antigua capital del Imperio Inca, “capital histórica”, del Perú como está establecido en su Constitución y único punto desde el cual partir hacia Machu Picchu. En Cusco confluyen el centro y sur del sistema de cordilleras con que cuenta la sierra, por eso tiene una altura de 3.400 metros sobre el nivel del mar. No en vano se habla hasta el cansancio acerca de tomar precauciones con la altura, más aún si venimos del llano a visitarla.
Pucallpa
En un vuelo interno en cualquiera de las aerolíneas más conocidas, se llega al aeropuerto Internacional Capitán David Abensur, uno de los principales del departamento de Ucayali. El clima en Pucallpa es como el de Paraguay, con un sol intenso, solo que sin tanta humedad, y lo mejor, que por las noches sí baja unos grados, razón por la cual la mayoría de sus habitantes aún duerme con ventilador y muchos no ven la necesidad de comprarse un aire acondicionado (incluso en los restaurantes).

En lengua shipibo —de la familia lingüística pano—, Pucallpa era llamada May ushin que significa “tierra roja”. Actualmente, la comunidad Shipibo es conocida como Comunidad Nativa San Francisco, debido a su colonización por los franciscanos. Pero cuando se empezaron a hacer exploraciones en la zona, alrededor de 1883, la llamaron en quechua Puka Allpa, que también significa “tierra roja”.

A esta comunidad se llega en bote desde el Puerto de Callao (que está como a 15 minutos de Pucallpa) a través de la Laguna Yarinacocha, que se conecta con el río Ucayali. Allí se puede conocer de su historia en el Museo, comer frutas típicas, tomar coco fresco y apreciar su cerámica, caracterizada por líneas.

Es un viaje de una hora, donde si se tiene suerte, se puede ver a los delfines amazónicos saltando con sus pequeñas crías. De hecho, uno de los animales más amados en Pucallpa y que se pueden apreciar en las artesanías locales— es el delfín rosado del Amazonas, al que muy raramente se ve. En el recorrido también se puede aprovechar para hacer otras paradas en la costa de la laguna, y conocer a los motelos (tortugas) gigantes o a la anaconda domesticada. Para esto sería mejor disponer de un día completo de modo a disfrutarlo al máximo.

El mejor restaurante de Pucallpa se llama Anaconda y también se encuentra sobre el lago Yarinacocha. Cuando hay crecida en el río, las aguas llegan hasta el restaurante que tiene un pequeño puerto— motivo por el cual desde hace un año ha abierto otro local en la ciudad. Allí se puede probar lo mejor de la pesca local, como el paiche a la plancha, delicioso y sin espinas. Las guarniciones suelen ser ensaladas verdes con chonta (palmito) o picadas que incluyen el paiche, chicharrones, cecina, tacacho (banana verde machada), chifle (snack de banana madura frita), patacone (banana verde en rodajas). Y por supuesto, aventurarse a tomar jugo de frutas locales, como el del camu camu, una fruta pequeña que se parece a la acerola.

Tampoco se puede dejar Pucallpa sin probar los helados, todos elaborados de frutas locales. Allí no se encontrará chocolate, frutilla o americana, sino helado de ungurahui, guanabana, aguaje, etc. La heladería Cest’s Bon que está al costado de la Catedral— es un buen lugar para probar estas delicias locales. Probé el de ungurahui, que tiene un color lavanda y fue una buena elección porque en Lima ya no se encuentra, solo jugo de guanabana.

En Pucallpa no hay taxis, hay “motokars”: motos con asientos traseros añadidos y techo. Recorrer la ciudad en ellos, es una experiencia en sí misma. No hay como sentir el viento en la cara y lo osados que son sus conductores —al ser mayoría— en las carreteras. En estos vehículos también caben las maletas, solo hay que fijarse que tengan espacio extra detrás de los asientos, y por supuesto algo con qué atarlas. El costo de moverse en motokar oscila entre uno y cinco soles. Un precio sumamente accesible.

Sus calles son muchísimo más anchas que las de Asunción, y en la ciudad hay tres centros comerciales, cada uno de ellos con cine. Pucallpa es parte de un proyecto de Ruta Interocéanica Brasil-Perú que busca conectarla a la ciudad brasileña Cruzeiro do Sul, pero que aún no sido finalizado.
Lima
Es enorme, ya que con sus 43 distritos hay demasiado por conocer. Uno de los principales es Miraflores, que se ha convertido en polo gastronómico y turístico debido a su playa en el Océano Pacífico, al surf en sus costas y a la cantidad de restaurates que han abierto sus puertas allí. Tiene los mejores atardeceres, ya que alejándose de la costa y yendo a Lima es imposible ver el atardecer por los cientos de edificios y edificaciones. Además, en Lima el sol sale escasamente, y aunque en verano su presencia es mayor, puede caer una neblina en pleno día sin que eso se lleve el calor.
Miraflores es realmente preciosa con sus parques en la altura del barranco y de cara al mar, entre los que se encuentra el famoso Parque del Amor. Aquí hay que aprovechar para visitar el centro comercial Larcomar, donde recomiendo comer en Sanguchería La Lucha, que tiene jugo natural de chicha morada en sus combos. También hay que comer en cuanto local se pueda, porque todo será delicioso. La más recomendado es Punto Azul, ideal para comer frutos del mar, en especial el ceviche.
El siguiente distrito que sigue en mi lista de más bellos es San Isidro. Actualmente conocido como el punto corporativo de Lima, tiene un cuidado en el ordenamiento de sus calles y señalizaciones similar al de Miraflores. Y cuenta con aún más parques que sorprenden al perderse entre sus calles. Lo peculiar es que hay muchísimos circulares, creando una especie de rotonda para los autos. El Parque El Olivar es un punto obligado al visitar San Isidro, ya que cuenta con árboles de olivo de más de 400 años. Es bastante largo y cuenta con lagunas y varios espacios que invitan a recostarse a leer, echarse una siestita o hacer un picnic, como muchos acostumbran.

