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Ocho legisladores renunciaron a sus partidos desde julio del año pasado hasta aquí, pero conservan sus bancas porque estas pertenecen a la persona electa y no a la nucleación. Los análisis apuntan al ataque de los que se cambian de bando, pero pocos se preguntan: ¿qué proyectos propone la oposi­ción?, ¿cuál fue su aporte en 10 meses, a más de patear todo lo que venga del Gobierno?, ¿es el agua para el Chaco una mala idea solo por tener apoyo ofi­cialista?, según publicación del diario HOY.com.py.

Si bien la palabra tránsfuga es utilizada últimamente con una connotación tan negativa como la corrupción o la delin­cuencia, en realidad no es otra cosa que el paso de un bando a otro. En la segunda acep­ción, que es la que compete a este análisis, la RAE define tránsfuga como: persona que abandona una organización política, empresarial o de otro género, para pasarse a otra generalmente contraria.

El último caso calificado con este término es el del senador Orlando Penner, miembro fundador de Patria Querida, un partido desplumado en las últimas elecciones, al punto que, de tener toda una bancada en el periodo anterior, pasó a quedar con un solo represen­tante en cada cámara tras las elecciones 2023 y, desde el 29 de abril pasado, con una única sobreviviente en Diputados tras la renuncia de Penner.

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RECHAZO A TODO OFICIALISMO

Veamos qué precedió la salida de Penner del partido que lo llevó al poder. Con la convic­ción de que rechazar de pleno todo lo que provenga del ofi­cialismo es hacer un buen papel, la oposición no sola­mente refuta toda propuesta emanada del Gobierno, sino también condena y trata de cartista a quien se atreva a acompañar un proyecto plan­teado por los colorados.

Este fue el caso del senador Orlando Penner, el chaqueño que ya durante su campaña se comprometió a cubrir una nece­sidad básica de la región Occi­dental, la provisión de agua potable, que hoy ya hubiera sido una realidad si no fuera por las fallas que presentó el costoso acueducto que, finalmente, no sirvió de nada.

Al encontrarse Penner sin apoyo de su partido que, de hecho, no tenía otra repre­sentación a más de él y, al no recibir acompañamiento de la oposición autodenomi­nada bancada democrática, Penner optó, primeramente, por renunciar a PPQ donde estaba solo y, dos meses des­pués, migrar al Partido Colo­rado, donde ya se comprome­tieron con él a trabajar en el plan de agua para el Chaco.

DISPUTA POR LA BANCA

Pese a las insinuaciones res­pecto al curul que perdió PPQ y la pretensión de reclamar, los lugares pertenecen al can­didato proclamado y no a la agrupación política.

“El partido no puede sacarle la banca, la banca es del legisla­dor proclamado por la Justicia Electoral, no del partido. Ya se reclamó mil veces esto y no se consiguió”, explicó al diario Hoy Carlos María Ljubetic, director de procesos electo­rales del TSJE.

En los únicos casos en los que el partido puede reclamar una banca, aclaró, es ante una renuncia, inhabilidad o muerte de la persona. “Ahí sí la banca es del partido”, enfatizó.

El artículo 163 del Código Electoral estipula que: en caso de renuncia, inhabili­dad, muerte o permiso de un miembro ya incorporado, lo sustituirá aquel que en la lista respectiva de suplentes de su partido o movimiento político figure en el orden de prelación.

Sin embargo, este no es el caso del senador Penner ni de los otros siete que desde julio del año pasado, hasta aquí renun­ciaron a sus partidos. Lo que se conoce como transfu­guismo político no está legis­lado ni prohibido; por tanto, por mucho que pueda hablarse al respecto, los cambios de bando son jurídicamente váli­dos. Esta es la visión del abo­gado constitucionalista Jorge Silvero.

Al decir del profesional, existe un consenso entre los propios juristas en que la banca per­tenece al legislador. “No hay sanción porque no violaron ninguna ley. Si el congresista no hizo nada malo, el transfu­guismo es tolerado jurídica­mente”, expresó el abogado, en un contacto con “Abc TV”.

RENUNCIANTES

Otro que renunció a su partido es el senador Eduardo Nakayama, quien le dijo adiós al PLRA el 29 de noviembre pasado, alegando que estaba harto de los liberales leales al oficialismo. En la ocasión, anunció que crearía otro partido en lugar de perma­necer en el que lo llevó a su banca. Este caso no generó ni la mitad de las críticas que sí despertó el de Penner.

Además del PLRA y de PPQ; otros partidos que perdieron legisladores fueron: Cruzada Nacional y Hagamos; el pri­mero, en mayor proporción y también meritorio de un aná­lisis aparte por su desmem­bramiento apabullante.

Javier Vera, Zenaida Delgado y Norma Aquino, alias Yami Nal, provenientes de Cru­zada Nacional, Patrick Kem­per de Hagamos y Orlando Penner de Patria Querida son los que se pasaron al Partido Colorado.

En tanto, el diputado Miguel Martínez, también de Cru­zada Nacional, renunció en vivo durante la sesión ordina­ria del 7 de setiembre pasado. Anunció que crearía un “par­tido libertario”. La situación exacta de Jatar Fernández, quien ingresó por Cruzada Nacional, está en la nebulosa.

Al margen de que los demás renunciantes no hayan pasado al Partido Colorado, algo que queda claro es que en sus respectivos partidos no estaban a gusto o que sus nucleaciones de origen care­cen de la solidez necesaria para sostenerse.


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