En en el centro históricos de Lima si que hay muchísimo por ver, más aún si hay interés en hacer recorridos culturales por museos o bellas edificaciones antiguas que datan del Virreinato. Se puede recorrer el Museo Convento de San Francisco y las Catacumbas (que tiene costo), un lugar hemosísimo en tallado y pintura, en el que no se permite sacar fotos, ni siquiera sin flash. El Museo del Congreso (sin costo) en un edificio que realmente deja a más de uno con la boca abierto, así como el de la Inquisición, que lastimosamente se encontraba en reparación, por lo que no pude acceder a él.

Por supuesto, hay que visitar la Plaza de Armas, reconocida en fotos por las edificaciones amarillas que la rodean; la Plaza de San Martín, el Choco Museo, el Museo de la Literatura (antes la estación de ferrocarril). Además, el Museo del Cercado de Lima, en donde se aprende acerca de la división y crecimiento de Lima. Recientemente recuperado como espacio público, en él están a la vista los restos arqueológicos de la época. El complejo incluye el museo, un parque y un restaurante. Lima como tal se expandió desde el río Rimac que nace del Ticlio y en el pasado no tenía salida al mar.
El Barrio Chino, compuesto de unas pocas cuadras, es donde se encuentra el mejor chifa, la comida china adaptada a la gastronomía peruana. Se accede por unas escaleras mecánicas al segundo piso (el primer piso es planta baja) y la temática es buffet. Básicamente se trata de un poco de la comida peruana y también de la china.
Un lugar que se debe visitar a la hora del almuerzo es el Bar Cordano. Se encuentra al costado del Museo de la Literatura y es para los peruanos lo que el Lido para nosotros, los paraguayos. Tiene 113 años y sirve los más deliciosos platos, en porciones para ser compartidas entre 3 personas. Allí pedimos lomo saltado con tacu tacu y jalea: lomo con verduras (cebolla morada, papa y tomate), comúnmente servido con arroz blanco. No sé cómo lo condimentan, pero es una delicia. El tacu tacu por su parte, es una especie de tortilla con frijoles y arroz, que aunque presenta una apariencia un tanto extraña, es otra delicia. Juntos, son una explosión de sabor. Y la jalea, es de mariscos: pescado, cangrejo, pulpo y camarones fritos con una mayonesa especial, yuca (mandioca) y mucho limón. Simplemente inolvidable.
Lima es el mejor lugar para comer mariscos porque la pesca es fresca y los platos muy accesibles y servidos de manera bien generosa.
Otra actividad que de verdad es imprescindible es el Circuito Mágico del Agua en el Parque de la Reserva. Hay que ir a la tardecita, ya que al anochecer hay un espectáculo de música, luces y proyección 3D en las aguas, que hace un recorrido por la historia del Perú. Va de martes a domingo en tres horarios: 7:15, 8:15 y 9:00 pm. El Parque tiene dos partes, una en la que se realiza el show y tiene un túnel, un laberinto y más; y otra más pequeña a la que se cruza por un puente subterráneo y que cuenta con hermosas fuentes de agua.
El clima en Lima es sumamente agradable. Lo que para sus habitantes es caluroso, para los que vivimos en Paraguay vendría a ser templado. Amanece fresquito y va subiendo la temperatura paulatinamente. Alrededor de las 10 am se siente el calor, más si sale el sol, hasta que atardece y la brisa marina (en Miraflores) refresca. De todas formas, es aconsejable usar bloqueador solar en el rostro, ya que aunque esté nublado uno se puede quemar.
Una de las mejores formas de moverse es usando Uber, ya que es más barato que un taxi, y se sabe de antemano los datos del chofer y cuando costará el trayecto. Usar el transporte público es todavía más económico y una gran aventura.
Cuzco
Aunque sea pleno verano, en Cusco la temperatura no sube mucho, y si lo hace, no es por mucho tiempo. De vuelta, la mejor forma para ir de donde uno se hospeda hasta el aeropuerto es en Uber, mientras que para el resto se puede caminar. Aquí si hay que llevar ropa de invierno, camperas y rompevientos y mejor aún, impermeables. Llueve en cualquier momento durante el verano, y no es una lluvia azotadora, sino una llovizna constante que permea.
Desde el momento en que uno pisa Cusco, debe tomarse las cosas con calma. La altura pega en la cara en situaciones cotidianas como levantar la maleta, o caminar mucho de un tirón. Por eso, la mayoría de los hoteles ofrecen una taza de té de coca de bienvenida. No lo rechacen. Y si se alojan vía Airbnb u hostal, lo primero que deben hacer es ir al supermercado a comprar té de coca. Coman liviano y bebanlo después. De verdad ayuda mucho.
Aquí hay muchos tours para hacer, y el principal, es la visita a Machu Picchu. No es necesario comprar todo el paquete vía Internet, las agencias que se encuentran en la Plaza de Armas cuentan con múltiples opciones. Un dato: los tickets del tren pueden salir hasta 40 dólares más barato en las agencias de lo que marca en la página de Perurail. Las entradas a Machu Picchu sí pueden ser adquiridas vía Internet, el precio no varía.
De Cusco se parte en bus desde la Estación Wanchaq. Esto también lo deben ver al llegar. De Wanchaq se llega a Ollantaytambo para tomar el tren y de allí hasta Aguas Calientes, más conocido como Machu Picchu Pueblo. Desde allí se puede subir caminando la montaña o hacerlo en bus, comprando el ticket ahí. ¿La mejor parte de este viaje? El tren. Se cruza todo el Valle Sagrado a la vera del río Urubamba, que más adelante pasa al costado de Machu Picchu, cambiando de nombre a Vilcanota.
Si tienen varios días en Cusco y pueden hacer más de un tour, lo conveniente es comprar el Boleto Turístico. El boleto completo tiene 14 lugares, un costo de 130 soles para extranjeros y se compra en las oficinas turísticas de Cusco. Incluye el City Tour (en las afueras de Cusco: Sacsahuyamán, Q’enko, Puka Pukara, Tambomachay), Valle Sagrado (Pisaq, Ollantaytambo, Chinchero), Moray y la entrada a los museos y lugares turísticos de Cusco como: Museo de Sitio Qoricancha, Museo Histórico Regional, Museo Municipal de Arte, Monumento Pachacuteq (una torre con mirador). Si tienen poco tiempo, hay otros dos boletos turísticos que se venden por separado, el del Valle Sagrado y el City Tour.
Realmente, ir a Cusco y no conocer el Valle Sagrado es un gran error. Es lo más hermoso, una experiencia que quedará grabada en la memoria. Si Cusco ya está rodeado de cumbres, el Valle Sagrado se encuentra custodiado por ellas. Su presencia es imponente y se siente estar a nada de tocar las nubes cuando se sube a esas cumbres. El tour pasa por Ollantaytambo, donde se suben 250 gradas para llegar al Templo del sol; a Tambomachay, el templo del agua; a Chinchero, una ciudad enteramente textil, donde se usan 100% tintes vegetales y el mejor lugar para comprar abrigos de baby alpaca; y Pisaq, donde se encuentran joyas de plata. Allí uno aprende a diferenciar la alpaca de la plata y a reconocer las vetas de las piedras reales en las joyas.

Un tour bastante nuevo es el de Salineras de Maras y Moray. Lo hicimos un día antes de ir a Machu Picchu y fue genial. Se hace en cuaciclones dobles o individuales, en los que se recorre todo el hermoso paisaje de las afueras de la ciudad Cusco. Las Salineras son terrazas de sal administradas por las familias de la zona, de donde se extraen varios tipos de sal, las mejores y más valoradas. Este es el mejor lugar para comprar chocolate con sal de maras primero te lo hacen probar—, ya que en Cusco ya es más caro. Moray es un sitio arqueológico Inca muy importante. Comprende una extensa cantidad de terrazas agrícolas circulares, que se cree, eran utilizadas para experimentos agrícolas. Bajando se siente como la temperatura va subiendo, es increíble.

El mejor lugar para comprar café de origen y a muy buen precio es Misky Café, en el centro de Cusco. Uno puede elegir entre cuatro variedades de granos, que te los pueden moler, en caso de necesidad. Ahí también se consiguen los mejores bombones con relleno de frutas de aguayamanto, barras de puro cacao para cocinar y otras variedades.
¿Y qué tal la altura? Se pueden tomar precauciones pero cada cuerpo es diferente. Por precauciones, me refiero a tomar el té de coca, comprarlo y tenerlo en caso de necesidad. Si se sienten mareos, naúseas o dolores de cabeza, se puede tomar alguna pastilla para el mal de altura. Una de ellas es Sorochi Pill, que a mí me ayudó bastante el día del tour por Maras y Moray, cuando el té solo no bastaba contra el dolor de cabeza.
Cusco tiene la forma de un puma y su cabeza está en Sacsahuaymán (que tiene las piedras más grandes), ubicada en medio de un páramo entre cumbres con muchas subidas y bajadas. Para salir de ella, se pasa por carreteras que suben en zigzag. Aunque al principio asusten, uno termina acostumbrándose a ir de curva en curva y deja de tener miedo en cada giro. Los sitios más bellos son todos los de las ruinas incas, ya sea que hagan el City Tour o el Valle Sagrado. Ellos sí que sabían escoger las mejores vistas.

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